MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** Un liderazgo que cae bien

Hay liderazgos que caen bien. Especialmente aquellos que viven lejos de las exageradas luminarias y hacen un trabajo efectivo, con el que dejan sentir su marca. Uno de esos casos, lo podemos ver en el SUSPEG, en donde Adolfo Calderón Nava, viene desarrollando una labor eficaz, que ha generado un sindicato más fuerte y unido. No es casual, que en la ruta del 2015, ya se vea a esa organización, como un capital político digno de tener y tomar en cuenta. 

Así es. Los mejores liderazgos no son aquellos, cuyos personajes siempre están en las fotos y en los medios. Sino quienes realizan un trabajo eficiente a ras de piso. Los que recorren centímetro a centímetro su área de responsabilidad. Bien lo dice Jorge Valdano, en su libro: “Liderazgo”, una de las principales virtudes de los grandes líderes, no  radica en estar buscando las luminarias, sino el vagabundeo, es decir, el recorrido constante para nutrirse de la retroalimentación e incentivar la inteligencia de visión.
Los grandes liderazgos no son los que alardean. Lo vamos a decir de manera sencilla y llana. Sino aquellos que hacen bien las cosas. Los que ponen un sello o marca de su trabajo. Quienes dan un valor importante a sus representados. Y que saben ser leales a su palabra. Esos tres aspectos, son los que viene desarrollando Adolfo Calderón Nava, de quien debemos decir, en ocho meses de gestión, prácticamente ha visitado las más de sesenta secciones del SUSPEG, en donde ha mantenido dialogo directo con los comités seccionales y la misma base trabajadora.
La prioridad, para el líder del SUSPEG, de acuerdo a lo que se ha visto, ha sido, como lo dice Valdano, el vagabundeo. Recorrer tramo por tramo todas las secciones de su sindicato. Mantener una comunicación directa con las diferentes dirigencias e ir al encuentro de los trabajadores, lo que ha generado una organización sólida, que se visualiza como un activo político importante y nada despreciable en la ruta del 2015. Y de hecho, no es raro, que hoy se hable de que desde la esfera nacional, un partido político, ya ande buscando a Adolfo Calderón Nava, en virtud de todo ese trabajo eficaz.
No es para menos. Ha dejado sentir un sello o marca especial de su trabajo, en donde el común denominador es la responsabilidad. En segundo lugar, ha privilegiado dar un trato excepcional a la gente, y en especial a la base trabajadora. Y una prueba de esto, es que en aras de fortalecer ese buen trato, ha mejorado la oficina de audiencias para que se respire un ambiente de más comodidad y cordialidad. Es evidente, que sus acciones tienen el fin de mejorar la atención. Y en tercer lugar, ha dado fortaleza a su liderazgo, mediante la lealtad a su palabra. Considero que éste aspecto es el que más ha impactado al seno del sindicato, en donde ha logrado sumar a dirigentes que no comulgaban con su asunción a la Secretaría General.   
Con ese tipo de ingredientes, es natural que el liderazgo de Adolfo Calderón Nava caiga bien. Y también lo es, que ya lo anden buscando para hacerlo aliado en la ruta del 2015. Y vaya que ese capital político, no es nada despreciable. Esa es la cuestión.

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