EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

¡Cierra el pico!

Por Ramón Durón Ruíz
El trece es un número al que se le otorga mala suerte desde la antigüedad. Trece eran los comensales en la Última Cena de Jesucristo, en la Cábala judía se enumeran 13 espíritus malignos, en el Apocalipsis el anticristo llega en el capítulo 13, y en el Tarot este número hace referencia a la muerte.
Pero ¿por qué martes? Porque es el día de la semana dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, la sangre y la violencia, que también dio nombre a nuestro vecino planeta rojo.

Así, desde tiempos medievales, en España y Grecia, y también en Latinoamérica, se considera que la coincidencia del día del dios de la guerra y la muerte con el número de la muerte traen “mala suerte”. Una superstición popular que también recoge el refranero español: “En trece y martes, ni te cases ni te embarques”1
Para éste Filósofo la buena o la mala suerte está en tu actitud, en tus pensamientos, en tus emociones, en tu tradición cultural, en tu interior; mientras que en oriente el blanco es símbolo de luto, en nuestra cultura el blanco representa pureza y el negro luto.
Es en buena parte la mente, la que fragua la idea de “buena o mala suerte”, es la que corrige el camino, la que interpretando la transitoriedad de la vida, sabe que “Eres el arquitecto de tu destino”.
La vida ha enseñado a este campesino de Güémez, que nada es para siempre, “Lo bueno de lo malo, es que es pasajero y lo malo de lo bueno, es que es pasajero”.
Lo que HOY es una experiencia amarga llena de “mala suerte”, como por arte de magia mañana se convierte en una dulce experiencia colmada de “buena suerte”, los viejos dicen que no hay “mala suerte”, que aguante 12 horas de trabajo.
El ser humano llama encuentro con el destino cuando las cosas marchan a las mil maravillas, pero cuando empiezan los densos nubarrones se cambia el término destino, por el de “mala suerte”.
Para mí no hay “buena, ni mala suerte”, lo que hay es un código de interpretación moral, ético, cultural del ser humano frente a la vida. Cuando llega la “mala suerte” con un quiebre en nuestra vida, si somos sabios salimos más enriquecidos emocional, física y espiritualmente, sino le echamos la culpa al destino.
La frase dice: “La vejez es ‘mala’ porque priva al hombre de todos los placeres… dejándole los apetitos”; pero la visón positiva es: La vejez es símbolo de buena suerte, porque hay millones de seres humanos, más guapos, sabios, ricos, talentosos, que no tuvieron la buena fortuna de llegar con vida a ésta etapa.
La mejor defensa ante la “mala o la buena suerte” es la actitud; una perspectiva negativa, siempre verá el vaso medio vacío, a contrario sensu, una mente trabajando en positivo, favorecerá el arribo de los éxitos 
–hará tu vida más constructiva y pasadera– verá el vaso medio lleno, la vida es cuestión de enfoques.
Una cosa queda claro, HOY no te quedes sentado esperando a que la suerte llegue, recuerda que la “buena suerte”, las “circunstancias” sólo dependen de que seas capaz de creer en ti, hay que construirlas llenos de pasión, con entusiasmo, con una visión positiva del presente, con voluntad férrea, con absoluta fe, con total alegría.
Hay una fábula, que se aplica al tema: “Había una vez una golondrina que empezó a emigrar demasiado tarde en invierno, mientras volaba se empezó a congelar. Al final cayó a tierra. Creía estar ya acabada… pero se le acerco una vaca, y para su “buena suerte” le dejo caer encima una gran caca. 
La caca estaba calentita, así que la golondrina –pensó que buena suerte– pues se encontró mucho mejor, entonces empezó a trinar de gusto. Pero –para su “mala suerte”– un gato que pasaba por ahí, oyó a la golondrina, la sacó de la caca, la limpio y se la comió.
Esta Historia tiene tres moralejas:
1) No todo el que te caga, es para tu “mala suerte”… ni es tu enemigo.
2) No todo el mundo que te saca de un montón de caca, es para tu “buena suerte”… y es tu amigo.
3) Si eres feliz y estas calentito dentro de tu montón de caca… ¡CIERRA EL PICO!”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario