MEMORÁNDUM

*** PRI; ¿Plan con visión o corto de miras?

Gerardo Ruano Cástulo
Los discípulos estaban alarmados. Esperaban que el maestro los pudiera atender, para explicarle su preocupación. No era para menos, se habían encontrado, con algunas personas que hablaban bien de su maestro y sin conocerle. Más aún, hacían milagros y corrían demonios en nombre de él.

Al ser recibidos, le explicaron lo que habían visto. Entonces, el maestro les dijo: “¿Qué les espanta?” Ellos insistieron: “Es que nunca los hemos visto cerca de ti y es a nosotros, a quienes has confiando tus enseñanzas”.
El maestro miró a los cielos. Después regresó la mirada hacia sus discípulos para decirles: “nuestro deseo es que la gente sea mejor. Que nuestras familias vivan en paz y armonía. Que haya más amor que odio. Que haya más solidaridad que mezquindad. Que haya más cosas positivas que negativas en el mundo. Mi pregunta es: “¿Éstas personas, que ustedes dicen, que mal hacían? ¿No acaso, estaban trabajando en el mismo objetivo que nosotros?”
Los discípulos bajaron la cabeza. El señor les ordenó levantar la vista y les dijo: “No hay tiempo para agachar la vista. Tenemos que hacer realidad nuestro sueño, de que la gente se dé cuenta, sin envidias, que nuestro gran objetivo es ser felices. Y que si todos, sin importar sexo, raza, credo, posición social, entre otras, trabajamos en la misma idea, conseguir el objetivo será más fácil. Porque necesitamos de más manos para hacer ésta gran obra”. 
Traigo la historia anterior, para enmarcar la fiesta que vive el PRI de Guerrero. Después de diez años de sequía, el salón diamante sirvió de escenario para ver el desfile de personajes y la alegría que existe por el regreso al poder. El punto es, que en ese camino, lo que puede hacer perder los equilibrios son las envidias. Creo, según mi percepción, que el PRI tiene enfrente un gran reto. Por un lado, Gobernar bien con la experiencia y talento de un gran Chilpancinguense, Héctor Astudillo Flores; y por otro, convertirse en un partido distinto, con más fuerza y totalmente identificado con la gente que les ayudó a recuperar la gubernatura y con la población en general.
Si existe plan, más allá de lo urgente y la inmediatez, se impone en el PRI un proceso de apertura y reconciliación, que en suma, venga a cerrar las heridas, y les permita encauzar todos los esfuerzos en lo que anhelan alcanzar en los próximos años.
Es por esa razón, que el nombre del alcalde capitalino, Mario Moreno Arcos, aún en medio de la asunción de Manlio Fabio Beltrones a la dirigencia nacional del partido tricolor, suena interesante para dirigir al PRI de Guerrero. Lo es así, porque Moreno representaría la búsqueda real de la reconciliación. Del reencuentro entre los priístas. Y del sello de un pacto, en el que todos irían en un mismo barco y en la conquista de un plan visionario.
En medio de eso, no podemos dejar de mencionar, que el otro nombre que se ha colado, a últimas horas, no es el de Daniel Pano, ni el de Manuel Añorve, que han sido  harto mencionados, sino de Heriberto Huicochea Vázquez, quien trae bajo la manga, el as de haber operado de manera extraordinaria en Acapulco.
Al margen de esto, lo cierto es, que el PRI tiene la magnífica oportunidad de conjuntarse, hacerse más fuerte, en la ruta de un plan de largo alcance. Esa es la cuestión.

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