MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** El extravío en salud, lo padece el pueblo

La salud pública no es un juego. Y no lo es, porque el objetivo principal de ésta es elevar la calidad de vida de las personas. Su existencia tiene sentido, cuando se aplica para disminuir las tasas de morbilidad y mortalidad. Por eso es lamentable, que la secretaría del ramo en Guerrero, durante la estancia de Lázaro Mazón Alonso se distinga por estar inmersa en escándalos y aspiraciones políticas, mientras las enfermedades siguen golpeando a la población, sin que exista un trazo eficaz en las acciones.

Así es. Cuando se ha perdido el propósito principal de algo o la brújula, los resultados son negativos. Y en el caso de la función pública, la ineficacia o extravío de los funcionarios es pagada por la población. Situaciones de éstas, representan un doble golpe para la gente, ya que además de padecer por la ineficacia en la prestación de los servicios, todavía tienen que financiar los salarios de éste tipo de servidores públicos.
En el caso de la secretaría de salud, la estancia de Lázaro Mazón no ha sido lo mejor que le haya pasado a Guerrero en el sector. La cadena de escándalos y su aspiración política han mermado notablemente su imagen, y lo más grave del caso, es que por tener la vista en otra parte, la ciudadanía sigue padeciendo los estragos de algunos padecimientos, que se han incrementado, a causa de esa distracción. Por no estar enfocado en lo importante. En lo que le toca. Porque sería lamentable, y mucho peor, que desconociera, lo que tiene que hacer en el área donde hoy cobra, y muy bien, según las recientes filtraciones.
Tan solo en la capital, no se necesita hacer un enorme diagnostico, muchos nos damos cuenta del incremento de enfermedades respiratorias y gastrointestinales. Los consultorios públicos y privados reciben diariamente a muchos pacientes por esas causas. Es fácil, asegurar que los padecimientos se han incrementado en razón de la falta de cultura o educación de la gente en materia de salud preventiva. Tal vez alguien, no ha hecho también su labor de informar. Sin embargo, el hecho va más allá, cuando es evidente, que  existe escaso o nulo nivel en los controles de agua y alimentos que se expenden por donde quiera.
En lo personal entiendo, que la economía del país no es la mejor. Mucho menos, con los constantes incrementos a la gasolina, y por ende al precio de los artículos básicos. Y con salarios que se han estancado, es entendible que se abran negocios de alimentos en diferentes partes de la ciudad. Hablamos de Chilpancingo, porque si esto pasa en la capital, no me quiero imaginar, cómo se encuentra el resto del estado. Y ante este hecho, la autoridad en materia de salud parece invisible.
Y lo peor del asunto, no es la condición insalubre en que trabajan éstos negocios que venden alimentos, sino que el problema llega hasta los restaurantes debidamente establecidos. Tan solo, en una visita que realicé al gastroenterólogo, para una revisión rutinaria de una cirugía que me practicaron, me fui a enterar de dos casos de infecciones graves que requerían internamiento, y todo por ir a comer, a un restaurante bien acreditado, según.          
No quiero pensarlo. Más sin embargo, el hecho sugiere que no llegan hasta ahí los monitores que debe realizar la secretaría de salud, con  la finalidad de que la gente consuma alimentos en lugares donde existan condiciones salubres. Y más grave es el asunto, cuando ni siquiera parece existir un número, una página, o un contacto, para que la gente reporte alguna anomalía, a efecto de que la autoridad le dé un seguimiento a la denuncia y haga valer la normatividad. Lo que si hay, es un página de facebook, en la que el secretario le rinde culto a la vanidad con su dizque imagen.
Hoy se habla de escándalos financieros, y por los amigos que ha llevado a la nómina el secretario que sueña con participar por la gubernatura. Tan es así, que hay un planteamiento desde el Congreso para llamar a comparecer a quienes manejan los dineros de la dependencia. El caso es, que todo ese extravío, lo paga el pueblo. El gobernador, debe haberse dado cuenta, que Lázaro Mazón, ya dio lo que tenía que dar, si es que alguna vez, dio algo diferente al sector. Esa es la cuestión.

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