“Habilidades” escabrosas y deshonestas en la campaña electoral

Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados” -Groucho Marx-
Las infracciones electorales suelen ser cometidos por  cuatro tipos de personas: funcionarios públicos, funcionarios electorales, funcionarios partidistas y candidatos y público en general. Dichos delitos están tipificados en el Código Penal Federal, el COFIPE y la Ley Electoral de cada Estado. Sin embargo y se debe ser puntual no todas las prácticas desleales en la actividad política electoral están tipificadas como delito, y de tiempo en tiempo pueden agregarse otras nuevas.

Hay vivales quienes  con la justificación de que “en política todo se vale” y “el fin justifica los medios” realizan prácticas alevosos, desleales y deshonestas con el fin de conseguir o mantener el poder, el conocimiento de las prácticas traidoras resulta importante, tanto para los órganos electorales como para aquellas organizaciones políticas que por sus principios no las practican, pero se ven en la necesidad de prever y contrarrestar su efecto con el fin de asegurar el justo funcionamiento del proceso electoral.
Las prácticas deshonestas, antes de las campañas electorales,  suelen ser utilizadas por grupos que detentan o tienen acceso al poder, debido a que gran número de estas acciones supone el apoyo, encubrimiento o cuando menos “desconocimiento” por parte de las autoridades, como parte de estas artimañas se encuentra: la manipulación del padrón electoral.
Las prácticas deshonestas tienen diferentes etapas y niveles, ya enunciamos las acciones sucias que se pueden realizar antes de las campañas, detallaré las que dan lugar cuando se está en los tiempos de campañas electorales.
Desinformación, difamación y calumnia, encuestas preparadas, campañas del Miedo, uso indebido de recursos y apoyo de programas gubernamentales o del extranjero, ocultamiento y destrucción de propaganda,
Fijación y distribución indebida de propaganda, el engaño,  para efectos de campañas políticas es equiparable al fraude de conciencias.
Las prácticas deshonestas que se pueden realizar el día de la jornada electoral son diversas: integración amañada de la mesa directiva de casilla, obstrucción de representantes de casilla y representantes generales, manejo de boletas electorales, la manipulación y el encauzamiento del voto “los pastores del voto”, compra de voluntades (compra de voto) y condicionamiento de programas públicos, las boletas prevotadas,  el ratón loco, el carrusel, el acarreo, los tacos, las urnas embarazadas, operación tamal o desayuno de la unidad partidista,  los muertos con credencial que votan, el relleno de las urnas, el apagón, la alteración y cancelación de votos,  el robo de urnas, el espionaje, el voto corporativo, la inflación de votos,  los mapaches,  los observadores comprometidos,  los encausadores o promotores del voto,  el cambio de pañal, preparar la anulación de casilla adversa, mayoriteo, agandallamiento.
Otra fase de las prácticas escabrosas se da después de la jornada electoral, y tiene como fin arrebatar el triunfo. Dentro de las acciones que realizan en esta etapa se encuentran: La caída del sistema,  la alquimia y el laboratorio, la sacra paquetería, la marcha, caravana o fiesta del triunfo
Estas actitudes y aptitudes indecorosas que se han descrito representan solo una parte de las acciones que la creatividad humana mal encausada ha desarrollado hasta ahora. Es necesario hacer prevalecer el Derecho Jurídico

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