TUMBANDO CAÑA

Por Juan Antelmo García Castro
Las cortinas de humo y la riqueza insultante de la iglesia
“La iglesia es la máxima imaginable de todas las corrupciones”: El filósofo Friedrich Nietzsche
En influyente revista italiana se publicó que en 1952 el sacrosanto tesoro de El Vaticano era el segundo más grande del mundo, detrás del de los EE.UU., con un valor de siete billones de liras y un peso aproximado de 10 mil toneladas de oro, que hoy día representa una fabulosa e insultante riqueza con un valor superior a los 500 mil millones de Euros, dinero que basta y sobra para brindar pan y cobijo a los pobres del mundo, en pueblos como el de Guerrero que se caracterizan por ser un “estado castigado, hambriento, empobrecido y depredado por los responsables del bien común”…
El Vaticano, además de su estratosférica riqueza en lingotes de oro, también posee envidiables reservas financieras exteriores concentradas principalmente en Wall Street, por lo que en total el patrimonio central de la Iglesia, en acciones y otras participaciones en capitales, en el año de 1958 rebasaba los 50 mil millones de marcos alemanes, por lo que se infiere que en la actualidad estas reservas financieras estén por el orden de los 100 mil millones de euros… El Vaticano es hoy el consorcio económico-religioso más grande del mundo y está sólidamente comprometido en innumerables empresas del ámbito de inmobiliarias, plástico, electrónica, acero, cemento, textiles, química, alimentos y construcción…La firma Italgas, perteneciente al Vaticano, tiene sucursales en 36 ciudades italianas. El Vaticano también participa en negocios de alquitrán, hierro, destilerías, agua potable, hornos a gas, hornos industriales, etc. De los aproximadamente 180 institutos financieros italianos, por lo menos un tercio dispone de dinero de El Vaticano, que además es dueño de muchos de los bancos más influyentes de Roma y participa en Europa, Norte y Sudamérica de una abrumadora cantidad de poderosas empresas, algunas de las cuales pertenecen mayoritariamente al Vaticano, como por ejemplo Alitalia y Fiat… Por otra parte, la Iglesia es el mayor terrateniente del mundo occidental. Así tenemos que, sólo por mencionar dos ejemplos, en Alemania posee  más de 8 mil millones de metros cuadrados. En Italia, más de 500 mil has. de superficie agraria… El Vaticano es el mayor poseedor de inmuebles a nivel mundial, a grado tal que en relación a la inmensa cantidad de propiedades de la santa sede, ya no se puede hablar de inmuebles en forma individual, sino más bien de ciudades o barrios. En Roma, por ejemplo, aunque usted no lo crea estimado lector, una cuarta parte de la ciudad está en manos de El Vaticano, según se publicó en la revista “L´ Europeo” en 1977, registrando miles de palacios que les pertenecen a las 325 congregaciones de monjas católicas y órdenes de monjes, con valor de 160 mil millones de Euros… Pero ¿quiénes trabajaban en las inmensas propiedades de la Iglesia?...Desde un principio la iglesia apoyó la esclavitud y la agudizó en muchos aspectos. El papa Nicolás V legitimó el comercio de esclavos en su bula “Divino amore communiti” (por amor divino a la comunidad) el 18 de Junio de 1452. Por esto el comercio de esclavos fue legal y no causó ningún escrúpulo en los participantes. El papa Nicolás V poseía esclavos, y el papa Gregorio I mantuvo a cientos de esclavos en sus haciendas, y consintió las leyes que prohibían a los esclavos casarse con cristianos libres. Un esclavo era considerado como ganado. La Iglesia trataba a los esclavos como un “bien de la Iglesia” y esto valía como no vendible. La Iglesia tasaba el valor de los bienes eclesiásticos no según el dinero, sino según los esclavos. Niños ilegítimos de sacerdotes fueron hechos esclavos eclesiásticos de por vida, esto también valía para niños abandonados. La esclavitud perduró en las haciendas y en las propiedades papales hasta el siglo XI… Los fieles católicos sabemos perfectamente que  Jesús predicó el amor al prójimo. Esto no es compatible con lo que hace la Iglesia en pleno siglo XXI, que concentra en sus manos una cuantiosa riqueza mientras que en muchas partes del mundo miles de millones de niños, mujeres y hombres siguen siendo esclavos de la miseria extrema. Amén.

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