MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** Los afectos del Gobernador Ángel Aguirre y la sucesión.

Una de las incógnitas, que aparecen en el ambiente político, es la decisión que habrá de tomar el Gobernador Ángel Aguirre Rivero, con relación a la sucesión gubernamental. ¿Hacia dónde se irán sus afectos? Al margen de esto, lo que está claro, es que hoy sus intereses se ven enfocados en una sola dirección: servir a todos los guerrerenses, sin distingos y sin preferencias. Su voluntad de hacer bien las cosas, y en beneficio de la gente, está por encima de cualquier afecto partidista. Eso quedo claro, durante su gira de trabajo por la capital del estado.

Así es. La forma en que llegó a la gubernatura en 2011, habla de que el mandatario estatal, tiene una enorme amistad con posibles aspirantes, de las diferentes fuerzas políticas. Una de las que más llaman la atención, es la relación con el alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, quien por cierto aparece bien posicionado en las encuestas, y dicho sea de paso, luce como un factor, que al final de cuentas, pudiera regresar a quienes en 2011, optaron ir en contra de la imposición en su partido y votar de manera libre por el proyecto Aguirrista.
El Gobernador Ángel Aguirre llegó al poder, si bien es cierto por la apertura de los partidos de la izquierda, también lo fue, por un enorme número de priístas que decidieron seguirle, luego de saber que era el mejor posicionado y que la cúpula del partido tricolor había ignorado el sentir de la gente, privilegiando, como siempre ha sido, los intereses de unos cuántos, tal y como se ve en las diputaciones locales y federales por la vía plurinominal. 
Desde esa perspectiva, a pesar de los grupos caciquiles que han hecho mucho daño al partido tricolor, el mandatario estatal ahí tiene grandes amigos, a los que seguramente, no les jugaría en contra durante un proceso electoral. Tal vez, el activo más interesante, sigue siendo Mario Moreno Arcos, porque además de los lazos de amistad, fue el único, sí el único, que resistió el vendaval de López Obrador en 2012, logrando mantener la alcaldía de Chilpancingo en manos del PRI. Habría que tener memoria corta, para olvidar éste hecho, como también, la forma en que ha venido sacando las enormes tareas que heredaron, la tormenta Manuel y el huracán Ingrid.      
Ahora bien, como se aprecia en el ambiente y lo dicen los números, el hijo del Gobernador, Ángel Aguirre Herrera, tiene muchas posibilidades de ser candidato para la alcaldía de Acapulco. Ese hecho, podría marcar la pauta. Y podría ser así, porque es evidente que los afectos del mandatario se irían hacia el partido que lo nomine. Y es que, el voto lineal es lo adecuado en ese tipo de casos. Por ejemplo, el Senador Armando Ríos Piter lo sabe. Tan lo sabe, que aprovechando la coyuntura del protagonismo del imberbe David Jiménez Rumbo, de inmediato se apresuró a manifestar el apoyo al legislador local, Aguirre Herrera. 
Lo que cambiaría el sentido de las cosas, sería un regreso masivo al PRI, de quienes se fueron en apoyo para llevar a Ángel Aguirre a la gubernatura. Ese hecho, aunque se ve lejano, por los intereses que privan en el partido tricolor, y de los que se sienten dueños de éste, podría ser un golpe muy doloroso para el PRD, quien ya desde hoy padece, por su falta de cohesión, el arribo de MORENA y su falta de trabajo a ras de piso. ¿Se imagina amigo lector, a Ángel Aguirre Herrera y a Jorge Salgado Parra como candidatos del PRI en el 2015, para las alcaldías más importantes de la entidad?
El punto es, que en el tema de los afectos del gobernador, lo único que está claro, es que más allá de la sucesión, lo que tiene toda su atención es servir a la gente, y seguirlo haciendo sin distingos y sin preferencias. Tal y como lo dejo en claro, durante su gira en Chilpancingo. Esa es la cuestión.

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