ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

De la diplomacia laboral, al ejercicio político en Atoyac de Álvarez.
Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
“Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad”   -Miguel Delibes-

Para tener en cuenta que el trabajo político-ideológico no se realiza en abstracto la comprensión de estas ideas  que es de extraordinaria importancia, considerándolo como “una forma de actividad ideológica consciente que contribuye a la solución de problemas que dificultan la continuidad y desarrollo del sistema socioeconómico y político vigente a partir de la atención de los destrozos que causó “Manuel” e “Ingrid”, en la sierra de Atoyac. Las soluciones han sido dificultosas; pero han llegado en partes y en concreto.

El presidente Enrique  Peña Nieto, ha revalorado los trabajos que se han suscitado en este girón de tierra golpeada no tan solo por hechos meteorológicos; sino también por irresponsabilidades y mañas de ex alcaldes. Atoyac rica en plantíos de café; pero también pobre en sus hombres y mujeres que lo han gobernado. La reconstrucción del municipio no tan solo en su faceta arquitectónica, sino en lo económico es difícil, sumamente difícil. 
Siendo esto así, la participación ciudadana representa una adecuada fuente de información, de esfuerzo, de realización y de intercambios de experiencias que, indudablemente, contribuirán al logro de metas transformadoras en la comarca cafetalera. Y, quien ha logrado escalar ese estadio, ha sido el secretario del Ayuntamiento, quien pese a las trabas y argucias de los amigos disconformes, lleva esa importante oficina por el mejor sendero de la praxis política; y, el manejo de la diplomacia, para con todos sin excepción.
Guillermo Ortega Cisneros, abogado presto y administrador inmediato, sabe que ha se operar en cirugía fina e invisible los daños hechos a la comuna desde diversas trincheras. Hoy enfrenta, conjuga verbos y versos de grillos, de políticos bisoños, periodistas mal hechos, reporteros tranzas, inexpertos, extorsionadores e incultos en su profesión. De gente que busca entorpecer, sin proponer. Y, allí la diplomacia del hacer, se convierte en hechos.
A participar en la toma de decisiones mediante la negociación colectiva, si bien también puede contribuir a encontrar soluciones más duraderas a los problemas, a fortalecer el compromiso y la transparencia, y a acelerar el ajuste al cambio, así se esquema desde la secretaria del ayuntamiento y así se va por los senderos y laberinto de la política.
Hoy, hay rumbo, hay puertos para desembarcar a la prole inactiva;  a la plebe que no aporta; a la cría indescriptible que no funciona que no sirve; al vulgo que desgobierna. Hoy, el encauce es donde todos deberán remar con ahínco y febril actividad.

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