MEMORÁNDUM

*** ¿Vale la pena seguir el mismo camino?

Gerardo Ruano Cástulo.
Los vehículos avanzaban lentamente. La fila era enorme. Después de algunos minutos, llegaron hasta donde había una desviación. Se trataba de las obras que daban entrada a una nueva carretera, puesto que la vieja sería cerrada.

Motivado por la duda, al llegar donde estaban trabajando, al paso lento de los carros, preguntó a alguien de la obra: “¿Por qué una nueva carretera?”. Aquél respondió: “Porque la otra era muy peligrosa. En ella se han registrado la mayoría de los accidentes del país. Ha habido muchos muertos”.
Ante ello, hizo otra pregunta: “¿Cuánto tiempo duró abierta?”. “Más de cien años”, manifestó otro de los trabajadores. “¿Y hay otras vías alternas?”, cuestionó enseguida. La respuesta fue: “Si, pero tardas más en llegar a la ciudad. Esta era la vía más rápida.” Y otro de los trabajadores agregó: “rápida; pero para morir”.
Entonces, y luego de avanzar un poco, se dijo hacia sus adentros: “¿Valió la pena que murieran tantos, habiendo otras opciones?”. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.).
El Secretario de Salud del País, José Ramón Narro Robles, informó las cifras escalofriantes que registra la diabetes. Su incrementó, en los últimos años, es realmente alarmante. Ha pasado a ser, la primera causa de muerte en México.
Los casos de diabetes, por su acelerado crecimiento, nos envían una señal clara, de que no estamos haciendo bien las cosas. Que los hábitos que hemos heredado o ponemos en práctica, no han servido para frenar el reinado de éste padecimiento.
El Secretario de Salud haría hincapié en la necesidad de mejorar los hábitos alimenticios y desterrar la vida sedentaria. Lo cual es importante, pero no tanto como la educación. Porque lo más complicado, es romper con paradigmas que tienen raíces muy fuertes y han esclavizado a la sociedad.
Si bien, todos deseamos tener una vida más saludable, en el fondo existe mucha ignorancia sobre el camino o los caminos que se pueden tomar. Del mismo modo, hay otros casos, donde se sabe qué hacer y no se ponen en acción. Sin olvidar, aquellos que están bien apegados a sus hábitos y temen a los cambios.
Si revisamos nuestro historial familiar y de amistades, la diabetes, efectivamente, está cerca de nosotros. Bajo esa consideración, es evidente que no hemos hecho las cosas bien. El saldo es realmente desastroso. Lo peor, dice una persona con un familiar fallecido por esa causa, es que un diabético, no suele acabar de una manera fulminante, sino que se va muriendo en pedazos. Lo que causa más dolor y desgaste.
El punto es, que necesitamos más educación en la salud. Necesitamos saber más sobre como alimentarnos. También sobre las formas en que debemos hacer ejercicio. No todos requerimos de la misma fórmula. Tenemos diferente complexión. Somos de distinto grupo sanguíneo. Por ejemplo, tengo entendido, que quienes somos de grupo B, debemos prescindir del pollo, maíz y tomate; porque esos alimentos merman todas nuestras funciones; entre éstas, la producción de insulina.   
No se trata entonces, solamente de decir mejorar alimentación y dejar la vida sedentaria, sino de un concepto de educación en la salud. Porque una persona bien educada, vive trabajando en ser saludable, a diferencia de quienes viven con el suspenso de su estado de salud.
La carretera por donde vamos, hoy registra miles de muertos. ¿Vale la pena seguir por ahí?
POR CIERTO y hablando del tema de salud, bien por el director del Seguro Popular, Heriberto Huicochea Vázquez, quien apuesta a tener a su gente bien capacitada, a efecto de dar mejor atención a los afiliados, buscando que tengan acceso a los servicios con una mayor calidad. Y el otro punto, que todo camine por la vía de la transparencia. La prioridad, como lo ha manifestado el Gobernador, es la gente. Esa es la cuestión.

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