De adicto a ADICTO

Cruda realidad, enfermedad emocional

Por Ernesto Salayandia García
¿Qué es droga?
“Droga” es toda sustancia que introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una alteración del funcionamiento del Sistema Nervioso Central del individuo y es además susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. La cerveza es una droga, el alcohol es la droga que más muertes causa en el mundo, el alcohólico es un adicto como lo es el mariguano, no hay nada de diferencia entre un heroinómano, un cocainómano, un teporocho, o un neurótico, somos como almas gemelas, copias al carbón, la única diferencia es la droga que distingue nuestro consumo.

Esta enfermedad emocional, es de fondos
El padre de Ramón, es un alcohólico activo, no deja las dos caguamas el día, por supuesto que es un neurótico empedernido, vive solo y hasta hace unos días, su hijo Guillermo de 26 años vivía con él, pero dadas las circunstancias de que Ramón fue víctima de robos, del abuso de confianza por parte de su hijo que tomo su camioneta sin permiso y se ausentó 5 días de la casa sin saber nada de él, Ramón puso el grito en el cielo y lo echó de su casa sintiéndose víctima y más que ofendido, cerrándole las puertas y mandándolo a casa de la mamá, quien por las mismas consecuencias, su actitud es no aceptarlo a que irrumpa la paz de su hogar.
Un adicto es capaz de hacerle daño a más de 40 personas a su alrededor
Guillermo ya estuvo en la cárcel, procesado por robo a mano armada, hace como 5 años de ello, las tres veces que fui a visitarlo, pensé que ese iba a ser un fondo suficiente, aunque la actitud de él, su mirada y soberbia, me decían todo lo contrario, saliendo libre, el joven de 20 años, volvió a las mismas andanzas a consumir alcohol y cocaína, a juntarse con un grupo de vagos buenos para nada, a perderse por días enteros, a vivir en una casa y en otra, a cansar a la familia, quien después de tantas molestias y preocupaciones, tomaron la decisión de internarlo en un anexo, centro de rehabilitación por tres meses.
Una y otra vez, más de lo mismo
Al día siguiente que Guillermo salió del anexo, de inmediato se reventó con sus amigos, ese día desapareció como por arte de magia, durante más de 5 días, nadie supo nada de él, ese es su estilo, las ausencias prolongadas, darles angustia, dolor y preocupación a sus padres, no estudia, no trabaja, no hace gran cosa por su vida, únicamente vivir de sus sueños de pompa y poderío, vivir de las maldades y robos que le hace a personas ingenuas e inocentes, burlarse de la sociedad, y sin duda, poco a poco, firmar su sentencia de muerte, siembra su destino de regresar a la cárcel, ser inquilino de un siquiátrico, regresar a un centro de rehabilitación o llegar a un hospital, esos son los destinos que un drogadicto como Guillermo tiene a corto plazo.
¿Qué hay que hacer, como lo puedo ayudar?
Son muchas las mujeres, madres, esposas que se acercan a pedir ayuda y la verdad de las cosas, no les gusta lo que les dices.- Ernesto, ándele, por favor ayúdeme.- Mira, les digo, tienes que informarte respecto a lo que es esta enfermedad, no es tan simple, no es un resfriado, tú debes de saber, les digo, que es una enfermedad perversa del alma, que es incurable, progresiva, contagiosa, mortal, burlona, que para poder ayudar a un adicto, una buena recomendación es que los padres pidan ayuda, dejen de alcoholizarse, que el padre vaya a un grupo de Alcohólicos Anónimos y ella a uno de Neuróticos Anónimos, les hago ver el daño que les han hecho a los hijos, más cuando se divorcian, más cuando siembran cizaña, más cuando se hicieron mucho daño delante de ellos.
El buen juez por su casa empieza
Oye, mi hijo es el que está mal, no yo.- ¿No? Nadie le presta la atención debida, hasta que tienen el problema en casa, los últimos en enterarse son los padres, ni se las huelen que su hijo, su hija, usan marihuana, ni se dan cuenta que tienen un serio problema en su manera de beber o que están drogándose con inhalantes, sustancias tóxicas o inyectándose heroína, no saben qué tipo de pastillas o drogas están usando y se dan cuenta del problema, cuando hay consecuencias como los choques en tránsito, cuando los corren de la escuela por no ir y no hacer tareas, cuando desaparecen cosas de valor en la casa, cuando comienzan a llegar después de la 5 de la madrugada o no llegan, cuando cambian su manera de vestir, cuando aparecen los tatuajes, cuando el joven se torna ingobernable, neurótico, rebelde, mal educado, perezoso.
No hay peor dolor que ver a un hijo secuestrado por la droga
Por lo regular, ellos, los padres, se echan la culpa el uno al otro, no llegan a comprender la magintutud del problema y toman las decisiones equivocadas, se pelean más de la cuenta, intervienen familiares y amistades que ni al caso, la agonía del enfermo se prolonga, debido a que no ponen límites, a que no toman las decisiones inmediatas y correctas, son víctimas de la extorsión emocional que les hace el drogadicto, igual que un esposo borracho, un marihuano o adicto, es un súper actorazo, capaz de dramatizar y de convencerte de sus verdades, que no son otra cosa más que sus mentiras y promesas falsas para engañarte y salirse con la suya, te envuelve en sus cuentos y fantasías, en sus grandes planes, por desgracia, todos se suben a su avión.
