MEMORÁNDUM

*** Gestión transparente; fuerza del SUSPEG. 

Gerardo Ruano Cástulo.
Anton estaba dando un mensaje muy emotivo, esgrimiendo las razones, por las que había que seguir a su maestro. La gente le escuchaba con mucha atención, porque no se trataba de uno de los seguidores usuales de Jesús, sino de alguien que formó parte de la fila de empleados, de los miembros del llamado Sanedrín o consejo supremo de los sumos sacerdotes, aquellos que planearon y orquestaron; el arresto, castigo y muerte del humilde carpintero.

Para afianzar su testimonio, les expresó: “Fui testigo de la forma, en que los responsables del Templo estaban muy preocupados y molestos, por el crecimiento de la doctrina de Jesús. Todos los días escuché que se trataba, según, de un hombre poseído por el demonio. Que sus enseñanzas serían la perdición de muchos. Que era alguien nocivo, porque iba en contra de la ley de Moisés.”
Después de esto, hizo una pausa para agregar: “Y saben, hasta ese momento, les creía a los maestros de la ley. Estaba con ellos en todas sus decisiones. Los veía como dueños de la verdad. Hasta festejé la hora en que apresaron al supuesto delincuente”.
 “¿Qué me abrió los ojos?”, dijo en voz más fuerte. “Cuando lo vi de cerca, aquella noche que lo juzgaba el Sanedrín. Buscaban exhibirlo como un hereje y blasfemo, pero no encontraban culpa en él. Esperaba, por amor a lo que me habían enseñado, que lo condenaran a morir apedreado, más no sucedió. Y fue en ese momento, cuando me alegraba por la desgracia de aquél personaje, que le escuché decir, tras las insistentes preguntas de los maestros de la ley: “Mis enseñanzas las conocen muchos. He predicado en tantos lugares. He estado en el templo, nunca me he escondido, y ¿Hasta ahora me echan mano?”    
“Cuando escuché esas palabras”, manifestó con más vigor, “mi mente buscó y no encontró, algún maestro que hubiese trabajado con la transparencia con la que Jesús lo hizo. Nunca escondió lo que enseñaba. Su vida y sus palabras siempre han estado a la vista de todos. Sus hechos, hablan del personaje más transparente que ha venido a esté mundo. Por eso, decidí seguirle.”(Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.) 
La transparencia es un tema muy controversial. Y lo es, porque algunos gobiernos lo utilizan como medio para intentar mejorar la imagen, dejando al margen lo toral. Se olvidan que transparencia, es mostrar más allá de lo superficial.
Ahora, con la toma de las diferentes oficinas del gobierno del estado, en donde los trabajadores reclaman el llamado bono de fin de sexenio, que como muchas costumbres se ha vuelto ley en la entidad; sirve de marco, para comentar la transparencia del liderazgo del Dirigente Estatal del SUSPEG, Adolfo Calderón Nava, quien desde primera hora, estuvo encabezando el movimiento en palacio de Gobierno, el día de ayer.
Creo que un líder, que hace bien las cosas, solamente tiene el compromiso con sus bases. Eso es lo que hace Adolfo Calderón, y por ese mismo hecho, con toda oportunidad planteó el tema. Hace poco más de un año, lo hizo en una mesa con el Gobernador Ángel Aguirre. Y en mayo de éste año, lo solicitó, en pliego petitorio, al Mandatario Estatal, Rogelio Ortega Martínez.  
Su gestión transparente, le hace ponerse al frente de todas las situaciones. Porque no tiene tratos oscuros con la autoridad. Y del mismo modo, puede caminar tranquilamente por todas las oficinas y viendo a los ojos a los trabajadores.
Y por esa razón, el movimiento, se levantará, hasta que haya una solución. La fuerza del liderazgo en el SUSPEG, radica en sus bases, que hoy avalan la gestión transparente de Adolfo Calderón Nava. Esa es la cuestión.

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