OPINION

Por Manuel Tello Zapata
Juan Alarcón, In Memoriam
Con profunda pena nos enteramos el miércoles por la noche que el Licenciado Juan Alarcón Hernández, Presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, había fallecido en un hospital de Chilpancingo víctima de un cáncer pernicioso al que el Ombudsman enfrentó con gran donaire, como todo lo que hizo en vida.
Se trata de un guerrerense ejemplar; que siembra profunda huella con su partida en los medios político, artístico y cultural de nuestra entidad y deja tremendos zapatos en la CODDEHUM, que sin duda serán difíciles de llenar por quien lo sustituya. El cuerpo del ex Presidente municipal de Chilpancingo que se ganó el mote de Juan Pueblo por la popularidad que le dio su buen gobierno, fue velado en céntrica funeraria, hasta donde comenzaron a llegar sus amigos el miércoles por la noche.
El Gobernador del Estado Ángel Aguirre Rivero, oriundo de Ometepec como Juan Alarcón y amigo del Ombudsman desde hace muchos; con quien construyó el edificio de la Comisión de Derechos durante su gobierno interino, llegó solo a la funeraria a la una y media de la mañana y esperó de manera respetuosa más de media hora, hasta que llegó el cuerpo de nuestro amigo.
Aguirre Rivero hizo la primera guardia de honor, miró el rostro del finado, se despidió de la señora Aida Nájera, hoy viuda de Juan Alarcón Hernandez, y salió en silencio de la funeraria. El diputado local Héctor Astudillo Flores estuvo toda la mañana del jueves en la funeraria, acompañando a los deudos y amigos del Ombudsman.
Por la tarde sus restos mortales fueron llevados al Cementerio central con la caravana acostumbrada, donde los esperaba mucha gente como el Alcalde capitalino Mario Moreno Arcos, quien de manera discreta, sin actos de protagonismo, acompañó el sepelio hasta que la gente comenzó a retirarse, luego de saludar a la viuda y a los tres hijos del licenciado Juan Alarcón.
Llegó de Ometepec muy joven y creció en Chilpancingo. En la primera ciudad sepultaron su ombligo y en la segunda sus restos mortales, porque quiso mucho a la capital del Estado, donde sembró un árbol, tuvo sus hijos y escribió un libro. Cuando se nombrado Ombudsman guerrerense por el ex Gobernador José Francisco Ruiz Massieu, las autoridades de nuestro Estado cometían abusos a granel con total impunidad. Sin embargo, poco a poco el Licenciado Alarcón Hernández fue construyendo en Guerrero una cultura en materia de Derechos Humanos, que es el principal legado que nos deja a sus paisanos hoy que el creador se lo ha llevado a su reino. Pese a los avatares de su trabajo, jamás declinó de su vocación poética, artística y cultural.
El pasado 14 de noviembre presentó su libro BARRO NUEVO, que es un compendio de sus mejores poemas. Hoy ya no se encuentra entre nosotros y su partida ha generado gran consternación entre políticos, artistas, poetas, promotores culturales y pueblo en general, que lo conocieron siempre como un hombre de trato sencillo, fino y cordial para con todos.
Descanse en paz, el Licenciado Juan Alarcón Hernández. Lo recordaremos por siempre.
SORPRESA, NO HUBO DESPAPAYE
La megamarcha que habían anunciado los estudiantes de la Escuela Normal Urbana de Ayotzinapa para celebrar el segundo aniversario luctuoso de sus dos compañeros, que perdieron la vida el 12 de diciembre del 2011 en la autopista del sol, se redujo a una mini marcha no mayor de mil 500 miembros (esperaban diez mil). Sin embargo, hay que reconocer que en esta ocasión no hubo vandalismo ni violencia como acostumbran hacerlo estos muchachos. Marcharon por la ciudad; gritaron sus consignas acostumbradas; bloquearon por espacio de dos horas la autopista y luego hicieron un homenaje al Licenciado Juan Alarcón Hernández en la sede de la Coddehum. Entrada la tarde se dirigieron a los autobuses que le pidieron “prestados” a diversas empresas de pasaje público y se reconcentraron en su escuela.
Mucha gente se preguntaba si esta manifestación tranquila no se violentó por el duelo fúnebre al Ombudsman. Sin embargo, la realidad es que se planchó con cuidado el asunto. Se negoció todo lo negociable con los estudiantes y las organizaciones sociales que los apoyan, y santo remedio. Por el momento en Guerrero existe calma social, ojalá que dure siquiera hasta que terminen las fiestas decembrinas.
En todo esto hay que hacer un reconocimiento a Ernesto Aguirre Gutiérrez, Asesor externo del Gobernador del Estado, quien se ha convertido en el operador político por excelencia. Su trato sencillo y cordial, siempre abierto al diálogo, le ha permitido construir puentes de entendimiento y ofrecer soluciones realistas y concretas, con todas las corrientes disruptoras que operan en nuestra entidad.

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