LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabia
1984: Dramática historia vivida en la UAG. (2 de 3 partes)

….De esa manera, sucedieron los meses de febrero, de marzo, de abril, de mayo, de junio, sin que los maestros y demás trabajadores de la UAG, recibieran su pago quincenal, lo que significó, trabajar todo el semestre escolar, sin retribución salarial alguna, es decir, que la UAG no pagó ningún salario a sus profesores, ni a sus secretarias, ni a sus veladores, ni a sus demás trabajadores administrativos y de intendencia. Aquí, debemos hacer un alto en este asunto, para cuestionar una situación toral en este acto ruin y criminal que el Gobierno Federal, estaba cometiendo contra la UAG
: ¿Cómo le hicieron, tanto los maestros, como los demás trabajadores que le “apostaron” a la UAG, quedándose a laborar en ella, para sobrevivir durante ese tiempo señalado, siendo que por ser trabajadores asalariados, dependen estos, del dinero que devengan por su trabajo para salir adelante? La respuesta es, sin duda alguna: El amor “a la camiseta”. No puede haber otra explicación convincente a ese periodo de supervivencia. Difíciles momentos indudablemente, que a la fecha se estremece mi ser de solo recordar ese feo y triste episodio que se vivió en la UAG. Sin embargo, a la par de esta situación, ocurrieron dentro de la UAG, dos sucesos que a mi juicio, han sido de gran importancia y significancia para el desarrollo sustentable de la Universidad guerrerense, y por tanto, memorable en el “quehacer universitario”: 1.- En abril de ese año, Rosalío Wences Reza, con estudios de Doctorado, asumiría por 3ª ocasión la Rectoría de la UAG. ¡En plena crisis económica de la UAG! Este hecho, fue visto por muchos universitarios guerrerenses, como un bálsamo al escabroso asunto que se estaba viviendo al interior de la Universidad guerrerense, ya que para nadie de la comunidad universitaria guerrerense, era desconocido de que el Dr. Wences tenía fama de ser experto en las lides universitarias guerrerenses, y en esta, no podía ser la excepción. 2.- Hubo muchos maestros en la UAG, que no resistieron más de tres meses trabajar sin percepción salarial, y se fueron de la UAG, así de fácil, dejando abandonadas las actividades académicas, dejando “huérfanos” los grupos académicos. Algunos de los catedráticos universitarios se fueron con permiso y uno que otro, posteriormente regresó a sus labores cotidianas, pero otros tantos académicos se fueron sin decir adiós, simplemente huyeron del “ciclón” económico que se padecía. Desconozco el número total de maestros y de trabajadores administrativos y de Intendencia que dejaron sus trabajos, que abandonaron a la UAG en momentos, en qué más los necesitaba la citada Institución Educativa, y por consiguiente, desconozco también si a este Personal huidizo, los liquidó económicamente la UAG. Es obvio que con esta situación, la UAG, sufrió otro golpe más, como consecuencia de la asfixia económica patética a que la tenía sometida la SEP – Gobierno Federal, por lo tanto, decayó en forma significativa en los principales factores que la sustentan orgánicamente: En lo académico, en los programas de investigación, en el desarrollo de la Extensión Universitaria….(CONTINUARÁ).

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