MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** El Gobernador y su convivencia con el éxito

Aquél día, el maestro se enfiló hacia una montaña. Pidió a tres de sus discípulos que le acompañarán. Cuando llegaron a la cima, una gran nube se posó sobre ellos y aparecieron otros dos personajes junto al maestro. Sus vestiduras eran blancas. La ropa del maestro también se transformó en un color blanco tan grandioso, como nunca se ha visto en la tierra.

Los discípulos quedaron maravillados por lo visto. Tan emocionados estaban, que uno de ellos le dijo al maestro: “¿Qué te parece si construimos tres chozas, una para ti y otras para tus acompañantes y nos quedamos aquí?”. El maestro sabía que estaban inundados por el miedo y entendía que decían eso por lo mismo. Más no tenían la idea clara de lo que estaban viviendo. 

La historia anterior viene en los evangelios de la biblia. Es conocida como la lectura de la transfiguración. El personaje central de la cita es el gran maestro, llamado por Juan Francisco R.: el mayor promotor del éxito, en pocas palabras Jesús.

El maestro se despidió de los personajes que aparecieron, Moisés y Elías. Posteriormente, invitó a sus discípulos a seguir adelante. Algo importante además, a guardar silencio de lo ocurrido ahí. “A nadie le cuenten lo que han visto.” Y les ordenó contar la historia hasta que él hubiese resucitado de entre los muertos.

Al margen de las explicaciones litúrgicas que se le dan al texto, las enseñanzas del maestro en el camino al éxito son evidentes. Una de las más importantes, es que cuando el éxito se alcanza, se puede tener miedo. Lo desconocido despierta diferentes emociones. Lo importante es saber convivir con ellas. Creo, en ese sentido, que el actual gobernador, Rogelio Ortega Martínez, se encontró con el éxito de pronto y le ha costado el manejo de las emociones. Su llegada en Helicóptero a la unidad deportiva fue un indicio inmediato de ello, como también sus primeras declaraciones ante los medios.

La enseñanza del maestro también es clara, con relación a no caer en el conformismo. Al sentirse maravillados, los discípulos querían quedarse ahí. No hacer más. Esa es la situación del actual gobierno estatal, nada diferente, solamente la apertura de casa Guerrero, sin que haya habido un aporte importante en algún sector para el desarrollo de la entidad. Es cierto, le ha tocado poco tiempo, más sin embargo, el éxito en ocasiones paraliza. Duele escribirlo, pero el actual periodo, ha navegado entre dos aguas, “la indiferencia y el conformismo”.

El éxito puede deslumbrar, desbocar las emociones, paralizar y hasta exagerar en las expresiones, por eso el maestro ordenó mesura. Hoy la ley electoral prohíbe la difusión de la obra de gobierno, para que no incida en las elecciones. Creo que antes de ello, poco se podía salvar de lo hecho por el mandatario estatal. Hoy, sin mucha publicidad, ¿Quién se acordara de un gobernante que ha pasado con más pena que gloria? Además, con sus constantes yerros, es evidente que su ausencia, su silencio pues, le ayuda más al escenario. Esa es la cuestión.