DE ADICTO A ADICTO

Ernesto Salayandia García
Un Drogadicto Muere antes de Cumplir 25 años
En la adicción, la vida merma diariamente
He visto, a lo largo de los años, morir a muchos, víctimas de ésta maldita enfermedad perversa del alma, yo mismo, estuve muerto en vida, vivo de milagro. Viví el alcoholismo de mi tío Lico y fui testigo, de cómo mi padre luchó por salvar su vida llevándolo de un lugar a otro, protegiéndolo en nuestra propia casa, pero él no quizo, no se dejó ayudar, murió muy joven de 32 o 34 años a consecuencia de una congestion alcohólica, dejando hijos y viudas, grandes oportunidades que le dió la vida y que no supo aprovechar, tenía una voz de terciopelo
, y una excelente dicción que lo distinguía como un locutor talentoso y ameno, pero desde muy joven, mi tío cayó en las garras del alcohol y poco a poco fue muriendo, como morí yo al perder mi salud, imagen, identidad, dignidad, integridad, morí en el ámbito laboral, después de haber sido un alcohlico “ funcional”  rebacé la barrera y fui un alcohólico disfuncional, morí en mi entorno familiar, me aislé de los míos, me hundi egoistamente en depresion y llegué a pesar menos de 50 kilos debido a el abuso de cocaína y otras drogas.

¿Quién Muere?
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú. Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre el blanco y los puntos sobre las íes a un remolino de emociones; justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no pregunta de un asunto que desconoce o no responde cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad. Pablo Neruda

Sentenciados a morir
Cierto es, que hasta dónde se sabe, nadie a muerto de sobre dosis de marihuana, pero un marihuano, tristemente que se inicia entre los 8 y 13 años de edad, se hace adicto a otras sustancias como al spook, que es inhalar sustancias tóxicas como pintura en aerosol, espray para el cabello o thinner entre otros; comienza a morir poco a poco, por supuesto que mata sus neuronas, muere su capacidad de retención, de memoria, merma la flexibilidad de su lengua, muere el color de su piel, misma que se torna, áspera, seca, grasosa e inexpresiva, muere su autoestima, el drogadicto descuida severamente su higiene e imagen personal, confunde la drogadicción con un estado de ánimo suave, ecuánime, está drogado y dice que anda en paz, cuando la verdad de las cosas, está anestesiado y cuando desaparece el efecto, resurge fuertemente su neurosis explosiva, muchos niños, jóvenes, marihuanos se han atrevido a golpear a sus propias madres, pateándolas, escupiéndolas y retándolas con cuchillo en mano, y ahí murió el respeto y la integridad. Muere también el respeto hacia los mayores, la familia y la sociedad misma.

La ignorancia engrandece la negación
No se debe de confundir lo que es una droga como la marihuana, que no tiene usos medicinales, ni es recreativa; atenta simplemente contra la salud del individuo y daña emocionalmente a su familia. Hay que  vivir de cerca el problema de los niños y jóvenes adictos, hombres y mujeres por igual para poder valuar los peligros de las adicciones, las tendencias, los patrones de conducta y los defectos de carácter de los jóvenes,  palpar la cruda realidad cuando la adicción los rebasa y los hace robar primero, en sus propias casas, luego roban a sus vecinos, en las tiendas de la esquina, autos y donde se pueda, la compulsión crece al ritmo de la inseguridad y en la mayoría de los hechos delictivos, hay el uso de algún tipo de sustancia y éstos jóvenes, matan su libertad, cumplen procesos en los tribunales de menores hasta llegar a los CERESOS, viven sus días, secuestrados en  anexos, centros de rehabilitación, están presos, muchos de ellos en las cárceles del sur de Estados Unidos por tráfico de drogas, otros, en el siquiátrico o en el panteón.



Desde muy temprana edad, se prostituyen
Un camino fácil para obtener dinero es venderse al mejor postor y éstos niños, niñas, se ofrecen en las vías públicas a sus clientes para satisfacer sus ansiedades y poder comprar drogas, mientras que niñas bien, buscan novios adictos para que les patrocinen sus dosis de cocaína o pastillas, más los reventones en los antros. Los testimonios de los adictos, hablan por sí solos, los testimonios de los padres, son verdaderos dramas de la vida real y no se visualiza un despertar de conciencia de nadie, muchos padres, sufren el resultado de su pésima relación de pareja, el mal ejemplo que les dan a sus hijos y la gran ignorancia respecto a ésta enfermedad, algunos, creen, en la influencia de la televisión o internet, en los malos amigos, cierto, pero pocas veces se echan un vistazo al interior para analizar el verdadero origen de la adicción de su hijo que nace precisamente en un hogar disfuncional, luego, cuando los hijos se tornan ingobernables, claudican a la escuela, son neuróticos e intocables, se hunden en las drogas, y se preguntan. - ¿Pero por qué mi hijo se volvió drogadicto?

