MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** La arrogancia, simplemente la arrogancia

Cuando aquél hombre entró a la tienda del maestro, iba con la idea de encontrar solución a sus problemas. Deseaba recibir la fórmula para mejorar su entorno; el nivel y desarrollo de su trabajo, su sistema de relaciones, así como su manera de adquirir prosperidad y abundancia. Fue recibido con una gran sonrisa.

Así es. El maestro le abrió los brazos y le invito a sentarse a la mesa. Entonces, tomó la jarra de té y comenzó a servir en una taza que ya estaba llena. Sin decir palabras, solo viendo a su visitante, siguió vaciando el líquido. Cuando el té se salió del borde y escurría sobre la mesa, le dijo al maestro, “se está regando el té, ya no cabe más en la taza”.
El maestro dejo de inclinar la jarra. Luego de depositarla sobre la mesa, volvió la vista sobre su visitante, para decirle: “Efectivamente ya no cabe nada más en la taza. Y Esa es la respuesta por la que has venido”.
El hombre quedó sorprendido, puesto que no encontraba relación al hecho con la vida. Al darse cuenta de ello, el maestro agregó: “Tu taza está llena de muchas cosas que te inquietan y preocupan. Así también de cosas que te limitan para crecer como la arrogancia. De ahí, que mientras no seas capaz de vaciar la taza, no estarás listo para recibir el líquido que te dará paz y crecimiento, como tanto lo anhelas”. 
Es importante, para avanzar en todos los terrenos de la vida, vaciar la taza. Y lo anterior, lo relacionamos con lo que hoy ocurre en la entidad, en donde vemos, hay que decirlo, carencia de voluntad para encontrar una salida que beneficie a todos. Creo que la entidad, Guerrero, no debiera estar condenada a ser liderada por gobernantes que dejen que desear. Eso es cierto. Pero tampoco, debiera ser rehén de grupos que hoy apuestan a la provocación. 
Uno de los más terribles males de éste planeta, y que en más de las veces nos negamos a reconocer, es la exagerada arrogancia que existe en la vida y en todos los ambientes. Negociar para algunos significa debilidad y fracaso. Para otros representa la oportunidad de destrabar un conflicto aunque algo se pierda en el proceso. 
Ir a un proceso de negociación, por cómo nos lo dicta el mundo de la normalidad, es ir preparado para una guerra, en donde nadie quiere perder. El mal es de origen. En las escuelas, existe una clara clasificación y tendencia brutal a la absurda competencia: Unos son los aplicados, otros los burros y los demás los mediocres. Nadie quiere ser evidenciado como un perdedor. La cultura de ganar a cualquier precio, se ha intentado meter hasta el fondo del ADN. 
La arrogancia ha conducido a terribles males y graves escenarios. De ahí la importancia, en el conflicto que hoy se vive en Guerrero, de que alguien comience a vaciar la taza. La indiferencia lastima. La inflexibilidad también vulnera. La falta de credibilidad en ambas partes crece en la sociedad. Y al final del día, la lucha por demostrar que se tiene la razón, hay que decirlo, no nos ha conducido a nada.
Alguien debe vaciar la taza de la arrogancia e intentar llenarla de una real humildad. De otra manera, seguiremos dando ejemplo, a las generaciones que vienen, que no hay otras vías, que no sea la violación a la ley, la violencia y la indiferencia, las formas de enfrentar los conflictos. Desde luego que no es fácil. Más muchos sabemos, que no todos están luchando o les interesan las víctimas de lo acontecido. Ya es necesaria una salida. Y apostar por algo que beneficie a todo el estado, y no solamente a una de las partes, que aspira a levantarse con el estandarte de ganador.
El verdadero triunfo, será, cuando a todos se enseñe a vaciar la taza, y no se sigan aprovechando de la ignorancia. Esa es la cuestión.

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