Diablos reciben a los muertos en Costa Chica

Cuajinicuilapa, 5 de noviembre de 2015 (CA).- En la danza de Los Diablos se conjuga el mestizaje de los pueblos de los afrodesendientes en Guerrero. En esta danza, que en los pueblos de la Costa chica sólo se muestra en la celebración de los Fieles difuntos, los diablos portan los elementos de la Colonia (las máscaras están hechas con pelos de caballos, cuernos de chivos) y, por supuesto, la alegría de los negros.

De acuerdo a la tradición oral, la danza de Los Diablos tiene el propósito de recibir y despedir a los difuntos durante el 31 de octubre, el primero de y 2 de noviembre.
En los dos primeros días, la presencia de los diablos se centra en el recibimiento de los difuntos. En el primer caso, los danzantes (niños) van al panteón a recibir a los niños que ya murieron. Al día siguiente, el primero de noviembre, ya acuden al cementerio de los diablos grande para recibir y guiar a los difuntos. Todo lo hacen danzando.
Al tercer día, el día 2 de noviembre por la tarde, los diablos llevan a los muertos al campo santo y ahí les vuelven a bailar para despedirlos. Pero durante estos tres días los diablos no paran, literal, se sueltan por todo el pueblo o pueblos donde hay afrodesendientes.
Danzan por todas la calles y en particular se detienen donde los familiares de algún difunto les pide que lo hagan en honor de sus parientes. Como premio, los diablos reciben dinero o una botella de bebida o parte de la ofrenda que la familia le montó a su pariente.
En la danza participan de entre 10 y 12 bailarines y cuatro músicos. Entre los danzantes destacan dos: el diablo mayo, Tenango o mejor conocido como El Pancho y su mujer, La Minga.
Estos dos personajes son los encargados de poner orden entre los diablos. Tanto La Minga como El Pancho con su chicote golpean los demás para que se  formen en las dos líneas en la que se desarrolla la danza.Quienes le dan sonido a la danza son los cuatro músicos: el que toca el buje, la charrasca (una quijada de caballo o burro), un tambor y una armónica.
Por lo regular los músicos que le dan el ritmo a diablos son los cuatro, sino tres.
Esto sucede porque cada grupo de danzante se conforma con sus propios recursos y con lo que tiene a la mano. En general o falta el tambor o la armónica, lo que nunca falta son el buje y la charrasca. 
De acuerdo al escritor y periodista, Eduardo Añorve Zapata, dice en su blog, que después de “mucho mirar el baile de los diablos, de platicar con bailantes y músicos y con gente mayor que yo, y de leer uno que otro documento, he llegado a pensar que éste se originó en la época colonial en las llanuras que van desde el río Quetzala hasta pasandito San José Estancia Grande, y que incluye a poblaciones como El Alacrán, El Cirgüelo, Barrio Nuevo, Lo de Soto, Llano Grande La Banda, Maguey, Cortijo, Rancho Santiago, Santo Domingo, Tapextla, Cuajinicuilapa, San Nicolás y Maldonado, entre otros”.
Y agrega: “Durante cientos de años, esta zona de mestizaje entre indios y negros se dedicó a la ganadería, actividad que utilizó el caballo como bestia para sabanear, para el manejo del ganado, para la carga y para el lucimiento de vaqueros y ganaderos; ambos oficios están ligados a la danza de los diablos”.

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