DE ADICTO A ADICTO

Por Ernesto Salayandia García

Armonía, el arte de hablar bien, para vivir mejor

Primera Parte
Fui víctima del pánico escénico
Esta es la introducción de mi décimo tercer libro; No soy psicólogo, ni psiquiatra, ni terapeuta, ni nada que se le parezca, soy un enfermo emocional que ha tocado fondos, fondos severos y he logrado trascenderlos para disfrutar ahora, de plenitud y de una libertad absoluta. Sufrí demasiado por mis miedos, a pesar de que nací en la radio, entre trasmisores, antenas, consolas, micrófonos, discotecas, nací con un fuerte pánico al micrófono, un miedo tremendo a hablar en público. Mi padre fue pionero de la radio en el estado de Chihuahua, México
, Don Domingo Salayandia Nájera, periodista cabal, hombre ejemplar, comunicador y periodista que se destinguió por su alta vocación de servicio, fue una magnífica escuela para mí y he tratado de ejercer la herencia humana que me gestó. No tuve el valor de levatar la mano y participar en el salón de clases, aunque sabía las respuestas de las preguntas que formulaba el maestro, me quedaba lleno de frustración, inmovilizado, sin ese carácter, de igual manera, me traumaba en una mesa de algún evento social, quince años o boda, todos contaban chistes, se reían, platicaban y yo deseaba enormemente contar un chiste, pero me dominaba el temor a contarlo mal, a que no lograra provocar las risas o de plano, a que se burlaran de mí y así, fui víctima de mi inseguridad gran parte de mi vida. He conocido infinidad de personas que me han hecho el favor de tomar mi Taller de Comunicación Asertiva y me han regalado sus amargas experiencias de lo que son sus fobias y miedos, muchos miedos, como enfrentar agresiones o ridiculizaciones.  Mis miedos se asentuaron en mi comunicación, miedo a mi padre, madre, a los adultos y a mis maestros, miedo para actuar y hablar, para tomar decisiones, fui un tipo inseguro, jamás pensé hacer lo que hago ahora, he estado muchas veces actuando en un escenario, cantando, bailando, he podido dar conferencias y ganarme el silencio absoluto ante más de 4 mil estudiantes, he captado el interés sobre mis temas cada vez que tengo la oportunidad de dar una plática, un taller o desarrollar una conferencia, mis cambios, en ese sentido, han sido sorprendentes.
Hablar en público
Se me hacía un nudo en la garganta, me daba la incómoda tosecita de nervios, se me secaba la boca, me ponía rojo, invadido por el bochorno, me sentía totalmente incómodo, sudaba de pies a cabeza, titubeaba, tartamudeaba, perdía las ideas, decía una cosa cuando en verdad quería decir otra, me llenaba de impotencia y frustración, afloraban en mí muletillas, todas, por supuesto que todo el mundo se daba cuenta de mi inseguridad, de mi fobia al micrófono y a hablar en público, en ese sentido, conozco lo que una persona sufre cuando no puede dominar el pánico escénico, simplemente por que de ahí vengo.
La magia de la radio
En Camargo Chihuahua, México en una estación de radio que tenemos, XHOH, La Jefa, mi novia, en aquel entónces, ahora mi esposa, 22 años después, me dijo una tarde.- Ay mi amor, con esa voz tan padre que tienes, deberías salir al aire.- Oye, dedicame una canción.- Le respondí.- ¿Cuál quieres?.- La que tu quieras-Tomé el interfon de la oficina de la gerente y le dije al locutor.- Me puedes dedicar  con todo mi amor para mi esposa.- Te quiero para mí, de Trigo Limpio.- Gracias.- No, no mi amor, dedícamela tú con tu voz.- Ok y me fui a la cabina, en aquel tiempo las consolas, cartucheras, tornamesas, eran enormes y me senté frente al equipo, con la mano temblorina, coloqué el disco de acetato de 33 revoluciones, abrí la llave en la consola del micrófono y lleno de miedo, con la voz quebrada, salí al aire.- Para mi vida, Te quiero para mí.- Trigo limpio.- Uff, sudé frio y me fui a la oficina.- Que tal mi vida, me escuchaste.- No mí amor, ponme otra y regresé a cabina a hacer la misma operación.- Abrí el micrófono y nervioso expresé.- Quiero abrazarte tanto…con cariño para mi amor.- y salí echo la mocha a la oficina.- ¿Me escuchaste?.- No, es que estamos aquí en la chorcha, pero ponme otra por fa.- Y regresé.- Para el amor de mi vida, Felicidad con Victor Iturbe, luego puse a Mocedades, después a Camilo Sesto, José José, Roberto Carlos y me quedé frente al micrófono dedicándole canciones a mi esposa, después de una hora, le perdí el miedo y me encantó Su Majestad la Radio, al día siguiente, abrí un programa y me mantuve al aire en ese horario, de once a una de la tarde, por más de un mes, después,  salí al aire con La Voz de Chihuahua, el otro sabor de la noticia y tuve un rotundo éxito, registré los más altos niveles de audiencia, jamás acreditados en la historia de la radio en Chihuahua, ganá periodísticamente un sólido prestigio, generaba noticias exclusivas que después se difundían en otros medios, con el debido reconocimiento.- Así se dió a conocer en La Voz de Chihuahua.
