Memorándum

*** Cada vez más amplia, ventaja de Marco Leyva.

Gerardo Ruano Cástulo

Había llegado a una ciudad enorme. Tenía una cita que cumplir. Necesitaba realmente de un milagro para llegar a tiempo. El tráfico estaba en su más alto nivel. Sus pensamientos le indicaban que llegaría con gran retraso a la entrevista. En eso estaba, cuando el claxon de un taxi lo regreso  a la realidad. El tono de la bocina era suave. De la ventana del chofer se asomó un tipo de una agradable sonrisa.

Los taxistas de aquel lugar no tenían fama de correr mucho. Por lo que al principio, al visitante no le pareció buena la oferta de subir. Sin embargo, la sonrisa y el saludo amable del conductor le habían dado una señal positiva. Así que aceptó el servicio del transporte.

Al subir, fue recibido por un hombre que le tendió la mano y le preguntó: ¿Desea llegar rápido a su destino? Sin dudarlo, la respuesta fue un sí. Le indicó que tenía una reunión y que si llegaba tarde perdería un gran negocio y su empresa sería severamente sancionada.

El conductor sonrió y le dijo: “No te preocupes, has caído en las mejores manos para llegar al lugar que vas”. Luego de saber la dirección, puso manos a la obra. Lejos de tomar las avenidas y calles tradicionales, optó por una ruta de andadores y calles alternas, por las que avanzar era más fácil.

El taxista conversaba con el pasajero y le indicaba sobre los lugares que iban pasando. El visitante iba fascinado con la atención que daba aquél hombre, que se veía, disfrutaba plenamente de su trabajo.

Efectivamente, llegaron a tiempo al lugar de la reunión. Al preguntar el costo del traslado, la tarifa fue la normal. Otro punto más a favor de aquél personaje: la honestidad. Más tarde, el visitante se informaría de que aquél taxista era considerado el más respetado y valorado de la ciudad. Que, por su forma de ser y trabajar, se había convertido en un modelo a imitar. No hay duda, de que ser líder, no depende del cargo que ostentes. Desde todas las trincheras se puede ejercer un magnifico liderazgo. Aquél hombre, era también el líder del gremio más importante de taxistas de la región.

Hacer las cosas bien y disfrutar de lo que se hace es importante para alcanzar el éxito. Creo, bajo esa consideración, que en la elección para presidente municipal de Chilpancingo, quien se encuentra disfrutando y haciendo una campaña de mejor nivel, es el abanderado del PRI, Marco Antonio Leyva Mena.

Cuando las cosas se hacen bien, los liderazgos dejan sentir su presencia. Y tan es así, que a pesar, de que hace algunos meses, los números de las encuestas no le favorecía, lejos de dedicarse a desacreditar a los demás, Marco Leyva se dedicó a trabajar de manera más ardua y poniendo el corazón en ese trabajo.

No encuentro otra explicación. Porque cuando se pone el corazón en lo que se hace, no las vísceras y demás órganos, las cosas se alinean de manera positiva. Y en el caso de Marco Leyva, algo debe haber, que conforme pasan los días, la ventaja que tiene sobre el candidato del PRD, CADA VEZ ES MÁS AMPLIA. Ya se habla de cerca de 20 puntos porcentuales de diferencia en la ciudad capital.

Es evidente, que el liderazgo de Marco Leyva está dejando sentir su presencia. Y todo indica, que avanza con buen paso, con un gran paso, hacia la presidencia municipal. Esa es la cuestión.