No estamos preparados para rehabilitar a los adictos
Estos adictos, niños y adultos, mueren lentamente, se niegan a militar en algún grupo de auto ayuda, entran y salen de los anexos, pero no se recuperan, cada vez se hunden más y más en la adicción, lamentablemente la recuperación es mínima, de cada 10 adictos, solo uno se recupera y manifiesta un verdadero cambio en su vida, hay, infinidad de adictos que logran recuperarse gracias a los 12 Pasos de Alcohólicos Anónimos, mientras que los niños y jóvenes adictos, están minados en su recuperación, en principio, porque terminan un proceso de tres meses anexados, regresan a sus casas al origen de sus problemas emocionales, llegan de nuevo al ojo del huracán el barrio los jala, las malas amistades, los viejos moldes y salen débiles, sin haberse derrotado, sin haber comprendido la magnitud de la enfermedad. Vuelven  a consumir, innovan otras sustancias y aumentan las dosis, éstos niños, se hacen viejos, las drogas los trasforman, los acaban, definitivamente, los secan, dejándolos muertos en vida, atrapados sin salida.

El problema es mayúsculo
Cuánto dinero nos cuestan los procesos judiciales dónde están involucrados los adictos, cuánto nos cuestan los tribunales de  menores, las cárceles municipales  preventivas, cuánto nos cuesta el daño social en todas las escalas, cuánto cuestan las vidas que se pierden en accidentes de tránsito por abuso de alcohol y drogas, lo que nos cuestan las muertes por sobre dosis, vaya, las adicciones en general representan un serio daño emocional, la desintegración de la familia, el hundimiento de niños y jóvenes, más la decadencia de la sociedad y no hay peor ciego que el que no quiere ver, en México no existe un programa de prevención integral, se hacen esfuerzos aislados y no existe coordinación, hay, duplicidad de acciones, no existe una cultura de prevención, ni en adicciones, ni en ninguna otra enfermedad, no se puede maquillar el problema con campañas de concientización en los medios, se requiere de acciones concretas y programas serios y profesionales, no se puede improvisar debido a que están de por medio miles de adictos, sentenciados a morir, lentamente, a sufrir y a hacer sufrir, a pesar de ello, hay que reconocer, la ausencia de centros profesionales de desintoxicación, de rehabilitación y readaptación social para menores, estamos muy distantes de un plan nacional de salud y de atención a los menores adictos.

No soy el único recuperado
Así como vivo diariamente con mi enfermedad, ayudando a quien puedo y me lo solicitan, convivo también con muchos adictos que gozan de pronta recuperación, adictos que recuperaron a sus familias, que ahora,  mantienen una buena relación de pareja e hijos, que han logrado establecerse económica y laboralmente, adictos que con hechos, dan señales de vida, algunos terminaron sus estudios profesionales, otros, están  en proceso, muchos más, están vigentes en los grupos de auto ayuda y dan diversos servicios, hay pues, compañeros, compañeras que disfrutan de la sobriedad, gozan de las mieles que prometen los Alcohólicos Anónimos, trabajar arduamente su recuperación, basados en el lema, de solo por hoy y han salido de ese infierno, de ese secuestro mezquino que es una adicción, acreditando que sí se puede, que sí es posible vivir libre de alcohol y de drogas, sabemos, que somos muchos los del  problema, pero somos pocos  los elegidos, y la decisión de un enfermo como yo, es única y exclusivamente mía.

Un día a la vez
La recuperación no es el tiempo acumulado, la recuperación, está en los hechos, en ofrecer verdaderos cambios en los patrones de conducta, abandonar al ser mediocre y soberbio. En mis primeros 15 años libre de drogas, de depresión y de dolor, celebro que dejé de arrojar los platos de comida en la pared de la cocina, hoy, solo por hoy, no exploto, he logrado controlar mi neurosis extrema, dejé de deprimirme, ya no amanece mi almohada llena de cabellos, ni la coladera de la regadera tapada de mi cuero cabelludo, he podido callar a la loca de la azotea, el ruido en mi mente ha disminuido considerablemente, mi celotipia, esos celos enfermizos, patológicos, han desaparecido casi en su totalidad y cuando aparecen los chispazos de celos, sé cómo transformarlos en armonía y en un cambio sano de pensamiento, hoy, no me hago daño, erradiqué mi adicción al tabaco, dejé de fumarme esas casi tres cajetillas de cigarros que me fumaba al día, mí nivel de ansiedad, igual, casi se ha ido de mi ser, celebro también, mi crecimiento espiritual, el incremento de mí autoestima y dignidad, que perdí en mi adicción y que poco a poco he recuperado, dejé de suministrarme antidepresivos, hoy no tomo nada, perdí el insomnio y las pesadillas, al igual que mis miedos, traumas y frustraciones, he depurado mi carga y no guardo resentimientos, ni nada de energía negativa, he aprendido a vivir y a dejar vivir, hoy comprendo que lo mejor de la vida, es vivirla con libertad.- 

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