Por: Ricardo Martínez Sánchez
“Decía un actor político guerrerense hace
algunos ayeres, que el sentido común es el menos común de los sentidos”.
Es
difícil encontrar una explicación ante la soberbia de grupos al interior de los
partidos políticos de izquierda que ciega el avance democrático y excluye la
unidad que requiere hoy por hoy el estado de Guerrero. En
medios de comunicación nos enteramos de
la posición del grupo político que dirige David Jiménez Rumbo, llamado Grupo
Guerrero y que es perteneciente al Partido de la Revolución Democrática (PRD),
declarando que no necesitan de alianzas con los partidos de izquierda, por lo
que ante tal mezquindad y una ensalada de egos que representa, tenemos que
hacer algunos comentarios. Miren.
Hoy
las cosas al Grupo Guerrero no le funcionan como lo han deseado; la popularidad
de su líder cae a pedazos desde que renunció a ser empleado del gobierno
estatal (secretario de Desarrollo Social, nadamás) para obtener una diputación
plurinominal local con la ambición de ser presidente del Congreso, pero la
perdió ante los tribunales. Así, sin espacio con recursos para echar mano ni
poder gestionar, es solo un líder más al interior del PRD.
Pero
principalmente, porque se ha construido una imagen de insolvencia moral ante la
sociedad por su nula participación en las causas sociales. La pregunta sería
¿Representa a la Izquierda?
Si
bien es cierto que el dirigente estatal del PRD en Guerrero, Carlos Reyes
Torres es limitado en su actuar por la posición de su expresión a la que
pertenece (GG), se le conoce por su tolerancia y apertura al diálogo con todas
las expresiones. Sin embargo, creo, desde un particular punto de vista, que
está errando el camino al respaldar solamente a su expresión y descartar
alianzas con las izquierdas como lo proponen las demás corrientes, en el
entendido de que es presidente de toda la militancia y su papel debiera
enmarcarse en la pluralidad y neutralidad, actuando de manera autónoma a cualquier
línea que no esté sujeta a los principios del partido, que en este caso
contempla la inclusión y no la exclusión.
Queda
claro que los partidos de izquierda en Guerrero han tenido éxito cuando trabajan
juntos. 2015 no tiene por qué ser la excepción, por lo que tienen que planchar
el camino hacia mejores resultados, consolidándose como la primera fuerza en
toda la entidad.
Aunque
la elección de nuevos comités son este 2014, el objetivo primordial son las
elecciones constitucionales del 2015, donde se renovará el Congreso local,
alcaldías y gubernatura. La idea debe ser allanar ese camino y no ponerle
piedras.
El
PRD sólo puede mantenerse en las preferencias electorales si mantiene su
alianza con el resto de los partidos de izquierda en Guerrero, y que retome
como su centro de atención los problemas del estado y de su gente, hasta lograr
el progreso anhelado.
En
esta fuerza aliancista de izquierda deben caber todos, sin vetos, sin
exclusiones, todos se necesitan. Así lo harán de nueva cuenta los partidos de
derecha en su afán de recuperar el gobierno de Guerrero. Capaces son, incluso,
de captar no sólo la fuga de militancia que se da siempre en los procesos, sino
incluso a un precandidato con simples ganas de ser candidato.
No es
oportuno, pues, dejarse llevar por la virulencia y soberbia de un dirigente que
mantiene una postura solitaria y anti-aliancista, teniendo enfrente a un rival como
el PRI que ya hace uso de todo el aparato del Estado federal, empecinado en
recuperar el estado de Guerrero.
Falta
mucho por hacer en esta sufrida entidad. Con todo y los tropiezos, se ha
avanzado. Así que para continuar otros 6 años en el gobierno estatal y 3 en los
municipales, los mismo que tener el control del Poder Legislativo, no hay de
otra que mantener la alianza de las izquierdas.
Qué
año para la izquierda en Guerrero; grandes retos que serán complicados. Lo
importante es que hay quienes actúan con responsabilidad y madurez política como
los miembros de Nueva Izquierda Guerrero que recientemente hicieron un llamado a
la unidad de todas las fuerzas de izquierda y para que al interior del PRD las
corrientes rebasen ese periodo de mezquindad, que se traduce en la perdida de
capital político y derrotas sin sentido.
Menciono
a los principales dirigentes de NI, con Sebastián de la Rosa a la cabeza, Ilich
Augusto Lozano Herrera, Maricarmen Cabrera Lagunas, Luisa Ayala Mondragón y
Bernardo Ortega, quienes en conferencia de prensa ampliaron su llamado con toda
cortesía a Morena, la última escisión del perredismo.
La
izquierda no debe hacer honores a lo que sus adversarios señalan, de que sólo
buscan satisfacer sus intereses de corto plazo, sino por el interés general
encontrar los acuerdos necesarios para salir unidos en bien de la sociedad
guerrerense.
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