La minificción, el género más apto para la gente que no lee: clara obligado


La minificción es el género literario más recomendable para acercar a la gente que no le gusta leer, pues se trata de relatos muy breves que oscilan entre tres y 30 líneas que narran historias que hablan del miedo, amor, desamor, invalidez, soledad, feminicidios y temas actuales de interés en el público joven.

Así lo recomendó la teórica y cuentista argentina Clara Obligado en su participación en el Primer Festival Internacional de la Lectura Acapulco 2015 (Filea), ante una centena de estudiantes de nivel medio superior que acudieron a la fiesta del libro convocada por la Secretaría de Educación Guerrero.
En el penúltimo día de actividades, la sala Dolores Olmedo del Centro de Convenciones Acapulco se engalanó con la participación de la ganadora del Premio Setenil al Mejor Libro de Cuentos, quien además presentó su obra La muerte juega a los dados.
Ahí la escritora de literatura creativa hizo una dinámica de preguntas con los jóvenes para reflexionar sobre la importancia de ser lector y comentó que el hombre puede tener una mejor calidad de vida a través de los libros, ya que tendrá la oportunidad de reflexionar, criticar, analizar y comentar los acontecimientos actuales y no ser un títere.
“Los libros nos hacen importantes, nos integran a la actividad democrática, nos hacen libres, nos liberan del miedo”, refirió.
La muerte juega a los dados es un libro capaz de situarse en la frontera de los géneros y de la ficción misma.
En una casa de la clase alta de Buenos Aires, Argentina, aparece un hombre con un disparo en la sien. A partir de este relato se teje una compleja red de historias, que en general ha sido exclusiva de la novela.
Clara Obligado desarrolla al mismo tiempo una narración policiaca y una saga familiar a través de una colección de cuentos de brillante arquitectura, cuyos afluentes arrastran al género hacia caminos nuevos.
Por otra parte, la antropóloga Carmen Pérez Camacho compartió con el público joven su experiencia de ser lector.
Explicó que se tiene la falsa creencia que las revistas de farándula o cómics no son lectura, pero lo son porque tienen letras.
Dijo que en el mundo de las letras no hay reglas, así que todo aquello que las tenga se puede calificar como lectura y recomendó buscar actividades amenas e inteligentes para fomentarlas con la familia, los amigos y en los círculos sociales. 
Más tarde los poetas guerrerenses Ulber Sánchez y Emiliano Aréstegui, así como el literato Rafael Quirino, leyeron sus obras con el fin de atrapar a los escuchas e incentivarlos a adentrarse al mundo de los libros.

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