SOY ALCOHÓLICO… Y SOY ANÓNIMO

El encuentro con la agrupación de Alcohólicos Anónimos fue, es y seguirá eternamente placentera, grata y feliz… entre esta comunidad de hombres y mujeres he encontrado una nueva forma de vivir, llena de esperanzas, ilusiones, propósitos y metas que guían la vida y mi destino, con tiempos y espacios que se vuelven un canto a la vida, en comparación con aquellos amaneceres y anocheceres aciagos, llenos de miedos, zozobras, hambres y, lo que era peor, un enorme sentimiento de inutilidad y un vacío existencial terrible e inmovilizador, que abría un enorme hoyo negro en mi vida, que lo único que traía era dolor, inconciencia, sufrimiento y una interminable cadena de desgracias.

 En Alcohólicos Anónimos me han enseñado a tener la autoestima en un grado normal, ni sentirme más ni creerme menos, sino una persona dispuesta a trascender como ser humano, con defectos y cualidades, con aceptación, comprensión, entrega, tolerancia y lo que es mejor, a llenar mi diario vivir de propósitos de vida… ¡Síiii! Me han dicho y me han demostrado que aquella persona que tiene objetivos en su existencia, inmediata e instantáneamente se llena de esperanzas, sueños, planes y acciones para llenar su vida… que pobre de aquel ser humano que no tiene un sueño que cumplir, una esperanza que vivir, una actividad que realizar.
 Para qué despertarse si no hay un plan que cumplir, para qué levantarse si no tienes en la mente un programa que desarrollar y vivir… y ¿saben qué?... Tienen razón, tienen toda la razón del mundo, pues la persona, alcohólica o no, que no tiene un sueño que cumplir es más pobre que el que no trae una moneda para gastar, pues los sueños de ayer son las realidades de hoy.
 Si el hombre no soñara con la paz, el ser humano ya no existiría, pues así como existen mentes malévolas que ambicionan poder, dinero y dominio y que son capaces de matar, robar, agredir y humillar para sentirse completos… afortunadamente existen y conviven otros seres humanos que buscan, proyectan y encuentran la paz, la armonía, el diálogo, la concordia y el hermoso sentimiento de la hermandad con sus semejantes… y estos valores son inquebrantables, invalorables y le dan sentido a la vida misma. Y en A.A. hemos encontrado estas personas que sueñan con un mundo más humano y fraternal, más diáfano y gratificante, que están dispuestos a ser mejores cada día y que su punto de partida es un Plan de 24 horas, traducidos al “Sólo por Hoy”, para hacer de sí mismos grandes seres humanos, que accionan humilde y honestamente, para tener un mundo mejor. ¡Felices 24 horas.

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