MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** Experiencia de tormenta Manuel aplicada en huracán Raymond

En las últimas horas, hemos sido testigos del curso que ha tomado el huracán Raymond. De la forma en que incrementó su fuerza. Así como de los constantes llamados de las autoridades para que la ciudadanía tomara precauciones o si era necesario evacuar las zonas de alto riesgo. Este seguimiento puntual y que ha sido compartido por diferentes vías de comunicación hacia la población, nos indica que el paso de la tormenta Manuel no fue en vano, y que hoy la experiencia es diferente. Así es. Más allá de la crítica nociva, siempre es importante sacar cosas productivas de los acontecimientos. Más aún, cuando se vive una situación de emergencia y máxima contingencia.
 No se trata solamente de buscar los yerros y los culpables, sino de establecer, a partir de una reflexión seria, hacia donde se habrá de girar el timón para dar un mejor rumbo a la situación. Desde esa perspectiva, el aprendizaje que dejo la tormenta Manuel y el huracán Ingrid, en donde se cuestionó la falta de información y emisión de alertas, ha servido para que las autoridades no desestimen a ningún fenómeno natural.
Y la prueba es, que días antes de la formación del huracán Raymond, había fluido bastante información sobre las condiciones meteorológicas y las recomendaciones pertinentes para cada ocasión.
Hoy, el seguimiento que se ha dado a Raymond, es prácticamente de minuto a minuto. Se informó con oportunidad de la forma en que el fenómeno fue evolucionando, pasando por diferentes fases hasta llegar a ser considerado como huracán, desde la categoría uno hasta la tres, según la escala Saffir-Simpson, y con probabilidades de llegar hasta el cuarto nivel.
La experiencia sufrida por Manuel e Ingrid han dejado un aprendizaje muy claro, en el sentido de tomar con mayor seriedad, no solamente el seguimiento de las condiciones meteorológicas, sino todo aquello que tiene que ver con protección civil y garantizar la seguridad de las familias.
El seguimiento dado a Raymond demuestra que existe voluntad para mejorar. Así como se ha cuestionado antes, hoy se debe decir que las autoridades han hecho bien su trabajo.
 Y en Guerrero, con mayor razón, porque el fenómeno transcurre, justo ahora que la recuperación y reconstrucción del estado va iniciando, después del desastre ocasionado por la tormenta Manuel. Los fenómenos naturales no han descubierto nada nuevo.
 La inmensa mayoría sabe del crecimiento anárquico en las ciudades y de la falta de previsión y planeación del crecimiento de los pueblos. Y ni hablar de la autorización de construcciones e instalaciones en zonas de alto riesgo.
 El punto es, que no basta con dar un buen seguimiento satelital a los fenómenos naturales. Ni mucho menos tener una magnifica y equipada oficina de protección civil. Hace falta entrarle en serio al fortalecimiento de una nueva cultura, en donde se involucre a la gente y sea ésta la que participe en el reordenamiento del estado. Los mensajes de los últimos acontecimientos indican, que no se puede seguir viviendo en el desorden. Y mucho menos, cuando existen aún, muchas personas que hacen caso omiso de las alertas y recomendaciones.
 De eso, hay que decirlo, no se puede culpar a la autoridad. Las enseñanzas de los fenómenos naturales deben ser para todos. Y se debe seguir trabajando al respecto con mayor atención. La experiencia de Manuel, y ahora de Raymond, no debe ser menospreciada. No hacerlo, será condenarse a una catástrofe mayor en el futuro. Así de simple. Esa es la cuestión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario