La unidad de la izquierda, una premisa para avanzar en la consolidación de un régimen democrático en guerrero

En los últimos días, la sociedad guerrerense, los medios de comunicación, las instancias partidarias, institucionales y de la función pública, han sido partícipes o, en última instancia, testigos mudos de una diatriba sin mesura e impertinente, entre diversos personajes y actores políticos, que solo genera confusión, desánimo y profundo fastidio en la ciudadanía, que fortalecen su desinterés por la participación política.

Muchas de estas expresiones y pronunciamientos que se asemejan a discusiones y debates políticos, son motivadas y deambulan por entre los recovecos de las preocupaciones personales, de los intereses económicos, y de alianzas políticas y estrategias que les permita coyunturalmente mantenerse en la arena de la contienda electoral que se avecina, sin tener en cuenta el interés general de Guerrero.

En otro orden de ideas, nuestra entidad ha sido conducida por el viejo régimen a un grave deterioro social, político y económico, que ha dejado al país -en lo general- y a nuestro estado en particular, en un profundo quebranto estructural, del que solo se podrá superar en la medida que reconstruyamos el tejido social, replanteemos la verdadera participación social en la toma de decisiones, y sentemos las bases de una relación armónica entre los diversos sectores de la sociedad y autoridades, fundada en el ejercicio pleno de las libertades y los derechos humanos.
En los últimos meses, y en particular en estos últimos cuatro días, el país sufre una de las más grandes regresiones históricas, a la que la izquierda hemos calificado de traición a la patria, porque se está entregando al capital extranjero el petróleo que les expropió el General Lázaro Cárdenas en 1938, y la luz eléctrica que en 1960 hiciera lo mismo el presidente Adolfo López Mateos, para dejarlo en manos de los mexicanos y mexicanas.
Ante este contexto nacional y estatal, estoy convencido de que para la Izquierda en Guerrero, la discusión y el debate político tienen que estar a la altura de las circunstancias. Más en un momento en el que las diferentes fuerzas partidarias se disputarán las preferencias electorales de la ciudadanía, y donde cada cual ofrecerá alternativas que, a través del ejercicio del poder público, procuren desde sus muy particulares puntos de vista, condiciones de bienestar y desarrollo social.
La expectativa y responsabilidad de la Izquierda es construir en el horizonte del desarrollo de Guerrero una sociedad más igualitaria, equitativa, tolerante, incluyente y respetuosa de la diversidad política e ideológica de todas y todos los guerrerenses; una sociedad que humanice el trabajo y las relaciones laborales, rescate el sentido social de la producción y el mercado, construya y reconstruya equidad en la distribución de la riqueza, recupere el sentido de comunidad y solidaridad social, y respete el derecho a la autodeterminación de los pueblos en la construcción de su propio destino.
La Izquierda en Guerrero está llamada a asumir su papel catalizador en la columna vertebral del desarrollo de la sociedad guerrerense. Está llamada a construir la fuerza de gobernabilidad intrínseca en la pluralidad política e ideológica de nuestro pueblo. Está llamada a ser el punto de equilibrio en el ejercicio del poder público.
La experiencia vivida, no obstante la pertinencia histórica y la contundencia de nuestros principios, a los que me asumo y reivindico, me veo obligado a insistir en mi llamado a la unidad de la Izquierda en Guerrero. Sostengo que es necesario y urgente generar las condiciones que nos conduzcan al entendimiento, al acuerdo, al consenso de las diferentes expresiones partidarias y de la organización social, en un solo pronunciamiento de unidad política hacia la construcción de la gobernabilidad, desarrollo y paz social.
Frente a esta expectativa unitaria estatal, juzgo pertinente y urgente la búsqueda de consensos internos en las filas del PRD, para lo cual propongo la instalación de una mesa de diálogo para el consenso, integrada por representantes de todas la fuerzas políticas internas, en donde se analicen, discutan y diriman las diferencias; y le permita al partido, como la fuerza de izquierda mayoritaria en Guerrero, tener la fortaleza y autoridad política para lograr la unidad de toda la izquierda en el estado. 
Construyamos al amparo de la pluralidad, la tolerancia, y la inclusión; con fundamento irrestricto en los principios de la Izquierda Democrática y progresista, la alternativa de cambio y desarrollo de una sociedad cada vez más democrática, justa, equitativa y con paz social.
Fraternalmente
Diputado Federal Sebastián de la Rosa Peláez

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