jueves, 4 de septiembre de 2014

MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** Pegarle al puntero; parte natural del show.

Todo tiene sentido. El trato que se da a los posibles aspirantes a la gubernatura es diferente. Especialmente hacia quienes encabezarían la lista de preferencias. El golpeteo y deseo de querer bajarles unos puntos de popularidad y aceptación son evidentes. Es una manera elocuente para poder medir a los mejor posicionados. Basta con leer algo en los medios impresos y en las redes sociales, para darse cuenta de quienes están en la mira de campañas de desprestigio.

Así es. Las contra campañas son parte natural del show político electoral. Teniendo a la mano hoy, diferentes instrumentos de medición y para poder llegar a un mayor número de ciudadanos, los grupos políticos tienen una idea clara de cómo andan las aguas, con relación a la sucesión gubernamental. Por lo menos, en las dos principales fuerzas de la entidad, PRD y PRI, es evidente que si lo saben. Y tan lo saben, que los golpes contra los punteros han estado a la orden del día.
En el amanecer del 2014, se reveló que los sondeos tenían bien posicionado al alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, por parte del Partido Tricolor. En respuesta a esto, la campaña en contra de su imagen no se hizo esperar. Era palpable la urgencia de descarrilar su proyecto. Le han buscado por el lado de la seguridad pública, los asuntos laborales internos con la creación de un sindicato, el proceso de reconstrucción ante los daños provocados por la tormenta Manuel, entre otros aspectos, de los que ha salido bien librado. Su principal virtud, es haber dado siempre la cara ante las situaciones demandantes.      
Hasta hoy, no he visto a un presidente, que haya tenido la capital del estado, con un mejor manejo de la presión que Mario Moreno Arcos. Eso lo etiqueta como un político maduro y que tiene los atributos para ir en pos de retos mayores. Los hechos hablan de que le ha tocado gobernar en uno de los momentos más complicados de la historia de Chilpancingo. Tal vez, el de mayor complicación hasta el día de hoy. Convivir con los graves problemas en materia de servicios, comenzando por el asunto del agua, la creciente ola de inseguridad y los daños de la tormenta Manuel, adherido a las necesidades “normales” de la ciudad y las comunidades, son algunos de los aspectos que hablan de la estatura política que se requiere para gobernar a la capital.
En medio de todo esto, el que entre 6 y 7 personas, en los sondeos de opinión, califiquen bien su gestión, nos habla de que la ciudadanía entiende la magnitud de los retos que implica gobernar a Chilpancingo. Y más aún, reconocen la visión, el trabajo y la estatura política de Mario Moreno Arcos, a quien, en los números, se le ubica como el mejor posicionado por su partido, el PRI, en la ruta de la próxima Gubernatura.
Chilpancingo ha tenido a un alcalde a la altura de las circunstancias, en un momento crucial de su historia. Con recursos limitados para maniobrar y con sus detractores encima vigilando con lupa, ha logrado salir adelante y mantenido la ruta firme del barco, tal y como se ve en el record histórico de obra e inversión que ha llegado a Chilpancingo.
Es natural que Mario Moreno Arcos, se encuentre arriba en los sondeos, con relación al PRI. Existe una hoja de servicio importante que le respalda. Y por esa misma razón, recibe un trato especial de quienes saben que sigue creciendo su proyecto. Algo normal en el show político electoral: pegarle al puntero. Esa es la cuestión.

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