Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
Lizbeydi Gómez Hernández, titular de la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia Familiar, (UAPVIF), en la comuna de Atoyac de Álvarez, ha ocultado la sustracción de una computadora que contiene toda la información de hechos violentos de diversas personas que son atendidas en ese sitio.
El robo del ordenador ocurrió en horas de labores y desde hace tres meses; lo que ha sido ocultado a las autoridades superiores de la administración municipal. Con este atraco, se pierde importante información de casos donde la violencia familiar constituye uno de los problemas sociales más importantes a nivel regional y que en algunos casos, ya estaban en vías de ser atendidos en la ciudad de México, unos; otros, canalizados a instancias de Juez de Paz y extrajudicial.
La titular de la oficina, sobrina del síndico procurador Isaías Eduardo Gómez Osuna, mantuvo el caso en silencio, hasta que hubo valentía por parte de trabajadores del UAPVIF, es que el caso salta a la luz pública.
De este delicado asunto del hurto del procesador que no ha sido denunciado ante las autoridades judiciales correspondientes, como tampoco dado el aviso a sus jefes inmediatos superiores de la administración municipal, lo que a todas luces es un grave problema que lesiona severamente los datos clínicos de los pacientes; como también la marcada irresponsabilidad por no darle seguridad a los bienes materiales de esa oficina de atención ciudadana.
Pues tanto la violencia como el feminicidio continúan como una práctica a la que se le legisla con frecuencia, pero poco se le previene culturalmente. Y, Atoyac, tiene una marcada significación en cuanto a violencia familiar.
Una vez más, otro error garrafal de Lizbeydi Gómez Hernández, coloca en predicamento a la administración atoyaquense, lo cual es un punto negro con esta sustracción de esta computadora, que contenía datos de suma importancia para cientos de pacientes.
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