ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
Los tufos, manías y pasmos de los políticos
“Civilizar a un pueblo no es otra cosa que hacerle sentir nuevas necesidades” 
-André Paul Guillaume Gide- 
El humor político no es un componente menor en la cultura política mexicana. Sin embargo, aún carecemos de buenos instrumentos para comprender su impacto. Cuentan las anécdotas, cuentos y rumores, de las zalamerías de cierto alcalde, porque es un tipo tan empecinado en el baile de los egos que no sabe lo que dice, menos lo que hace. Pero sí que rumbo tiene con su banda, donde él es el alfil.

De entre las muchas leyendas, invenciones y ficciones que se cuentan me comentaron ésta: “Tal era el bullicio de la gente y la efervescencia en cada mesa, que al llegar a una repleta de formas femeninas muy confiado empezó a saludar una a una a las féminas dificultándosele abrazar y besar a una señora que se encontraba al otro costado de la mesa, que para variar era redonda, por lo que caballerosamente le tendió la mano y agradeció su asistencia. La mujer se paró y le reclamó “si has besado a este homosexual, a mí me tienes que apapachar”. Con la sorpresa de haber sido pillado, volteando la vista se pudo dar cuenta que en efecto, un travesti le quedaba mirando con ojitos adormilados, pues el gay había podido besar y abrazar al presidente municipal.

En vísperas del proceso electoral 2015, en Atoyac de Álvarez, no queda más que hacer algunas reflexiones o recapitulaciones históricas de los acontecimientos y sucesos ocurridos antes, durante y posterior a ciertas administraciones gubernamentales; pero además  de las personas, grupos y partidos que se entrelazan en esos contextos de la política social, en sus muy variadas vertientes.
2008-2012, otro de los gobiernos erráticos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que dio una clara muestra del no saber hacer o ejercer la gobernanza. El poder, como dijo Enrique Tierno Galván: “El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla” Y estalló entre los grupos del Sol Azteca, lo que vino a fraccionar a simpatizantes y amigos del primer edil en turno. Y con ello, la debacle. El caos y la dispersión de todos y de ninguno, pues nadie quiso hacerse responsable de la perdida de la presidencia municipal, cuando en el 2012, gana el Partido Revolucionario Institucional. Pero, entre los frustrados sí saben quién es el culpable. Mismo que tuvo un ríspido encuentro en ese entonces, con el ahora diputado federal Sebastián de la Rosa Peláez.
Esto ocasionó en el mismo año, el gane del PRI. El cual por la propia inercia del fracaso y la ambición de los perredianos; creara  asombro,  pasmo y la amarga tristeza de irse del poder y con ello bondadosos emolumentos para los de la “izquierda cómoda”, que observaron entre la sorpresa y la estupefacción, el “gane” del candidato del PRI. Un candidato tricolor inexperto en la planificación administrativa y en el quehacer de la política,
Alcalde que hoy, tiene entrampada la administración con los gobiernos estatal y federal, por mezquinos intereses personales y una ausente vocación por servir a los atoyaquenses. Esto se observa en el repudio total a su forma de hacer política, la alta incidencia de secuestros y robos a casa habitación. El primer edil resultó buen  mercader y excelente para los  negocios burdos, como lo fue la pasada feria del Café Atoyac 2014, que el propio gobernador lo exhortó a que fueran gratis los eventos. Pero hizo todo lo contrario. Resulta penoso mencionar que la feria fue una frustración, un fiasco para los asistentes.
Por ello; y, otras formas de la política, es que Partido político como el de AMLO, Morena, se enseñorea por el voto del ciudadano. Solo es cuestión de esperar los tiempos. Salvo que el PRD, en verdad se una, sean solidarios es que puede regresar a tomar las riendas del municipio; pero esto lo harán los jóvenes atoyaquenses radicados fuera de esta comarca cafetalera, que buscan que éste sitio histórico, sea en verdad una ciudad, no el chiquero que ha sido siempre.
La historia marca los derroteros; y, ya hay culpable de la derrota del PRI en el 2015, como lo hubo en el 2012. El PRI estatal lo sabe. El PRD, merodea la silla desvencijada.

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