Una tribuna hueca
En Oceánica, una de las clínicas más caras del mundo, durante mi internamiento de 35 días, subía a tribuna con muchas dificultades, me bloqueba, no sabía manejar mis sentimientos, ni mi interior, hoy me doy cuenta de los grandes errores que cometía, por ejemplo, aparentar ser lo que no era, no hablaba para mí, buscaba la aprobación y el reconocimiento del grupo, no tenía la más mínima idea de las técnicas para hablar en público, mi cuerpo estaba rígido, tenso, y mi cara, como de limón agrio, de miedo y de pocos amigos, nulo lenguaje corporal positivo y en el centro de rehabilitación, 7 años después de mi internamiento en Oceánica, no subía a tribuna, duré cerca de un mes sin usar esta herramienta para mi recuperación, el día en que tuve mi despertar espiritual, cerca de los dos meses de este proceso, duro, lento y fastidioso, ese mismo día, se manifestó la tribuna y tuve otro despertar espiritual cuando empecé a hablar, y hablé por un lapso de dos horas, lloré, saqué mis resentimientos, me derroté, hice una verdadera catarsis y sentí la gran importancia que tiene la tribuna para mi recuperación, pero volviendo al tema, puede hablar en público con seguridad, libertad y lo más importante, hablé para mí, no para los demás.
Años de frustración
Conozco toda la energía negativa que genera el no tener la libertad de hablar, cómo hablar en público en un salón o aula, el querer decir algo, el contar un chiste, el opinar de algún tema y no poder, no logarlo por miedo. Siempre quise contar chistes y cuando contaba uno, nadie se reía, no tenía la gracia, no ligaba ideas y el chiste era un fiasco, por muy bueno que fuera, tuve dificultad para socializar con las mujeres, tenía que estar alcoholizado para armarme de valor, crecí con mucho miedo hacia mi padre, miedo que perdí casi al final de la vida de él, pero siempre hubo esa enorme barrera y me perdí de grandes oportunidades por mi inseguridad, debido también a mi autoestima baja, a la ausencia de confianza y de amor en mí mismo, le dí demasiada importancia al que dirán, me fijé una seria preocupación por buscar la aprobación de los demás, es decir, vivía para ellos, no para mí y no disfruté de la vida, ni de las grandes ocasiones, porque reprimí emociones y no fui libre, por ello, cuando alguien llega a mi estudio con todas esas características, sé como puedo ayudarle, transmitiendo mi propia experiencia.
Nada es para siempre, ni bueno ni malo
La inseguridad genera un mundo de emociones encontradas y en la vida, he estado escuchando tantas incongruencias de infinidad de personas que se justifican, recuerdo, en un taller titulado, Calidad y Calidez en la Cátedra, el que permite al maestro a usar las herramientas y técnicas para moverse como pez en el agua, expresarse con voz fuerte, firme, con una actitud positiva, un lenguaje corporal asertivo primordialmente para que los alumnos no se te duerman o se aburran, hubo un viejo abogado, que me dijo.- No pienso cambiar, así lo he hecho todo el tiempo y me ha funcionado, por lo que no voy a cambiar.- El demostraba una rigidez absoluta en cara, voz y cuerpo, en la medida que se fue desarrollando el taller, fue cambiando, y al final, el disfrutó de los grandes beneficios del taller, que se fundamentan en que la persona obtenga y desarrolle, una total armonía, ya que estando en armonía, se gesta confianza en sí mismo y controlando ansiedad, nerviosismo; las exposiciones son magníficas, por demás excelentes, pero el principio, es vencer la negación y aceptar que se tienen limitantes, y estas limitantes, son marcadas por el resto del grupo que toma los talleres.- ¿Aceptas la crítica? ¿Quieres ver como te ve el grupo?.
Yo tengo el poder
No es soberbia, quien tiene el micrófono y el uso de la palabra, tiene el control del evento, el poder de la comunicación, y muy seguido, a veces dos ocasiones por semana, visito escuelas primarias y secundarias, voy a eventos con más de 3 mil estudiantes y tengo la enorme satisfacción de ganarme el respeto del auditorio con silencio absoluto y el reconocimiento a mi trabajo, cuando ganas el silencio y que te escuchen con atención los adolescentes, que muchos de ellos traen una ansiedad a mil por hora, me gusta también, participar en la televisión, en mis programas, en mis espacios y en las entrevistas que me hacen, lo mismo en la radio y me gano el reconocimiento y los aplusos en cada escenario que piso, no dejo de observarme y detectar mis errores, de escuchar las muletillas que digo o los errores que cometo, este aprendizaje es constante, pero aquí, vas a encontrar las bases, creelo, funciona, en la medida que tú quieras que funcione.

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