MISCELÁNEA

Por Jesús Cayetano Norberto
Crónica del temblor de 6.4 grados
Tenía escasos 5 segundo de haber llegado a la oficina del director de licencias comerciales en el H. ayuntamiento de Chilpancingo, Antonio Guzmán Ruiz, cuando empezó el movimiento del temblor de menor a mayor intensidad. Se escucharon voces casi al unisonó, “esta temblando”, que sirvió como alerta para que muchos empleados del área de cajas abandonaran sus lugares y buscaran la salida más próxima. Otros buscaron los muros de la construcción del palacio municipal. Señoras que realizaban sus pagos también se cobijaron en los muros, mientras que otras rezaban pidiendo a dios piedad. Otras más, se soltaron en llanto, mientras sus mismos compañeros los calmaban.

Por mi parte, me dirigía al muro más próximo, pero en ese momento, Toño, me hablo y me dijo: “por atrás, Caye”. Seguí a Toño, mientras continuaba temblando, lo que me hizo perder por instantes el equilibrio. Bajamos escaleras metálicas, encontrándonos de forma inmediata frente al Registro Agrario Nacional, donde su personal también se apuraba para rebasar la puerta de la entrada.
Nos detuvimos, hasta encontrarnos en la plaza cívica primer congreso de Anáhuac, donde cientos de personas se había juntado ahí, por considerarlo un lugar seguro. La mayoría intentaba comunicarse por celular, sin tener éxito. Personal del H. ayuntamiento de Chilpancingo continuaba saliendo, me imagino eran trabajadores del primero y segundo piso que por las escaleras se les complico el acceso.
De la secretaria de la cultura-ex palacio municipal-, salían también rostros desencajados. El miedo rondaba en todos los que seguía llegando a la plaza. Me despedí de Toño y camine rumbo al puesto de periódicos.
Me detuve un poco, porque algunas personas observaban una de las torres de la Catedral de santa María de la Asunción. Era la torre que fue reconstruida precisamente por el temblor del mes de diciembre, pero del 2011, la cual presenta ciertas fisuras, que son notorias.
Llegue con Mayares, al puesto de revistas, tome un ejemplar y me dispuse a caminar a mi domicilio. A mi paso pude ver amontonamiento de trabajadores del Tribunal superior de Justicia, donde también algunas partes de revoque del llamado poder judicial presentaba fracturas leves.
Reanude mi paso y escuchaba todo tipo de comentarios y conversaciones: “por tanta gente mala, dios nos castiga…”, “no pasa nada, es solo que ya comenzara a llover en forma…”, “sigue temblando…”, “pinches, edificios viejos, estamos en peligro constante…”, “tenía el presentimiento que temblaría, estaba el cielo demasiado nublado y obscuro…”, “voy a ver a mis hijos, mi vieja salió a su pueblo”.
El personal de Bachilleres, encontró lugar seguro frente a la dulcería iberia, la mayoría del personal de oficinas centrales se escapaba de la lluvia y casi se negaba a regresar a sus oficinas, algunos decían para que, “puede haber replica”.
Me dispuse a tomar la combi de la ruta plan de Ayala,  en la parada de la esquina de Bachilleres. Se tardo tanto que comencé a caminar de nuevo. Al dar la vuelta note que el edificio de plaza Guerrero-antes cine Guerrero- también tenía ciertas fracturas y pedazos de pavimento, los cuales eran pisados por los transeúntes que caminaban en la banqueta. Camine bajo la lluvia hasta llegar al puente ubicado en la calle  Ayutla, me detuve porque los semáforos no funcionaban, sin embargo, pude ser testigo de cómo dos elementos de tránsito, de forma estoica aguantaban la lluvia, cumpliendo su tarea de dar vialidad a los vehículos y cuidar la integridad de los peatones.
Hoy sabemos que el sismo fue de 6.4 y no de 6.7 como lo habían anunciado preliminarmente, con epicentro en nuestro estado, dañando ciudades del centro y sur de México. El epicentro se registro a 28 kilómetros al sur de Tecpan de Galeana, lugar donde el 18 de abril del presente año también se registro un temblor de mayor magnitud.
Lo negativo en los sismos sigue sido la telefonía celular, que cada que suceden estos acontecimientos se cae la red, haciéndonos sufrir a todos al no podernos comunicar con nuestros seres queridos.

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