MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** El reto del rector ante vicios electorales de la UAGro
El rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, por sus siglas UAGro, Javier Saldaña Almazán, lo aceptó. No todas las elecciones por la dirección de las unidades académicas fueron ejemplares. El punto es, ¿Qué va a pasar en aquellas donde existen impugnaciones y si éstas están bien sustentadas? ¿Bastará con un arreglo político? ¿Será necesaria la reposición del procedimiento, o sea, una nueva elección?

Así es. Nadie podía tapar el sol con un dedo. Con el avance tecnológico, fue fácil darse cuenta que el proceso electoral universitario se vio enturbiado. Que el predominio de las prácticas antidemocráticas sigue formando parte del ADN,  de algunos que tienen en sus manos la formación o deformación de los jóvenes. El mismo rector salió al paso, y aceptó que hubo cosas cuestionables en el proceso. No haberlo hecho, habría perjudicado a su imagen y al mismo proceso de transformación que hoy encabeza en la UAGro.
No es para menos. Javier Saldaña Almazán es producto de un alto consenso entre los universitarios. La convivencia armónica de los grupos fue una señal sumamente positiva para el estado de Guerrero, en el sentido de que la apuesta está depositada en elevar el nivel de la Universidad y ubicarla en los primeros planos, además de responder con mayor eficacia a su tarea de contribuir en el progreso y desarrollo del estado.
Los últimos doce meses, en ésta nueva era, habían sido de las mejores páginas de la UAGro. Hasta que el proceso electoral nos ha regresado a la realidad. Y es que el asunto no tiene que ver con una simple elección. Sino con todos los mensajes que ésta envía. Comenzando por la forma en que se trabaja para conquistar el espacio de poder. Y creo, que tienen razón quienes escriben de la filosofía del éxito, cuando hablan de la pobreza mental, que despierta la necesidad, misma que nutre a la codicia, y por la cual, se es capaz de cometer cualquier acto fuera de la ética y la moral.
Ya sabemos que se habla de los mismos vicios de siempre. Del chantaje, presión y ofrecimiento de calificaciones hacia los alumnos, entre otras. Sin embargo, eso es precisamente, lo que no debiera empañar el proceso de transformación, que se supone, también debe ir enfocado a mejorar el entorno democrático de la institución, y ser ejemplo de ello hacia la sociedad, que tal y como lo dijera el rector, debe llegar el momento, en que el pueblo de Guerrero, se sienta orgulloso de su universidad.
Creo que el proceso de transformación que encabeza Javier Saldaña Almazán no es como aquella manzana que se ve roja y brillante, a la que al morder le sale un gusano. No es de apariencia, por eso el asunto electoral es algo serio. Ejemplifica que aún falta mucho por hacer, a efecto de cambiar el chip. Me impresiona escuchar de docentes que están dispuestos a todo por mantener el espacio o la chamba, porque es eso lo que enseñan a los jóvenes.
El gran dilema es, ¿Qué pasará con aquellas unidades donde las impugnaciones tengan sustento? Ir por el acuerdo político, hay que decirlo, sería tanto como ser cómplice de las practicas que un día se aceptaron como nocivas, Reponer el procedimiento y convocar a nueva elección, tal vez sería una decisión valiente. Pero al margen de ello, sea cual sea la decisión, en lo personal, me queda claro, que Javier Saldaña Almazán, debe enviar un mensaje, de que en su periodo las cosas se van a hacer bien. Caso contrario, estaría traicionando la misión que se ha impuesto, por sentar los verdaderos cimientos de la transformación de la UAGro. Esa es la cuestión.

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