ZONA CERO

PRD: en la ruta de perder en Tixtla

Roberto Santos 
El cabildo del Consejo Municipal de Tixtla ha puesto el ejemplo a los demás ayuntamientos del estado, al presentar una demanda en contra del exsíndico, David Martínez Valadez, a quien acusan de haber vendido 15 unidades propiedad del ayuntamiento, lista donde se incluye una camioneta que chocó haciendo los honores del dios Baco y que no ha pagado –ni pagará, como dijera Teofilito–.

Entre los vehículos vendidos están los camiones recolectores de basura, camionetas, tsurus, un tractor, camionetas lobo, solo por citar algunos de esos bienes enajenados como si fueran propiedad del síndico, y que son mencionados en la demanda en su contra. 
Solo falta que el cabildo se ponga las pilas y también exija a expresidente Gustavo Alcaraz que explique dónde quedaron los 100 millones de pesos, que aseguran se llevó, cosa difícil de comprobar y que algunos señalan que es más probable que haya desviado hacia ciertas áreas y rubros que no estaban contemplados para recibir recursos de otras partidas, lo cual también representa un delito, y debería ser investigado a profundidad.
A estas alturas no se puede negar la pésima administración del alcalde saliente, de extracción perredista, que le llevó a perder los altos bonos que este partido tuvo en este municipio y dejó ir por incapacidad y desidia del gobierno saliente, encabezado por Gustavo Alcaraz, quien hizo réplica del gobernador Ángel Aguirre, al no saber cómo reaccionar en los momentos de crisis por los que atravesó la población de Tixtla y su mismo gobierno. 
La única ocurrencia destacada fue la de ir a celebrar una misa al “amigo” en unas de las grutas cercanas a la laguna de Tixtla, para intentar conjurar las afectaciones por las lluvias, acción que fue celebrada por propios y extraños, como la “mejor acción política de su administración”. Pero cayó en credibilidad y seriedad, aspectos fundamentales para un gobierno que pretende dejar las bases para repetir en la administración pública. Independientemente de las acusaciones de corrupción que en el municipio le endilgan a Gustavo Alcaraz.
Es por eso que el candidato del PRD, Hossein Nabor Guillén, prácticamente está en la ruta de morder el polvo, pues su partido ha perdido credibilidad en ese municipio. Tampoco parece ayudarle mucho las visitas de Bety Mojica y su morral de falsas acusaciones que trae desde la campaña electoral pasada. La candidata ya debería saber que las imputaciones falsas no dan votos. Renovarse o morir, reza una vieja consigna revolucionaria. Es hora de que Bety haga caso a este lema. 

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