Memorándum

***Dos lecciones; Chilpancingo y Tixtla.  

Gerardo Ruano Cástulo
Cuando el maestro regresó de meditar o hacer oración, encontró dormidos a sus discípulos. Entonces, les hizo una fuerte llamada de atención, porque “dormir” es uno de los peores enemigos de la felicidad y el éxito. Apenados, los discípulos recordaron, las enseñanzas del maestro, quien les había hablado de mantenerse alertas. De mantener la luz encendida. 

Desde esa perspectiva, entiendo claramente porque el cristianismo se extendió por todo el planeta. Los seguidores de Jesús aprendieron a mantenerse despiertos, a superar obstáculos y saber leer los escenarios. 
Enmarcando lo anterior en el ámbito político, me atrae el tema del saldo electoral en Chilpancingo y Tixtla. En principio, porque hace unos meses, se daba por un hecho, en apego a los sondeos de opinión, que en ambos municipios ganaría el PRD. Ya se hablaba del tema de la alternancia en la capital. Seguramente, en la Avenida Alemán, ya se frotaban las manos, cuando el PRI nominó a Marco Leyva como su candidato, luego de que en las encuestas salía por debajo de Antonio Gaspar.
En el caso de Tixtla, los sondeos ubicaban al candidato del PRD en la cima también. Lucía como un todopoderoso. Hoy, el cómputo de los comicios de las casillas que sí lograron hacer su trabajo, indica que Saúl Nava Astudillo habría logrado darle la vuelta de manera importante. Es más, por donde quiera que se vea, el PRI ya ganó en el proceso electoral. Y es así, porque no se vio el poder de quien se veía como seguro ganador. Más aún, porque en medio del conflicto álgido, el único que habría demostrado el carácter y la voluntad para echarse al municipio en hombros, fue precisamente Saúl Nava Astudillo. 
Regresando al caso de Chilpancingo. Marco Leyva, más allá de los números que arroje el cómputo final, ya demostró que posee el talento para unir esfuerzos. Para sumar a mucha gente en una sola dirección. Y hoy, lo que se requiere en la capital es un alcalde inteligente, tal y como ha demostrado serlo Marco Leyva, quien con tacto y habilidad, logró, no solamente alcanzar al candidato del PRD, que le llevaba entre 12 y 15 puntos, sino pasarlo y lograr un triunfo valiosísimo para el PRI en la capital. Creo, que Marco Leyva, el futuro alcalde de Chilpancingo, sabe de estar despierto. Recuerdo que en sus giras, siempre vi a un Marco Leyva con la determinación y el ánimo hasta arriba. En una breve charla, constaté que su mente, corazón y cuerpo estaban depositados en lograr la alcaldía. Eso hizo la diferencia.
En cuanto a Tixtla, los hechos hablan de que el único candidato que supo dar lectura a los acontecimientos. A lo complejo de la elección. Fue el del PRI, Saúl Nava Astudillo, quien con ello, ha enviado un fuerte mensaje hacia la población, en el sentido de que está preparado para gobernar a su municipio. Y al mismo tiempo, que debe ser la gente de Tixtla, quien tomé las riendas del futuro de su municipio y no personas ajenas y con intereses perversos. 
Ahora bien, la victoria del PRI por la gubernatura, también representa un fuerte respaldo para Saúl Nava Astudillo. Es así, porque si en un momento dado, hubiese que reponer el procedimiento, todos los vientos jugarían a favor del partido tricolor. Insisto, no solamente por el poder que tomara ese partido, sino también, porque Saúl Nava Astudillo se mantuvo despierto y supo dar lectura a los acontecimientos. Iba pasos adelante. Y alguien con esa visión, es lo que parece necesitar Tixtla, en donde urge, poner las bases de la gobernabilidad. Esa es la cuestión.

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