LA RUEDA DE LA FORTUNA

Rogelio Ortega Martínez, demócrata a carta cabal.

Alfredo Sarabia  
Por vez primera, la Gubernatura del estado de Guerrero, registra la llegada de un hombre considerado de siempre como militante de la izquierda guerrerense: Rogelio Ortega Martínez, oriundo de Taxco de Alarcón, aunque de manera interina, no le quita méritos algunos. Ayer mismo, a un mes de la masacre de Iguala y la desaparición forzada de 43 estudiantes de la escuela Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, se da este relevo, obligado por las circunstancias políticas que se ven desafortunadamente en el estado de Guerrero.

De hecho, la vida política de Ortega Martínez, ha sido siempre al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) (hoy UAGro).
No se puede concebir a la actual  democracia, ignorando la participación del taxqueño, en los cimientos que dan  origen a la democracia que hoy disfrutamos y gozamos los guerrerenses.
Recuerdo fehaciente y nostálgicamente aquellos momentos riesgosos y peligrosos de lucha universitaria que vivió el ahora gobernador interino Rogelio Ortega Martínez, al lado de otros destacados universitarios, que nombraré en su momento, pero que no me puedo sustraer de mencionar a  Armando Chavarría Barrera, líder en los eventos en mención, asesinado impunemente.
Me refiero a los años de la década de 1970, con mayor énfasis a partir de los  mediados de esta, cuando los partidos políticos paleros al PRI (No los actuales, ya que estos, aún no existían) estaban en apogeo absoluto.
En aquellos momentos históricos que se vivieron y se padecieron en la UAG, nunca se pensó seguramente en ocupar la gubernatura estatal, ya que el gobernador de la época cuestionada, Rubén Figueroa Figueroa, siempre mantuvo contra la pared  a la Universidad guerrerense y por ende a los  universitarios guerrerenses, válgame la redundancia.
Por tanto, podemos decir que la auténtica Izquierda guerrerense, está en la cúspide del gobierno estatal de Guerrero. 
No habrá en apariencia, ningún pretexto para no “abonar el terreno” que enderecen las cosas chuecas en que se han incurrido, ya sea en forma velada o ya sea abiertamente,  que mantienen agobiada y erosionada a la Justicia, donde luchadores y luchadoras sociales sienten y padecen en carne propia las vilezas gubernamentales de los anteriores titulares del Gobierno de Guerrero.
No obstante, Rogelio llega a la Gubernatura del  estado, en momentos muy difíciles;  per  se, Guerrero es un estado difícil de gobernar, pero ahora, con los problemas políticos, sociales y económicos que se han generado a raíz del caso criminal a que han encajonado a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el panorama  guerrerense que hoy se vive, hace de la situación, mucho más difícil.
Pero, si hay voluntad, capacidad y disponibilidad política del quehacer institucional, las cosas escabrosas resultarán menos difíciles de despejarlas satisfactoriamente, elementos indispensables para lograr “un buen aterrizaje” en los asuntos que permean la sana convivencia.               
Del ámbito que se palpa dramáticamente el caso Ayotzinapa, del nuevo gobernador, se espera mucho, por lo que se ha dicho en este espacio. El mandatario renunciante Aguirre Rivero, no era, y nunca lo fue, un interlocutor  para la parte ofendida y lastimada groseramente que  pudiera lograr las satisfacciones requeridas,  por lo que  Ortega Martínez está obligado a encontrar las soluciones que vengan a resarcir el bienestar de la sociedad agraviada con el sentir de Ayotzinapa y por ende, de los padres y madres de los estudiantes de Ayotzinapa….HASTA PRONTO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario