Por Alberto Solís Loeza
Coyuca de Benítez.- Restauranteros que tienen sus negocios ubicados en la rivera del rio de este municipio, damnificados por los fenómenos naturales Manuel e Ingrid, denunciaron al personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), por no concluir las obras que se necesitan en ese punto de la ciudad.
Dijeron que a casi dos años de esta contingencia, la Secretaria de Comunicaciones y Transporte no ha concluido los trabajos de rehabilitación del puente provisional, donde estuvieron pasando los camiones y vehículos sobre la carretera Acapulco- Zihuatanejo.
Los damnificados por esos huracanes, se encuentran molestos porque la SCT, ha hecho caso omiso de los escritos que los afectados les han mandado a la capital del estado, sin que hasta el momento la dependencia haya dado una respuesta favorable a esta situación, ya que hasta la fecha los trabajos están parados.
Los restauranteros dijeron estar preocupados porque la SCT los tiene en el abandono total, y no les da una respuesta a los escritos que los prestadores de servicios turísticos les han mandado.
También se viene otro problema, ya que gente sin conciencia tira la basura cerca del rio, provocando con esto un taponamiento del cauce del agua, generando que en las próximas lluvias el río se desvíe y se desborde a la ciudad.
Por ello hicieron un llamado al titular de la Secretaria de Comunicaciones y Trasportes, Gerardo Ruiz Esparza, para que instruya al responsable en Guerrero y reanude los trabajos de rehabilitación de esta carretera provisional que abrieron a un lado del puente Coyuca, para que los vehículos y transporte pesado pasaran, mientras se construía el nuevo puente que por cierto es el más largo del estado.
Los afectados pidieron que esta obra que esta inconclusa la SCT la termine lo más pronto posible, porque de un momento a otro se dejará venir la lluvia y quien sabe cómo le vaya esta vez, y los encargados de esos trabajos ya no han regresado, ni se ve que quieran terminar lo que dejaron empezado, inclusive ahí están algunos árboles que son testigos mudos del suceso de hace dos años, puntualizaron los quejosos.
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