De Adicto a ADICTO

Egolatría

Por Ernesto Salayandía García
La complejidad de la enfermedad emocional
El consumo de alcohol y uso de drogas, son tan solo un síntoma, una sensación, el verdadero origen de mi enfermedad son mis emociones, mis juicios, actitudes, mis defectos de carácter y patrones de conducta, la madre de mi enfermedad, la que yo llamo, La Saliva del Diablo, es la soberbia, esa soberbia mía que me daña y me hace dañar a los seres cercanos y no a mi vida, esta señora, tiene una hermana, igual de perversa o peor, que es la ansiedad, la que genera mis trastornos mentales y mis dependencias físicas a las sustancias, y así, en esta familia, hay más miembros como don ego, y siempre están ahí, juntos, a veces revueltos y hay invitados al festín, como doña neurosis, el primo hermano, corto impulso, la prima culpa, parientes como los resentimientos, el pasado, la conmiseración que no es pariente, pero se hace pasar como tal, también, ahí podemos ver el auto engaño, que trae otros acarreados como la mentira, la justificación, la negación y otros más que en su conjunto hacen sumamente completa esta enfermedad, maldita enfermedad, perra enfermedad perversa del alma.

El maniaco depresivo
Sufre por todo y por nada, tiene la habilidad por demás especializada de llamar la atención, trata de hacer sentir mal a los demás de todo lo que le sucede, se refugia en la cama, ausentándose del baño, claro, se auto destruye a la vista de todos para que digan.- Hay pobrecito, como sufre.- Sin duda, se tira a la lona y padece de un intenso dolor en todo el cuerpo, le duelen hasta las pestañas, se intoxica de antidepresivos y tiene un pensamiento recurrente, por demás repetitivo.- Me siento mal.- No valgo un cacahuate.- Nadie me quiere.- A nadie le importo.- Se tira al drama, medio come y duerme como si no le debiera nadie, juega la parte con especial arte histriónico, y la familia preocupada, angustiada, no saben ni que hacer, lo que hay en este tipo de cuadros, es un auto engaño, cierto es que hay muchos motivos para deprimirte, si te puso el cuerno tu marido, si te robaron tu patrimonio, si tuviste una pérdida de un ser querido, pero deprimirse por deprimirse, sin motivo, es una equivocada decisión hipócrita y atrás de esta actuación, de fingir dolor cuando no lo hay, es ego, debido a que el que se tira al suelo, solo piensa en él, no le importa nada, obliga a las personas que dejen de hacer sus responsabilidades con tal de que le presten atención, usa su aparente dolor, para manipular, es un chantajista emocional, extorsionador y un enfermo egocéntrico, ególatra que no sabe cómo enfrentarse a su realidad y se torna hábil para fingir una depresión que no existe, muchos de los maniaco depresivos que he conocido, tienen un ego del tamaño del estadio Azteca.
Las parejas disparejas
Muchas de ellas, truenan como espárragos, fracasan en el punto de comprensión y de comunicación, no se entienden, ni se hayan, entran a un verdadero infierno, el pleito es el pan de cada día, se establece una guerra de vanidades y los egos afloran, el amor muere por los egos de cada uno, hay egos, por mencionar algunos, como el ego de rescatadora, el ego de la mamitis, muchas mujeres le dan prioridad a sus padres y dejan al marido en último término, su ego familiar, no le permite ser pareja con su pareja, en él, el ego laboral, como si la fábrica fuera a quebrar por si no va a trabajar un día, su ego, lo aleja de la convivencia, de la comunicación y la comprensión, está demasiado ocupado en sus cosas que no tiene tiempo para los demás, el ego de las amigas, muchas esposas desayunan, comen, cenan, festejan más con sus amigas que con su pareja, mientras él, tiene el ego deportivo y todo es un motivo perfecto para juntarse en la cantina a ver un encuentro deportivo con sus amigos, el ego, es cuando solo pienso en mí, cuando dejé de pensar en los demás, cuando la prioridad soy yo, luego, yo y siempre yo, los egos destruyen, es el reflejo de la enfermedad emocional, comandada por la soberbia y cuando se enfrentan los egos, cuando hay que decidir qué hacer, a donde ir, que hay que comprar, los egos chocan y es cuando las parejas se diluyen.
El ego de la infidelidad
El amor muere por muchas razones, la fodonguez de la pareja, ya no se arreglan, ni procuran mantener una buena figura, por el contrario echan la lonja sin mayor preocupación y por las noches, muchas de ellas, usan el mata pasiones, el mameluco, mientras que ellos, calcetines, shorts y esa camiseta que no se la quitan ni para dormir, el amor muerte por la rutina, por la falta de mantenimiento, por la ausencia de una buena comunicación, por la apatía, la hipocresía, las mentiras, el auto engaño, por que las cosas no se hablan, no se aclaran, por la situación económica, por tantas cosas, pero cuando aparece una tercera, o un tercero en discordia, comienza a bailarle la píldora, él despierta su gran y enorme ego varonil, despierta el galanete escondido, y la novia lo cautiva, es propiamente la chispa de la vida y ante el vacío espiritual de este hombre, ella juega con las emociones anestesiadas por la rutina, y el ego aflora, sexualmente se siente el master de masters, se ve en el espejo súper guapo, su voz le encanta, se arregla,  adelgaza, compra ropa íntima y de vestir, usa locaciones de alto impacto, cambia hasta su manera de caminar y sus modales, todo ello lo genera ese ego, que lejos de confundirlo, lo orilla a hacer daño, a perder lo bueno por lo malo, y al pasar del tiempo, cuando el infiel se junta o se casa con la coscolina, tarde que temprano, truenan y el ego se desvanece, se desinfla, aunque al rato, otra jovencita lo cautive, su vida ya no será igual, irá de fracaso en fracaso y es muy simple, uno atrae lo que tiene por dentro.
