QUERIDO DIARIO

Raúl Román Román
¡Entre la espada y la pared!, reza el refrán popular, cuando las dos o tres opciones entre las que nos encontramos, tienen un horizonte incierto y forzado a escoger la menos maligna, para seguir el curso de la vida… y este tema sale a colación, una vez que se da la reforma laboral, que no educativa, promovida por el presidente Peña.

 En primera instancia, el peñismo ha promovido una serie de reformas que lejos de beneficiar al 90% de las familias mexicanas, han venido a sumir, entre la pobreza y la miseria, a grandes capas sociales, contario a sus promesas de campaña…  o si no, preguntemos a nuestras familias mexicanas si ¿han sentido y vivido alguna mejora en el seno de su casa?, ¿su salario le alcanza para una mejor vida? ¿Tiene mejores satisfactores de vida? ¿Trabaja y está contento con su salario y condiciones laborales?… y en el tema en referencia, pues cínica, hostil y agresivamente ha venido a multiplicar los problemas familiares, escolares y comunitarios de nuestra ya golpeada sociedad mexicana… y a los hechos nos remitimos.
 Derivado de las reformas constitucionales, ahora se exige que los profesores presenten, una vez mal informados, un examen de conocimientos totalmente antipedagógico y tendencioso a exhibirlos, siendo que somos producto del mismo sistema neo-liberal, contrario a los fines de la educación mundial, que pregona una educación integral que detone y desarrolle las esferas personales, como pueden entenderse el desarrollo psico-motriz, afectivo y cognoscitivo de las personas, y de acuerdo a la boga educativa del momento, basado en competencias, entendiéndose ésta como el cúmulo de conocimientos, inteligencias, habilidades, actitudes y valores de cada persona.  
 Ahora bien, el secretario de educación dice, el que no presente el examen quedará instantáneamente despedido, ausente de toda conciencia, sensibilidad y responsabilidad, pues, en primera instancia, él y sus subordinados, administrativos y tecnócratas, deberían evaluarse por delante, pues se duda mucho que sepa algo de la educación escolarizada en su macro o micro-tamaño y organización, tanto en su forma como en su fondo.
 Así ha creado una psicosis magisterial, pues nadie quiere echar al saco roto cinco, diez, veinte, treinta o cuarenta años en que ha servido al magisterio nacional, y un puñado de corruptos y vende-patrias vienen a menoscabar una labor titánica de estar treinta años ininterrumpidos al frente de treinta generaciones de niños, jóvenes o adultos, que han pasado por las aulas bajo sus égidas.
 Acto seguido, creemos que un examen difícilmente va a cambiar el panorama de la esfera educativa escolarizada en México, pues una vez aprobado, los niños seguirán con hambre, con padres desempleados, subempleados o mal pagados, con escuelas cayéndose, después de treinta o cuarenta años de haber sido edificadas, y lo que es peor, sin esperanza alguna… o acaso, una vez aprobado el examen al otro día, mes o año, llegará un nuevo sol político, económico o social, que promueva una mejor educación.
 En la contraparte, se pregona que, una vez que presentes el examen, automáticamente estarás renunciando al sistema laboral en que fuiste y has estado laborando desde hace una, dos, tres o cuatro décadas, sin ninguna información oficial, debate ideológico, mucho menos la participación plural de todo los integrantes del sistema de educación. Estarás renunciando a sentir las garantías constitucionales, como el sindicalismo, perdido en su ignorancia, indolencia, ciego, sordo, mudo, arrastrados por su ambición desmedida, a ellos qué les importa nada, mientras aseguren las prebendas políticas en sus cuentas bancarias y negocios embarrados en su quehacer sindical. Se renuncia al pensionissste, que en este momento estará procesándose y pasando los ahorros de toda la vida de los maestros hacia negocios particulares, o por qué el señor Videgaray, corrupto y corruptor de México, está eufórico cada vez que anuncia una nueva aplicación de las reformas que se deslizan a negocios cautivos y particulares para manejar los dineros de las agrupaciones magisteriales, como es el caso de pensionissste.
 Así es qué surge el cuestionamiento: ¿Qué hacer ante esta encrucijada? No presentar el tristemente examen de permanencia y ser despedido, así, sin más ni más… o presentarlo y perder todos los derechos que durante decenios fueron conquistados a sangre, muerte, marchas, mítines, gritos y jornadas de rebeldía y lucha, y que ahora de un solo jalón quedan borrados del horizonte magisterial y, de manera especial, de los maestros que ya ven su pronta jubilación, sin garantía alguna, por el entreguismo de los políticos priistas, panistas y perredistas, ajenos a su función primordial de mejorar las condiciones socio-económicas de las familias de México… y encima de todo esto, la represión a la orden del día, donde los profesores están amenazados y encarcelados por protestar, mientras Raúl Salinas de Gortari y compañía conocida e identificada por las auditorías y leyes, disfrutan el resultado de la mega-corrupción a la mexicana, y todavía más, la delincuencia sobre las escuelas, si no, pregúnteles a los maestros que laboran en la periferia de Acapulco y ciudades fronterizas. En fin, es la política a la mexicana, donde nunca pasa nada. ¡Sólo para puras vergüenzas! 
Pero que las autoridades civiles y educativas, en todos los órdenes y jerarquías DEN respuestas ciertas, creíbles, oportunas, claras, entendibles, pero sobre todo, justas.

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