OPINION

Por V. Manuel Tello Zapata

Un loquito en Guerrero

¿Con qué calidad moral viene a Guerrero el panista Ernesto Cordero Arroyo, quien buscando los votos de sus compañeros de partido anda echando pestes contra todos los gobiernos y presumiendo que los doce años que gobernó el PAN en México fueron los mejores que hemos tenido? ¡Por favor! El sexenio de Vicente Fox no fue tan malo en efecto, por lo menos tuvimos paz y estabilidad social. México era un país tranquilo y libre de violencia desmesurada.

Pero en el sexenio de Felipe Calderón, donde Ernesto Cordero fue Secretario de estado y se dedicó a decir tarugadas (pendejada y media en pocas palabras) como esa de que con seis mil pesos al mes, una familia mexicana podía vivir muy bien y hasta comprar su casa; en ese sexenio se desató la violencia y la inseguridad como la estamos viviendo aún en estos tiempos.

Para legitimarse luego de que le ganó por muy escaso margen al El Peje, Calderón le declaró la guerra a los cárteles mexicanos de la droga. Sin una estrategia adecuada ni la debida planeación, pensando que en unos cuantos meses acabaría con la delincuencia organizada, y queriendo quedar bien con el Gobierno norteamericano, sacó al Ejército y a la Marina de sus cuarteles y barcos para hacer labores de policía, algo que es inconstitucional.

Con el Ejército en las calles, se cerraron las rutas de trasiego para llevar la cocaína colombiana a los Estados Unidos por terreno mexicano, que era el gran negocio de los cárteles, y al perderlo porque sus colegas colombianos cambiaron el medio de transporte, se desparramaron sobre sus zonas de influencia, dedicándose al secuestro y extorsión contra la población civil, a la que nunca tocaron antes de Felipe Calderón.

Como resultado de ese pésimo gobierno panista, más de doscientos mil mexicanos han perdido la vida a manos de la delincuencia; más de treinta mil están desaparecidos; el secuestro y la extorsión continúan al alza, etc.. Esa es la herencia fatal que nos dejó el Gobierno panista de Felipe Calderón, y una inseguridad y violencia en las ciudades que nunca habíamos sentido los mexicanos.

Con todo cinismo, Ernesto Cordero viene a decir que necesitamos un buen Gobernador (seguramente panista), que todo está de la patada en Guerrero, etc.. Se le olvida a este torpe sujeto que el Gobierno donde sirvió con tanto empeño, es el culpable de esto que padecemos. Que cinismo de cabrón. Por eso el panismo no crece en nuestra entidad: le faltan cuadros políticos capaces y sus dirigentes solo son aprendices de la oposición al poder.

PARO LOCO EN ACAPULCO

Como una medida que busca componer a la Policía preventiva de Acapulco, el Ejército Mexicano irrumpió en la sede de esa corporación y decomisó mil 800 armas para hacerles exámenes periciales. El procedimiento podría parecer normal pero coincide con el paro que están realizando estos policías, en demanda de que sea destituido el Secretario municipal de Seguridad Pública, Alfredo Álvarez Valenzuela.

El Presidente Municipal Luis Walton Aburto ha estado abierto al diálogo en todo momento para que su gendarmería retome sus labores y ha otorgado un aumento a sus prestaciones como nunca se había dado. Serán los primeros en el país que disfruten la modalidad 42 del Seguro Social, que ya fue aprobada por el Cabildo. Tendrán derecho al INFONAVIT, se han mejorado las percepciones y el equipamiento, así que solo les queda como pretexto para seguir en paro, la petición de que se destituya al Secretario del ramo, algo en lo que el Alcalde no parece estar dispuesto a doblegarse porque carece de fundamento real dicha exigencia.

Esa petición más bien, parece una maniobra oscura que viene de algunas fuerzas externas que están apoyando al grupo de policías inconformes, porque no todos participan en este movimiento. Es necesario que los dirigentes de esta “asociación de policías”, recapaciten y retomen el diálogo que en todo momento les ha ofrecido el Alcalde Walton Aburto. De cualesquier forma, Acapulco no ha quedado indefenso ante la delincuencia, porque fuerzas estatales y federales incluyendo a Ejército y Marina, se encargan de la vigilancia.