No tenemos una cultura de trabajo en equipo
En el futbol por ejemplo, fracasamos por los egos y apoderamiento de la pelota de muchos jugadores, vemos la ausencia de ese espíritu de compañerismo, en las turbinas de equipo, ya sea básquetbol, futbol, natación, atletismo y otros deportes, pocas veces o nunca, ganamos medallas de oro en las olimpiadas, ganamos más en lo individual y ello es por los egos, lo mismo sucede con la familia, no tenemos ese sentido de vivir en familia, de hacer equipo, son los egos los que nos hunden, los hijos, en muchos casos, están aislados en sus recámaras, engrandeciendo  sus egos electrónicos, pegados de sus celulares, chateando, en la computadora o escuchando música, los padres por igual, separados, cada quien en su recamara, ella viendo telenovelas y él programas deportivos, hacemos hogares disfuncionales por los egos que afloran todo el tiempo, por nefastas actitudes, por la nula comunicación y escasa convivencia, veo cómo en las pláticas que tengo con padres de familia, predominan notablemente las mujeres, los egos laborales de los hombres no les permiten escuchar temas emocionales que pueden marcar el destino de sus hijos, son pues, los egos los que socialmente nos perjudican y lo más triste es que nadie quiere, ni acepta la egolatría como propia, vemos siempre la espiga en el ojo ajeno y no lo vemos en el propio.
¿Qué tipo de ego tengo?
Sin embargo, en un plano espiritual, el excesivo ego o la conciencia individual perjudicarían el crecimiento personal pues ni se entera que existe una conciencia universal. Algo así como “un tapón que impide la ascensión de la mente a los estados superconscientes”, afirma el investigador, Iván Durán Garlick, autor del libro “El Ego”. Agrega que la mente de una persona con poca autoconciencia es un hotel cinco estrellas para el ego. Entonces, indica que para evolucionar es necesario conocer qué tipo de ego predomina en la personalidad y trabajarlo. Para adentrarse en ese conocimiento, invita a revisar estas categorías y enterarse en qué clasificación se encuentra.
Ego SABELOTODO: Es aquel ego que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se puede quedar callado.
Ego INSACIABLE: Es el ego “centro de mesa”, no le gusta pasar desapercibido, hace cualquier cosa para llamar la atención.
Ego INTERRUPTOR: Su necesidad de autorreferencia es tan fuerte que interrumpe permanentemente, nunca deja que los otros terminen de hablar.
Ego ENVIDIOSO: Es el que no soporta los triunfos y éxitos de otros. Degrada a los que cree que son mejores que él.
Ego PRESTIGIOSO: Es el ego que busca aplausos, reconocimiento y admiración en todo lo que hace. Siempre quiere ser el mejor. Frecuentemente les dice a los demás: “te lo advertí”, “yo sabía”, “te lo dije, pero tú nunca me escuchas”, etc.
Ego JINETE: Se monta de lo que dicen otros. Se aprovecha de los datos de los demás para su propio beneficio. Saca partido de lo que otros dicen para estructurar sus propias intervenciones. Es copión y usurpador.
Ego SORDO: Nunca escucha, le gusta hablar sólo a él, habitualmente finge escuchar.
Ego MANIPULADOR: Es aquel ego astuto que siempre se las arregla, ya sea tergiversando, acomodando, engañando, mintiendo o justificando para que las cosas resulten siempre a su favor.
Ego ORGULLOSO: Es aquel ego competitivo, discutidor, que no le gusta perder.
Ego PREMENTAL (silencioso): Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo, es criticón, hipócrita y enjuiciador.
El reflejo del ego, es un vacío espiritual
Veo como mis egos, mis pensamientos, personalidad y actitudes dañaron mi vida, sé que debo de trabajar en la humildad, en la honestidad, en servir a los demás, en comunicar sin influenciar ni defender mi verdad, en estar sujeto a la crítica y respetar la manera de pensar de los demás, sé también que debo de dejar de meterme en lo que no me importa, en vivir y dejar vivir, en ser sencillo, no deseo volver al pasado e intoxicarme de soberbia, fui prepotente, egocéntrico y sufrí mis propias consecuencias, hoy comprendo, que no se trata solo de tapar la botella, se trata de trabajar el interior, de depurar al nefasto que fui, de bajar o exterminar mis egos, mi corto impulso, mi neurosis, dejar a un lado también mis defectos de carácter y patrones de conducta, el cavernícola no está muerto, el cavernícola emocional, está dormido, pero si me decido, tarde que temprano habrá de despertar. Sé que el tiempo no es recuperación, sé que hechos son amores y no buenas razones y celebro, el solo por hoy con alegría, actitud, libertad, humildad, servicio, amor y sencillez

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