miércoles, 13 de enero de 2016

MEMORÁNDUM

*** Dejar la codicia y el egoísmo

Gerardo ruano cástulo
Estaban tres amigos en medio del bosque, tomando un descanso, bajo la sombra de un gran árbol, situado justo a un costado del río, donde corría una grandiosa cantidad de agua.
De pronto, uno de ellos, vio la cascada que nutría al río. Era realmente impresionante. Lo que llamó la atención más, fue la presencia de una lámpara. De las que suelen contener un genio, que sabe conceder tres deseos. Y por coincidencia, ellos eran el mismo número.
Así que la charla se enfocó hacia lo que cada uno pediría al genio de la lámpara. El primero dijo: “Le pediré que me haga inmensamente rico. Para ya no trabajar más.” El segundo manifestó: “La frotaré y le diré, genio de la lámpara, hazme el hombre de mayor poder político en el mundo”. En tanto, el tercero expresó: “Genio, yo también deseo tener una enorme fortuna y muchos bienes.”
Estaban en eso, cuando escucharon una sonora carcajada: “jajajajajaja”. Todos dirigieron la mirada hacia donde salía el sonido, y ahí estaba el genio, quien les dijo: “Todo está muy bien, ahora falta ver, quien de ustedes va a ir por la lámpara, porque tengo años fuera de casa”. No era una tarea fácil. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
Desde pequeños, nos vendieron con facilidad la historia de Aladino y la dichosa lámpara maravillosa. El punto de la historia, es que, tal vez muchos quisieran contar con un artefacto de ésta naturaleza, para cambiar algunas cosas de su vida. Lo cierto es, que el ser humano posee algo más grande que esa lámpara, porque dentro de él, se encuentra la genialidad, misma que se activa, cuando se está dispuesto a dar algo a cambio.
Si el genio de la historia, llevaba muchos años fuera de la lámpara, es porque pocos habían tomado la decisión de ir por ella. O de igual manera, habrían fracasado en el intento. Pero, sin duda, el más grande obstáculo, debió ser la codicia y el egoísmo. Es fácil, ante el brillo del oro, que no se cumpla la regla del éxito, que es compartir y no competir. Trabajar en equipo. En una misma dirección.
En ese sentido, la visita del presidente del país, Enrique Peña Nieto, para evaluar los avances del Programa Nuevo Guerrero, puesto en marcha en razón del desastre provocado por “Ingrid y Manuel”, es una magnífica noticia. Lo es, porque precisamente ahora, con el Gobernador Héctor Astudillo Flores, lo que se busca, es ese mismo objetivo. Cambiar el rostro a una entidad golpeada, no solamente por los desastres naturales, sino por la inseguridad, violencia, anarquía y falta de oportunidades.
La presencia del presidente Peña Nieto es una magnífica noticia, porque darle un giro a las cosas, requiere del trabajo coordinado. De la suma de esfuerzos. Y sobre todo, de mucha voluntad, como la que hoy muestra el Mandatario Estatal, Astudillo Flores.
La presencia del presidente del país es la ratificación del slogan del Gobierno Estatal: “Guerrero nos necesita a Todos”. Si, de la federación y el estado. Si, de los tres poderes de la entidad y sus municipios. Si, de todas y todos los ciudadanos de ésta bella tierra del sur.
La situación indica, que la inmensa mayoría deseamos un cambio. Desearíamos, tal vez, contar con la lámpara y pedir al genio el deseo. Más eso no ocurrirá, si persiste el egoísmo, la codicia y la falta de responsabilidad.
La federación y el estado hoy ponen el ejemplo de trabajar en una misma dirección. La idea pues, es que todos vayamos por la misma lámpara. Esa es la cuestión.

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