OPINION

Por V. Manuel Tello Zapata

Un trabajo discreto pero firme

A pesar de que los grupos que apoyan a los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que fueron asesinados por la policía municipal de Iguala y el grupo delincuencial Guerreros Unidos, no quieren aceptar esta verdad amarga e inútilmente siguen cultivando en esos padres, la idea de que sus muchachos están vivos y fueron secuestrados por el Gobierno, las movilizaciones con brotes de violencia se han reducido en gran medida. 

La Gran Marcha a la que convocaron ayer en Chilpancingo, con muchos trabajos logró reunir a cinco mil 500 personas, muchos de ellos acarreados de Michoacán, el Distrito Federal y Oaxaca. Iniciaron su marcha llevando como siempre a los anarcos por delante; sin embargo en esta ocasión no provocaron daños ni bloquearon la autopista más que con una marcha de “paso cansado” (en cámara lenta). La Policía Federal se mantuvo a la expectativa bajo las órdenes de un hombre prudente y sabio como lo es el llamado Comandante Espartaco.
Aunque tiene mucho que ver, no es solo la presencia de la policía federal quien ha logrado hacer desistir a los vándalos encapuchados, de seguir creando una psicosis de inestabilidad, que desafortunadamente se la creen fuera de Guerrero, quienes no conocen la realidad de nuestro Estado.
Trabajando en forma muy discreta pero no menos intensa, el Gobernador Rogelio Ortega Martínez, está logrando que muchas de las fuerzas que apoyaban al movimiento por Ayotzinapa deserten de esas filas y vuelvan a meterse en sus asuntos prioritarios. En lo que va de su período interino, el mandatario ha recorrido más de sesenta mil kilómetros por tierra, mar y aire para recorrer sin descanso las ahora ocho regiones de nuestra sufrida entidad, para reunirse con los grupos ciudadanos que quieren dialogar con el Gobernador.
Atención especial le ha puesto a las regiones de La Montaña y Costa Chica, logrando mediante un diálogo directo y yendo a donde se generan los conflictos, que los grupos como las policías comunitarias de San Luis Acatlán y municipios aledaños, dejen de confrontarse con las autoridades con el pretexto de Ayotzinapa. Lo mismo se ha logrado con gran parte de la CETEG, cuyos dirigentes están en pleno diálogo con el Gobierno estatal, para la solución de sus demandas.
Este desde luego, ha sido un trabajo fino, de bisturí; fuera de los reflectores y con toda la discreción del mundo. Solo así se está logrando el desistimiento de importantes grupos y fuerzas que incidían de manera importante en la agudización del conflicto.
El Doctor Ortega Martínez atiende al mismo tiempo los problemas ancestrales de Guerrero, gestionando ante el Gobierno Federal, los recursos que se necesitan para continuar con la reconstrucción y la lucha contra el hambre. Siendo un experto politólogo, el Gobernador ha sabido entender el ciclo del grave problema que produjo el caso de Ayotzinapa e Iguala. 
Sus declaraciones en un principio fueron de total comprensión y tolerancia para con este movimiento; pero a medida en que los vándalos iban abusando de la buena fe mostrada por Rogelio Ortega, este fue endureciendo sus mensajes y desenmascarando a quienes, ocultos tras la exigencia de que aparezcan con vida los estudiantes, buscan desestabilizar a nuestro Estado.
Un académico de la política como lo es el Gobernador interino, no puede permitir que se desborde el uso de nuestras libertades y se dañe a la sociedad en lo colectivo, por lo que, en acuerdo con el Gobierno federal, se logró que una buena cantidad de elementos policiacos instalen en Chilpancingo un operativo de contención, que ha logrado acabar con la toma de casetas de cobro, el robo a camiones repartidores y el bloqueo a la Autopista del Sol.
En el paulatino regreso a la normalidad de nuestro Estado, algo que ya se está sintiendo de lleno, tiene mucho que ver el trabajo de nuestro Gobernador, quien está demostrando que antes que ser un político profesional o un ciudadano normal, hay que ser un hombre que sienta en carne propia nuestros problemas y busque las debidas soluciones; que sea humilde y camine con el pueblo abrazado con todos de igual a igual, como lo está haciendo Rogelio Ortega Martínez. Enhorabuena.

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