La recuperación, no es solo a la sustancia
La enfermedad emocional es muy común, es un mal generalizado, tenemos una sociedad enferma de sus emociones, hay neurosis en la población, por supuesto, hay también niveles, como en los tinacos de agua, son los patrones de conducta de la gente lo que hace daño y genera lesiones a los demás, como la soberbia, las mentiras, hipocresías, los chismes, las críticas, los levanta falsos y todo un cumulo de defectos de carácter, que cuando un adicto sale de un proceso de recuperación, sale muy débil, aún con sus heridas profundas del alma, lleno de resentimientos, culpas, frustración, dolor, complejos, miedos y está en riesgo de recaer debido a ese esquema endeble de sus emociones, de ahí, el fracaso en todos sus departamentos, fracasa en lo laboral, en lo familiar, como pareja, como padre, su vida está en blanco y negro, proyecta depresión, tristeza, aburrimiento, enojo y no sale de ese círculo emocional vicioso, hasta que finalmente vuelve a destapar la botella.
Miserias y carencias
La humildad es un valor supremo, el sacrificio es esencial en la vida de cualquier persona, que significa dar, hacer el bien sin mirar a quien, la honestidad, otro gran valor, como la tolerancia, prudencia, equidad, sencillez, puntualidad, honradez,  también, son valores supremos, el respeto, la comunicación, el amor, la cortesía, educación y la higiene, todos esos y otros valores, por desgracia andan de vacaciones en un mundo de personas, viven propiamente comandados por sus egos, su gran soberbia bastarda que lesiona al más débil a los que ellos creen débiles, claro que duele tener un drogadicto en casa, pero duele más vivir a lado de un tipo egocéntrico, prepotente y soberbio, mediocre mal nacido, propiamente el llanero solitario, sin amigos, ni familia, y de esta cosecha de hombres y mujeres, la hay por donde quiera, sin reconocer siquiera la magnitud de la enfermedad y esa es la razón de que tengamos una sociedad en decadencia, divorcios al por mayor, depresión, drogadictos, delincuentes, violadores, niñas madres, suicidas, neuróticos empedernidos, enfermos de trastornos alimenticios y de ansiedad.
La vida pierde sentido
Muchos viven una vida triste, frustrada, apagada debido a su carga emocional, algunos, como los servidores públicos, practicantes de política, son faroles de la calle y oscuridad de la casa, destilan arrogancia hasta por los poros, aparentar ser lo que no son, tienen una doble vida, la pública y el infierno que les dan a sus esposas, a sus hijos, reflejan en lo profundo de sus ojos, sus miedos, usan una y mil máscaras para cubrir su dolor y frustración, por ello, cuando usan el poder, por lo regular, les llena de satisfacción lesionar la dignidad de otros, pisotearlos, ignorarlos y maltratarlos, son adictos al poder, por desgracia para ellos, el poder es pasajero y no saben vivir sin él, cuando tienen un drogadicto en casa, les da vergüenza y miedo de que todo el mundo se entere, cuando en realidad, se niegan a aceptar la enfermedad emocional de ellos mismos.- Tener un drogadicto en casa, es como si tuvieras una maldición, pero la maldición nace y se hace en la gente ególatra y enferma.
¿Lo anexo o no lo anexo?
Hay una pésima imagen que tienen una gran mayoría de los anexos, hay un historial muy negro que lo han marcado a través de los años, la gente no habla por hablar, ha habido asesinados, adictos niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres, han muerto debido a las golpizas que les dieron, hubo y ha habido violaciones, intimidación, hostigamiento, humillaciones, pésima comida, pésimas instalaciones, soberbia extrema de los llamados padrinos, déspotas y prepotentes, hay pues en infinidad de centros de rehabilitación, una marcada miopía gubernamental, una ausencia de autoridad, federal, municipal y estatal, en muchos casos se viola y no se cumple con la Norma 028 de la Ley Federal de Salud, pero hay sus muy honrosas excepciones, hay anexos que dan cátedra de profesionalismo, calidad, humildad, servicio, en ese sentido, hay que investigar o consultar los antecedentes de los anexos.
¿Pero lo anexo o no lo anexo?
Mi sugerencia es que sí lo anexes, somos muchos los adictos en recuperación que estamos limpios después de un proceso, somos muchos los que hemos recuperado el sentido de vivir, disfrutando de días, meses y años de sobriedad, yo nací en un anexo y conozco a hombres y mujeres que están limpios, que tienen una vida organizada y digna, ahora disfrutan de lo que han recuperado, la familia, sus negocios o empleos, es decir, los internamientos funcionan para el que quiere, no es para todos, he conocido a muchos que han muerto de sobre dosis, de esos padrinos que se han reventado, he visto pasar a tantos por ese laberinto infernal, pero mi propio testimonio, casi 17 años limpio, libre de drogas y con hechos me he demostrado que sí es posible vivir la vida con amor, calidad y calidez. Doy un tratamiento ambulatorio para adictos y enfermos emociónales, con duración de un mes y medio, con terapias diarias, transmitiendo mi propia experiencia como enfermo emocional. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario