QUERIDO DIARIO

(Raúl Román Román)
Hoy reiniciamos la fascinante e incomparable aventura periodística, deseando para la humanidad: paz, estudio, trabajo, salud y muchos anhelos existenciales, que puedan y deban ser consolidados en este calendario de 2015 años, después de Cristo.

Y aunque no se quiera, la humanidad sigue en medio de un mundo convulsionado, entre finanzas, ambición, poder y racismo, a nivel mundial… y el panorama nacional, se halla un país totalmente hecho bolas y enredado en disputas enconadas por el dominio económico, político y social, totalmente ausentes de los programas de educación, salud y cultura, pues difícilmente importarán a las capas y jerarquías de la política mexicana, más que en los discursos estériles y una demagogia recurrente, y estos factores hacen que hierva la sangre, pues los debates legislativos y ejecutivos, van encaminados hacia las lecturas electorales de este año nuevecito y recién estrenado.
 Aun así, el mundo sigue siendo hermoso, pues la sonrisa de los niños es incomparable, la voluntad de las personas de buena voluntad pasan a ser un remanso espiritual para los habitantes de la tierra y los propósitos existenciales son de hablar con verdad, encaminados a la justicia social, la equidistancia comunitaria y una sobrada dosis de hermandad entre los pueblos del mundo.
 Esta columna se manifiesta, primero, para que los Derechos Humanos lleguen a consolidarse en cada uno de los gobiernos, en cada continente, respetando el color de la piel, el origen étnico o de raza indistinta, la sexualidad y orientación de cada ser, con decidido apoyo y apertura de los planes para personas reconocidas como vulnerables, como lo pueden ser los niños, los ancianos, las madres solteras, especialmente los indígenas, las mujeres y, sobre todas los avances, para las personas con discapacidad, sea moderada o severa… y con estas medidas, el cielo de la humanidad será más diáfano y hermoso, actuando con sencillez y modestia, apelando a la comprensión y el entendimiento humano, a través del diálogo y las acciones conjuntas que reditúen un mundo lleno de palabras agradables, de realidades basadas en el estudio, el trabajo, la innovación y la solidaridad, en fin, cada persona tiene un tesoro que regalar, así mismo, a la familia, a sus centros de estudios y laborales, con un ¡Buenos días!, regalando una sonrisa que a todos nos enriquece, un apretón de manos franco y espontáneo, tal vez con una moneda que a nadie empobrece, unas palabras de aliento y ánimo, con una audaz acción que lleve un poco de alimento material para los niños y una gran nutrición espiritual para los adultos… para los jóvenes, el consejo y la plática ilustrativa, el ejemplo vivo de entrega, honestidad y gran laboriosidad, de que no hay prisa por vivir, de que no cambien los libros bajo el brazo, para llevar pañales a temprana edad, que trunque sus sueños e ilusiones, y que la hormona no le gane a la neurona a la hora de decidir su descendencia, pues los niños recién nacidos son un amor, aunque a una edad madura son nuestros mejores triunfos existenciales...
 Por esta jornada, sólo manifestamos y proclamamos un mundo mejor, cada vez más consciente, sensible, solidario, pero sobre todo, más humano.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario