ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
PRI, PAN Y PRD: El síndrome dejano

Jano, en la mitología romana, un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. El Revolucionario Institucional envía las mismas señales de antaño con lo realizado en el Congreso por la aprobación habida y las que se presentarán en breve, (Bástese recordar la famosa y lépera “Roque señal”); pero además muestra los mismos rostros de los personajes que huelen a corrupción y hieden a cárcel; y, esto pues evidencia la perversión del sistema que pretende defender a la sociedad con un discurso infantil y esquizofrénico.  Es imposible no comunicarlo.
La llamada izquierda lela, tampoco hace su papel, pues en vez de defender con posturas inteligentes recurre a los madrazos figurados y a la verborrea gritona, digna para un encuentro de futbol; alejada de todo principio de democracia. El PAN, con sus pleitos internos, esta como la comadrona, que el producto se le ha atorado con la placenta de sus ambiciones.
Maurice Duverguer nos dice que “la política es como el Dios Jano, es decir, tiene dos caras, es ambiguo e hipócrita” En nuestra realidad actual podemos apreciar esta situación, los tres visibles partidos políticos (los otros solo merecen el sacrosanto desprecio  y otros epítetos de la sociedad pensante), han asumido un sainete entre la comedia y el drama.
En tanto el PRD, y que aún sin comprobar el CNTE, parece cómplice en estas maniobras aprobatorias en el Congreso, complican con marchas y plantones la vida económica no tan solo del capitalino, sino de la sociedad mexicana. A eso habrá que aderezarle la siguiente marcha-mitin-perorata de AMLO –la cereza del pastel, del embrollo-  y sus seguidores, que pone al borde y en peligro  la paz y la tranquilidad de la nación. Un nudo Giordano. La fobia de la sociedad.
Ya se aprobó la nueva Ley General del Servicio Profesional Docente. Solo hay que aplicarla con la propia Ley suprema. Y, eso, es parte y responsabilidad de todos. No hacerlo, es dejar esta anuencia en el ejercicio profesional, en un eterno juego de la oferta y la demanda de los canallas implicados. Esto comprueba una vez más que la derecha y la izquierda es un solo juego de grita y respondo, pero más tarde, convenimos esta faramalla. El síndrome de Jano, pues.
12 años de panismo ¿puro? Bien 6 años de simulación de fingimiento gubernamental. Posteriormente seis más de sangre, irresponsabilidad y mal gobierno. Es decir, 12 años más sumados a los  70 acumulados de un México en el retroceso, la miseria, el hambre y la muerte. Cero PIB. Cero progreso. Cero desarrollo. Cero empleo. Janofilia.
Jano, a conveniencia, se muestra en la democracia mexicana. Mira al pasado y lo refleja en el futuro. Nuestro pasado es retransmitido con la misma visión. No podemos dudar que el PRI tiene fallas, pero también éxitos. Tiene una organización y disciplina. Es una democracia sin libertad  que se transforma en una dictadura.
Las luchas ni empiezan ni se vislumbran. Jano las observa; pero las detiene y las moldea con los mismos actores salidos del mismo guion. Unos se imponen en sus “derechos y deberes partidistas o de nación”, otros gritan iracundos, también en aras de la “otra nación”. Esto es solo el ajuste de cuentas; es una forma de conciliar y de acomodar intereses, entre los tres grupos  políticos de hombres y mujeres
Se va aprobar lo que haya que aprobarse en el Congreso y demás organismos legales; lo demás es solo una fiesta jubilosa de mostrar músculos, de soltar la bilirrubina, las neuronas y las testosteronas. No hay más. Ese es México una parte de Jano, entre la hipocresía, la canallada y la sutil decencia en tratar de ser dignos mexicanos.

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