MEMORÁNDUM

*** El crecimiento de Bety Vélez

Gerardo Ruano Cástulo
Después de haber tenido un periodo de preparación previo, los alumnos descendían del autobús, dispuestos a iniciar sus clases en ambientes naturales. Se trataba de jóvenes que recibían clases de alpinismo. Ver el campo con diferentes montañas, causaba una motivación especial en el grupo.

El instructor, hombre conocido por haber estado en las más altas cumbres del mundo, dio la indicación de armar grupos para comenzar una serie de ejercicios. Les dijo, que atrás quedaban los entrenamientos del gimnasio, necesarios para contar con elementos físicos, porque ahora estarían en el terreno de la realidad.
La práctica de aquél día, se redujo a entender el trabajo en equipo, las normas básicas de seguridad y las más importantes, las de sobrevivencia. Al respecto, había un joven, que no quitaba la vista de una de las cumbres más altas de la zona.
Así que, en su oportunidad, se acercó al instructor y mostrándole la cumbre, le preguntó: “Maestro, ¿Qué necesito para subir a la cima de esa montaña?”. La respuesta del instructor y hombre experimentado del alpinismo, fue: “Lo primero, es que tengas en la mente siempre, que vas a llegar a la cima de esa montaña. Lo segundo, que estés dispuesto a pagar el precio, que en éste caso, es ser perseverante. Muchos quieren subir las cumbres más altas, pero se quedan en el intento o a medias, porque no entregan nada a cambio. Porque para esto se necesita trabajar todos los días. Se necesita ser constante en tus entrenamientos. Dejar muchas cosas, por la conquista de la cima. Eso es lo que se necesita.” (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.) 
El éxito, como bien lo definen diferentes autores del crecimiento humano, es acumulativo. Se requiere de ser insistente, para alcanzar los sueños. El mismo Jesús, en los evangelios, dice que a Dios le gusta la gente que es perseverante en sus plegarias.
Creo, que muchas veces, el ser humano se priva de algo importante, en razón de la falta de perseverancia. Eso es parte del mundo de la llamada normalidad, en donde se ha entrenado a las personas, para buscar la satisfacción inmediata.
En el ámbito político, hay ejemplos de personajes que saben bien del tema de la perseverancia. Una notable, es Beatriz Vélez Nuñez, hoy diputada federal, por el Distrito Séptimo de Guerrero. Su reciente triunfo en las urnas, para continuar al frente de la sección 36 del Sindicato de Salud, es una muestra clara de esto. Lo es, porque a diferencia de muchos proyectos, que ya estando en el poder se van desgastando poco a poco, el de Ella ha venido en ascenso.
Los números son bastante claros. En la primera elección, Bety Vélez, como se le conoce en el ambiente, ganó con el 41 por ciento de los votos de los trabajadores. En la segunda elección, para avalar la ampliación de periodo, subió al 64 por ciento de los sufragios. Y ahora, en los comicios del 10 de noviembre, alcanzó casi el 85 por ciento de los votos. 
Es evidente, que el trabajo de Bety Vélez no se reduce a ganar elecciones. A regalar sonrisas y dar la mano cuando se necesitan los votos. Lo de Ella, es un trabajo permanente a favor de sus compañeros trabajadores. Y todo eso, se percibe. Se respira y se siente. Los números son demasiado elocuentes. Su estancia en el poder, lejos de desgastar el proyecto, le ha fortalecido. De hecho, Bety Vélez, luce como el rostro femenil de mayor presencia política en la entidad.
POR CIERTO, en la capital, quien también sostiene un gran ritmo de trabajo, manteniendo una magnífica relación con habitantes de colonias, es el regidor de obras, Julio Morales Díaz. Un joven de mucha entrega, compromiso, y que se ve con muy buena proyección. Esa es la cuestión.

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