miércoles, 24 de febrero de 2016

MEMORÁNDUM

*** Levantar y fortalecer la esperanza

Gerardo Ruano Cástulo
“¿A dónde van tan contentas?”, dijo la reina Soberbia, a frustración y depresión. “A comernos los sueños de los humanos”, respondieron y siguieron su camino, dejando un rastro gris, que gradualmente se transformaba en oscuro.

Pasado un rato, la reina vio que venían de regreso. No se les veía bien. Entonces, les preguntó: “¿Por qué han vuelto tan pronto?”. “Porque nos hemos encontrado con una gran muralla que nos impidió pasar”, contestaron.
Soberbia, intrigada por lo ocurrido, cuestionó: “¿Cuál es el nombre de esa muralla”. –“Esperanza”, dijeron frustración y depresión. Ante eso la reina soltó una carcajada: “jajajajajaja”, para agregar después: “Pero si a esa muralla, ustedes la han atravesado siempre.”
“Si otras veces mi reina, pero ahora, había algo diferente, ya que una luz enorme iluminaba a la muralla. Y un ejército vigilaba a toda hora. Inclusive, tuvimos que escapar, antes de ser linchadas.”
“¿Y quiénes eran esos amigos de la muralla?”, preguntó soberbia. Aquellas respondieron: “Les llamaban, a la gran luz Fe, y al ejército le decían Caridad.” (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.) 
No tengo la menor duda, de que uno de los más grandes males del momento, es la desesperanza. Esa luz que se ha venido apagando en muchos hogares y corazones de la gente. Las cifras alarmantes de suicidios, nos indican que la gente ha perdido el sentido de la vida. Peor aún, la cantidad de muertes registradas en el país, a causa de una guerra contra el crimen organizado, desnuda el poco valor que algunos tienen por lo más sagrado que es la vida humana.
La situación en el país, ha incrementado los índices de desconfianza. Sin embargo, es bien sabido, que en los momentos de crisis, es cuando emergen los mejores liderazgos. Los líderes que marcan diferencia. Los que dejan sus nombres escritos en la historia.
En la India, justo cuando los Ingleses le cargaban la mano a ese pueblo, surgió la figura de Gandhi. En Sudafrica, cuando los abusos y explotación rayaban en lo infrahumano, emergió Nelson Mandela, quien aguantó el encarcelamiento, para después convertirse en Presidente de su País.
Abraham Lincoln, es considerado a la fecha, el mejor presidente que han tenido los Estado Unidos de Norteamérica, y condujo a esa nación, en medio de una guerra civil.
Los antecedentes hablan de la capacidad que tiene el ser humano para revertir la situación. Para dar un giro a las cosas. En ese sentido, la visita que hoy realiza a Guerrero, el Presidente del país, Enrique Peña Nieto, debe significar una señal de esperanza. Ya que al decidir estar en Iguala, estaría enviando un mensaje claro, de reiterar que el Presidente se la juega con Guerrero.
La asignación presupuestal para el estado sureño en éste año es histórica. Sólo por debajo de lo presupuestado en el año del paso de Ingrid y Manuel. Creo que el Presidente Peña Nieto confía en el Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, y también en la capacidad que tenemos para reaprender a vivir en paz y armonía.
Sin duda, la presencia del presidente del país, es una señal clara del liderazgo fuerte y esperanzador que hoy gobierna en Guerrero. Creo que el de, Héctor Astudillo, es un gobierno que gradualmente va reposicionando la esperanza. La fe comienza a renacer y las obras, producto de las inversiones, harán también su parte. 
La inversión, sin temor a equivocarme, es el gran ejército, que debe correr a frustración y depresión. Por eso, se trabaja en la ruta de un gobierno honesto y transparente.
Ahora, el punto es, que la gran esperanza, requiere de eso que anuncia el slogan, “De Todos”, es decir, de que aportemos también, nuestra dosis de obras positivas. ¿Qué damos para volver a levantar a la gran muralla? Esa es la cuestión.

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