Rogelio Ortega, seis meses para refrendar compromiso con Guerrero
José Nava Mosso
La llegada de Rogelio Ortega Martínez como gobernador del estado, fue tan inesperada que ni siquiera él estaba preparado, mentalizado para asumir semejante cargo en un momento muy delicado, de mucho conflicto político y social. Pero le tocó a él y no a otro asumir el primero de dos periodos de su mandato.
Con la solicitud de licencia de Ángel Aguirre Rivero como gobernador del estado; el doctor Rogelio Ortega Martínez fue sacado de las aulas del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Manuel Altamirano (IIEPA-IMA), esto; después de que las élites políticas se pusieron de acuerdo y los diputados locales lo nombraron gobernador sustituto.
Con la llegada de Rogelio Ortega al gobierno del estado, se suscitaron diversos movimientos en la administración estatal, poniendo en su gabinete a gente con perfil académico, muchos universitarios, amigos y cumpliendo algunos acuerdos con partidos políticos.
A pesar de darle un interés especial al caso Ayotzinapa, la situación en el estado se tornó crispante, sin resultados en la pacificación del estado, continuaron las protestas y quema de edificios que se sumaron al repertorio de manifestaciones por parte de los diversos grupos estudiantiles, académicos y sociales que exigen justicia por el asesinato de tres estudiantes de Ayotzinapa y la desaparición de 43 más.
Rogelio Ortega concentró sus esfuerzos en nuevos proyectos, como las caravanas culturales, la creación de la octava región económica, abrir Casa Guerrero a la población; se esforzó por ser un gobierno de mayor apertura, de cero confrontaciones con los grupos sociales y radicales que existen.
Pero la inestabilidad política y social no cesó, incluso hoy Guerrero sigue siendo foco rojo para el Instituto Nacional Electoral; en diversos municipios se han presentado serías manifestaciones de rechazo al proceso electoral, hacia los partidos y candidatos a alcaldías, diputaciones, locales, federales y la gubernatura de Guerrero.
Muchas decisiones que tomó, provocó que se tensara la relación con diversos actores políticos del PRD, PRI, MC; además de diputados locales; incluso se dio un amago de no ratificarlo como gobernador en los últimos seis meses que quedan de la presente administración.
No quedó otra opción a los actores políticos y diputados locales, que dar continuidad a un gobierno de luces y sombras; de lo contrario se corría el riesgo de una mayor inestabilidad política y social; más aún de poner en un mayor riesgo el proceso electoral del 7 de junio.
RETOS
Rogelio Ortega Martínez tiene en sus manos la gran oportunidad de reivindicarse con su pueblo y de callar bocas a sus detractores; entre las tareas se encuentran lograr la entrega de la totalidad de los ayuntamientos tomados por cetegistas, destrabar el plantón del zócalo de Chilpancingo y otros que continúan en municipios del estado.
Tiene la gran responsabilidad de pacificar los ánimos de los diversos grupos sociales, garantizar a más de 3.5 millones de electores la posibilidad de elegir a sus representantes populares el próximo 7 de junio.
Pero además; está obligado a darle cause a los diversos programas sociales, la realización de obras, servicios y otro tipo de proyectos que se están realizando para para entregar buenas cuentas. Demostrar que un ciudadano si puede gobernar.
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