Por Alfredo Sarabia
De acuerdo a datos oficiales, la pobreza en México rebasa los 60 millones de sus habitantes. Son datos que nos remueven la conciencia, si partimos que nuestro país, es rico en recursos naturales, por tanto debemos preguntarnos: ¿Por qué?
Hay que empezar diciendo que ello significa un bajo nivel de vida en estos mexicanos y que desafortunadamente implica una gran cantidad de carencias que tienen que ver estrechamente, con la sobrevivencia.
Esta desgraciada situación ha sido provocada perversamente por los Gobiernos Federales que se han visto desfilar en Los Pinos. Aquí encontramos sin más, únicamente a Gobernantes identificados fehacientemente por dos Partidos Políticos: El PRI y el PAN.
El primer Partido político, él PRI, es el que por mayor tiempo hemos padecido: más de 70 años, y es el que actualmente nos atosiga; mientras que el PAN, partido abiertamente de Derecha, nos ha mal gobernado durante 12 años nada más, pocos, pero que han sido suficientes para contribuir con el malsano crecimiento de la pobreza descrito anteriormente.
Algunos aplaudidores o matraqueros de esta situación, justifican irrisoriamente la cuestión de pobreza como algo innato de la situación de pobreza que prevalece a nivel mundial.
No obstante esas opiniones convenienceras, yo voy más a que las condiciones de pobreza en México se están dando por las políticas erráticas que se nos han endilgado provenientes de los referidos Gobiernos.
¡Para que buscarle chiches a las gallinas!
En este ambiente, se ha visto que las políticas federales que nos imponen, en nada coadyuvan en la obtención plena y sólida del bienestar familiar, del bienestar colectivo, pero sí, esos verdaderos analgésicos contribuyen eficaz y desafortunadamente en el alargamiento de las situaciones sociales que han ocasionado las condiciones flacas de la Economía Familiar que han permeado grotesca y maquiavélicamente en el desarrollo familiar. Este escenario socio-económico escuálido, solo es observado en uno de los extremos sociales
Así, mientras persistan las mismas políticas empobrecedoras, mientras se continúe con la sordera social, el país de los pobres en su economía, seguirá triste y riesgosamente transitando a través del filo de la navaja, lo que guste o no, puede ser un detonante generalizado que a nadie convendría, principalmente a los que hoy se despachan con la cuchara grande del presupuesto público, como los que trabajan en el sector gubernamental, en el poder legislativo y en el poder judicial, etc.
El infamante e insultante aumento al salario mínimo, es un tema escabroso que no se puede esquivar, es una de las políticas económicas erráticas que forma parte del conglomerado perverso e infernal, que nos ha ocupado en este espacio. Así, lamentablemente, las cabezas de playa, creadas por los lambiscones y zalameros que pertenecen a la clase “baja”, entre otros factores medievales, dan al traste con las actitudes tendientes a desmoronar las tensiones tejidas desde las alturas del gobierno federal.
Es necesario luego entonces, que haya un verdadero cambio en las políticas que nos bañan, y ello lleva consigo, un combate frontal y no simulado, a la CORRUPCIÓN y a la IMPUNIDAD….HASTA PRONTO.
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