¿Pues cómo está esta madeja social?... y vamos por partes… en días pasados, anduvo un carro con sonido avisando que al siguiente día se desarrollaría una campaña de limpieza en la colonia y que todos sus habitantes nos aprestáramos a sacar los trebejos y limpiar, preservar y mantener aseadas las áreas de influencia, posesión y tránsito, bajo la velada amenaza, de que quién no cumpliera se iba a consignar a las autoridades y a hacerse acreedor a multas y amonestaciones, que no tardarían en cumplirse y dejando un anuncio impreso en cada jardinera, a donde se ha amontonado siempre la basura… que cuando los pusieron decían que la basura se podía tirar “de las 8:00 a las 10:00 y de las 20:00 a las 22:00 horas, horas más, horas menos…
Pero es menester hacer un poco de historia, pues cada familia de los edificios de estos hermosos palomares, estábamos condicionados a depositar la basura en lugares que la misma costumbre nos indicó, si bien es cierto que al parecer nunca se separa en la famosa regla mundial de lo orgánico e inorgánico.
Sólo que en largas temporadas de diferentes años, pero especial y horriblemente en esta estación, los montones de basura eran (y siguen siendo) bárbaros, pero ahora agravándose el problema, pues los deshechos que se tiran los jueves, permanecen hasta el lunes o martes, con una pestilencia, contaminación y visión como de película de ficción.
Luego de escuchar que se limpiaban las zonas de la unidad habitacional, sacarse la foto y plantar un letrero que dice “que toda persona que se sorprenda tirando basura, será consignada a las autoridades”… pero y ahora… ¿qué hago con la basura que se acumula en el depa? ¿Adónde se deposita? ¿qué hacer con ella?… pues la amenaza es clara y contundente. Y el deseo es de obedecer y cooperar con la autoridad en turno. Pero tal parece que no hay capacidad de acción y de comunicación, y aunque honesta y sinceramente no sé quién es el responsable de su recolección y desalojo, pues se entiende que sea quien sea, el servicio de limpia debe de ser eficiente… y al igual que se hace en cientos de ciudades, en que la basura se saca y se deposita cuando pasa el carro, para mantener la limpieza de casas, áreas verdes y calles, pues en este caso ni el recolector pasa y cuando lo hace no se sabe cuáles son sus horarios de trabajo… allá, entre sueños, tal parece que alguna vez de la semana transita como a las 12 de la noche, muy pero muy de vez en cuando… los fines de semana seguro que no lo hace… pero, además, no se sabe si anda por ahí, no emite ni un sonido, seña, campanazo, claxonazo, bocinazo, aceleronazo, grito, fierrazo contra la salpicadera, o una musicalización que enuncie que va el carro recolector o la prensa motorizada… pero la amenaza está vigente y es real, pues tal parece que desean cachar a cuanto vecino tenga la necesidad de deshacerse de su basura para que coopere con la causa… y hacerlo aparecer como si fuera un antisocial y desadaptado, pero en la contraparte, pues simplemente no se recoge la basura de manera constante, formal, seria, puntual, eficiente, calculado, calendarizado y cronometrado, pero sobre todo informado, afirmado, reafirmado y confirmado, como en las grandes urbes y pequeñas poblaciones organizadas y eficaces. ¿Y ahora quién podrá salvarnos?
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