DE ADICTO A ADICTO

Por Ernesto Salayandìa García
Juventud en decadencia
A la memoria de mi amiga y compañera Malicha. Q.E.P.D.
Doy principio a mi octavo libro, el cual, sale a la luz pública, junto con otros 8 títulos y todos son, con el espíritu de servir, pretendiendo motivar a los matrimonios jóvenes para que se capaciten emocionalmente y no den mal ejemplo, no hagan mal espejo con sus hijos y que les den el blindaje para que no sean secuestrados por las enfermedades emocionales, no es solo alcohol y drogas, el blindaje es útil para proteger a tus hijos de la neurosis, las depresiones, la violencia, miedos, complejos, que los aleje de ser corruptos o ineptos, perezosos, apáticos, machos típicos mexicanos
, mujeres fáciles, candidatos a tener relaciones codependientes, parejas enfermizas y destructivas, esa es la idea, de que te des cuenta del daño que le causas a tus hijos cuando peleas delante de ellos, cuando ridiculizas o permites que tu pareja te humille, en ese sentido, este texto, cobra vigencia.- Un drogadicto en Casa.- y primordialmente ese es el propósito, evitarlo a toda costa, después, no te la acabas y en segundo, proteger a alguien cercano a ti, hermana, hermano, tu pareja, tus hijos o a quien en verdad quieras; lo que aquí te transmito son claves, herramientas, técnicas y en sí respuestas para comprender  y atender esta enfermedad, buscar acción para la recuperación, porque sí es posible rehabilitarse y evitar el hacerte daño, pero es mejor la prevención que la curación, entonces, con ese ánimo escribo mi octavo libro, deseando, de todo corazón sea tan útil como lo es para mí el escribirlo.
¿Dónde están las llaves, como llegué, quien me trajo, qué hice anoche?
La enfermedad no distingue edad, ni sexo, ni posición social o nivel intelectual, agarra a todo el mundo por parejo, ahora como que está de moda, hay muchas  mujeres  borrachas, drogadictas y soberbias, bien decía mi abuela, si en un hombre se ve mal, en las mujeres peor, hay muchos chavitos, borrachos y drogadictos y a donde vayas están las bombas de tiempo, las amenazas reales para tus hijos. – ¿Por qué mi hija es una borracha?- La respuesta no está en mí, sino en el ejemplo de vida que le dieron sus padres. No hay cosa más triste que ver las lágrimas de una madre, sentir la impotencia porque su hijo, su hija, está atrapada en la adicción, ver la enfermedad en todo esplendor, los problemas de comunicación, la soberbia, los insultos, los chantajes emocionales, las actitudes nefastas, propias de los adictos, solo quien carga el muerto, sabe lo que pesa y convivir con un adicto, es vivir en el ojo del huracán, con el Jesús en la boca, no se sabe a qué horas se va a reventar, ni cómo va a reaccionar, hay que tratarlo con pincitas para que el ingrato no se vaya a resentir, lejos de que es muy incómodo, es un alto riesgo vivir con uno o más adictos. – Un adicto es un cáncer social.-
Mal de muchos, consuelos de tontos Hay quienes llevan 30 años o más, soportando al borracho del marido, los insultos, las humillaciones, golpes emocionales y a veces físicos y han pasado tantos años, que la enfermedad se vuelve una rutina, pero ese hogar disfuncional, esa pareja dispareja deja un saldo de dolor para los hijos que resienten todo, hijos que se enferman emocionalmente, debido a ese matrimonio enfermizo que heredó el mal y de ahí vienen hijos neuróticos, mal agradecidos, maniaco depresivos, celosos, miedosos, adictos, alcohólicos, irresponsables, perezosos, víctimas de los trastornos alimenticios, bulimia, anorexia, obesidad, por ello, surgen de esa relación  destructiva,  y los hijos son conflictivos, inadaptados y les cuesta trabajo socializar, por supuesto que habrán de repetir patrones de conducta y superaran a sus maestros. Hijos de padres divorciados, sin duda, divorciados, re casados, re divorciados, una, dos y más veces. Lo que bien se aprende, jamás se olvida… Lo que hace la mano….Esta enfermedad emocional, es neurótica, tiene que ver con  los egos, la ansiedad y los temperamentos, es, por demás cruel y se manifiesta silenciosamente en todo tipo de adicciones. Adicciones a las relaciones destructivas, al juego, a las personas, se llama codependencia, adicciones al Internet o a los aparatos electrónicos, a la depresión, al sufrir por todo y por nada, adictos a los refrescos o los dulces, por supuesto, adictos a las sustancias tóxicas, a las drogas naturales, al alcohol, cigarro, al sexo, se es adicto, cuando no puedes controlar tus adicciones.
La escuela emocional, el mal ejemplo
La mejor medicina, el mejor instrumento es predicar con el ejemplo y demostrar con hechos fortaleza y fe, por ejemplo, si fumo y no quiero, ni puedo dejar de fumar, les estoy enseñando a mis hijos a  ser endebles a que la autoestima baja, no me ayuda para superarme, en que prefiero dañarme y dañar a otros intoxicándome, a demostrar actitud positiva, si me mantengo gritando, azotando puertas, fastidiando a medio mundo, me convierto en el despertador de todos, soy el checador y marco el tiempo a los demás, me siento don perfecto, la única razón que vale es la mía, les enseño a manipular, a controlar a los demás, si me deprimo y estoy tirado todo el tiempo en la cama, la escuela que están tomando mis hijos, es que hay que claudicar, bajar la guardia ante la adversidad, que es más fácil esconderse debajo de las sábanas que enfrentarse, el ejemplo que les doy  mintiendo a quien me busca, diciéndoles.- Dile que no estoy.- Puedo sembrar un cúmulo de defectos de carácter que ellos, mis hijos, habrán de repetir.
El sello de la casa
¿Por qué se hizo adicto mi hijo?- Pues la verdad es que tengo que ver los ejemplos que les estoy dando, si soy un tipo raro, que no saludo, no digo ni por favor, ni gracias, los enseño a ser déspotas, groseros y mal educados, si no doy muestras de gratitud cuando alguien tiene la atención y la cortesía de darme el pase en un cruce peatonal, ellos, mis hijos aprenderán de mí a ser merecedores, ingratos, mediocres y soberbios, si mastico como animal, devoro la comida con mucha ansiedad, sin duda, ellos harán lo mismo y así puedo hablar de corrupción, de violar las leyes de tránsito, de ser un tipo macho mexicano, de ser engañifa, estafador, mentiroso, hipócrita, puedo reflejar mi miseria espiritual y darles todo en charola de plata. Ellos repetirán los mismos patrones de conducta de sus padres y entonces cuando alguien me pregunte.- ¿Por qué mi hijo se hizo adicto? Le pediré que encuentre la respuesta en el ejemplo que les ha dado desde que eran niños y ahí estará – ¿El por qué?
La enfermedad es genética y viene de una generación a otra
Si sabemos que el adicto va a dejar la escuela, el marido irresponsable, perezoso, borracho, se va a divorciar o lo van a divorciar, si sabemos que habrá accidentes de tránsito, morirá gente inocente, que habrá pérdidas físicas y económicas, también que lo correrán del trabajo, que la hija se embarazará y dejará a las crías, de uno y de otro, a veces hasta de tres padres distintos al cuidado de la mamá o de la abuela, si sabemos, que la mayoría de los adictos son ladrones, extorsionadores, entonces, por qué la prevención no existe a pesar de que la enfermedad emocional está causando tantos problemas, si ya sabemos el calvario de un adicto, entonces, por qué no hemos aprendido la lección y hay quienes viven el sufrimiento con el padre, luego con un hijo, posteriormente con otro y con casi todos los hermanos, y la familia no ha sabido cómo poner remedio, porque no hay una cultura de prevención. A nadie le importa la decadencia social, el reflejo de una ausencia y de una responsabilidad en los daños que generan los hogares disfuncionales, embarazos no deseados en niñas de 13 a 16 años, madres solteras, menores de 20, deserción escolar, unión libre en mocosos de 15 años, suicidios, violencia doméstica, delitos sexuales, desintegración juvenil, drogadicción, por supuesto delincuencia en todas sus escalas y al parecer, a nadie le importa todas las muertes que los hogares disfuncionales causan al día, a la semana, al mes… al año.
Entrar es muy sencillo, salir, es casi imposible
No esperemos a que el gobierno haga cultura, la mejor prevención que hay, es el ejemplo que demos a nuestros hijos, enseñarles a no dañar su cuerpo, a dejar de ligar el alcohol en todos los eventos sociales, a ver al borracho como tal y no como una gracia, debemos enseñarles valores, hábitos y a levantar su autoestima, de lo contrario, las emociones negativas les harán severos daños. La cerveza es una droga; droga es cualquier sustancia que ingresa al cuerpo y altera el Sistema Central Nervioso. Un joven que se emborracha con cerveza es un adicto al alcohol, hay que considerar que el alcohol es la droga de mayor consumo en el mundo y la que más muertes al día causa. Un adicto, hombre o mujer, irrumpe la paz y el bienestar común, ya sea el padre, el hijo, la esposa o alguien que esté usando algún tipo de sustancia representa una bomba de tiempo, es el huracán rugiente, tipo raro, insoportable. El hogar vive la enfermedad emocional en todo su apogeo, neurosis, mala comunicación, rivalidad, resentimientos, odios, devaluaciones, agresiones, intimidaciones, amenazas, gritos, injusticias, incertidumbre, soledad, tristeza, frustración, culpa y miedos, son tan solo algunos de los ingredientes de lo que siembra un adicto en casa, hay que tratarlo con pincitas, es muy delicadito.
Un adicto, es mediocre de tiempo completo
La adicción es por herencia genética, entra en el ser humano por contagio y contaminación, por el alto nivel de ansiedad, angustia, vacío, se desarrolla por ser hipersensible, endeble, no tener carácter para decir, no gracias, se gesta por imitación, por el sentido de pertenencia, por miedo al qué dirán, se es adicto, por mediocre, enano, nacido para perder, se es adicto, por mentiroso consigo mismo, por fracasado, por echar culpas, por vicioso, por enfermo, se es adicto por elección, cada quien es libre de elegir su destino, se es adicto por nacer predispuesto y por vivir en un hogar disfuncional, donde los buenos ejemplos brillan por su ausencia. Soy adicto, porque no me quiero y me hago daño.- Soy adicto, porque no tengo fe, ni creo en Dios y soy tan soberbio que no acepto, ni pido ayuda, aunque esté muerto en vida, soy adicto, por mediocre, vicioso e irresponsable. La heroína, es una droga de alto impacto en el norte de México, tristemente, mueren al mes, un sinfín de heroinómanos de sobredosis, ésta semana, murió Malicha y Liza, las conocí en centros de rehabilitación, las vi mal, muy mal en las calles, pidiendo unos pesos para a completar la dosis de la maldita negra y ésta droga, la heroína, es altamente adictiva y sumamente peligrosa, es complicado y difícil desintoxicarse y rehabilitarse, ellos mueren con una sobre dosis de 30 pesos y una jeringa usada.-

1 comentario:

  1. INTERESANTE ARTICULO, OJALA LO PUDIERA LEER EL SECRETARIO DE SALUD EN MÉXICO, Y ENRIQUE PEÑA NIETO... ESTE LIBRO PARECE UNA FOTOGRAFÍA DE LOS PROBLEMAS QUE GENERAN LAS DROGAS Y LA FALTA DE VALORES. EN NUESTRA SOCIEDAD. ¿QUIEN GANA CON TODO ESTO?

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