De adicto a ADICTO

Te juro que no vuelvo a beber alcohol. Lo juro

Por Ernesto Salayandia García
Los jueves eran de dominó
Armábamos dos meses, de cuatro personas cada una, no nos bastaba haber jugado dominó en El Mirador, en las rejas de Chapultepec o en la G. de la Guerrero y haber terminado como arañas fumigadas por lo menos dos veces a la semana, todos teníamos factores en común, los ocho o diez que nos juntábamos, éramos jóvenes, no mayores de 25 años, recién casados, hijos de papi o empresarios, junior´s; éramos bien borrachos e irresponsables, todos fumábamos como chacuacos y nos venía valiendo monjas la vida, normalmente comenzábamos a jugar a las 9 de la noche, nos surtíamos de cerveza, tequila, Bacardy, patas de elefante en aquel entonces y de cigarros, terminábamos cerca de las ocho de la mañana, la mayoría hasta las chanclas, unos vomitados, otros medio dormidos y todos borrachos, en mi caso, me quedaba dormido todo el viernes, para mí, eso era lo normal, vivir de noche, dormir de día, y a esa edad mi problema con el alcohol era notable, las consecuencias no se dejaban aflorar, los pleitos constantes con mi primera esposa, la carencia económica, lleno de deudas y con los sueños de pompa y poderío, era yo director general de un periódico diario, El Heraldo de Toluca y lleno de glamur, de soberbia, me las vivía de cantina en cantina, de restaurant en restaurant, decía.- Los mejores negocios se hacen en las cantinas.

El alcohol se adueñó de mi vida desde mi juventud
Supuestamente era yo un alcohólico funcional, por que trabajaba según yo, desde aquel entonces, alguien que observó mi compulsión y alto nivel de ansiedad que yo reflejaba ante el alcohol, me recomendó que fuera a un grupo de Alcohólicos Anónimos, por supuesto que no acepté mi enfermedad y me resistí a buscar ayuda.- Nunca digas no a lo que no conoces.- Se me dijo y no hice caso, yo tenía el poder, el dinero y un puesto que me daba el estatus para andar en las comidas del Club Toluca, en cocteles y eventos sociales, el alcohol en mi caso, estaba en todas partes, en las reuniones familiares, en las carnes asadas, en los eventos deportivos, en cualquier festejo de la familia, ya fuera quince años, boda, bautizo o funeral, mi estilo era ponerme hasta las chanclas, mi abuela me decía.. Tú crees que te tomas al alcohol, pero el alcohol te bebe a ti.- Cada medio día,  mi abuela iba a la recamara que apestaba a vino y cigarro.- Ándale gordo, ya es hora, tienes una cita en Toluca.- A los quince minutos, ella regresaba y me trataba de despertar, pero era materialmente imposible, ahora sé, que la sustancia me robaba toda mi energía, crudo con dolor de cabeza, con cruda moral, harto de mi vida ingobernable, me decía a mí mismo.- Juro que no vuelvo a beber. Lo juro, esta fue la última, y al rato, a la hora de la comida, bastaba con que el Chato, mi mesero de cabecera, me dijera.- Lo de siempre don Ernesto.- Y yo accedía con la mayor facilidad del mundo.
Lo que el alcohol se llevó
En mis 30 años de carrera alcohólica, el alcohol me arrebató salud, lo más preciado de mi ser, me quitó a mi familia, fracasé en mi primer matrimonio, troné como esparrago, dejé ir grandes oportunidades de negocios, de crecimiento, perdí una eternidad de tiempo, segundos, minutos, días, meses años, emborrachándome irresponsablemente en las cantinas, atascándome en mi casa, fui bebedor de buró, el tiempo se me fue en la cama, como mis crudas interminables y severas, perdí el respeto hacia mi persona y mi familia, le falté al respeto a mi trabajo, le di la espalda a mis hijos, en las fotos donde ellos salen y en donde no estoy yo, no es porque yo haya sido el fotógrafo, sino que nunca estaba con ellos, fui el padre ausente, el alcohol se llevó un mundo de dinero en las cuentitas donde me emborrachaba, en los hoteles donde hacia mis desatrampes como gran adicto, tiré el dinero por mi ausencia de sano juicio, me quitó el sentido de la vida, se robó mis sueños y violó las ilusiones de mis hijos, fui tan estúpido y mediocre, egocéntrico que solo pensaba en mí, no tuve la humildad de aceptar mi enfermedad del alcoholismo, no tuve la inteligencia de buscar ayuda, les di un infierno a mis esposas, me hundí en depresión, entré al mar de la conmiseración, sin percatarme que el alcohol no solo me había tumbado a la lona, sino que me había arrojado a un elevador de sentido contrario, había bajado más de diez sótanos en mi vida y a pesar de las consecuencias, de las pérdidas, no quise entender que yo no podía ganarle al alcohol y a las sustancias. Perdí mi vida, el alcohol y las drogas se llevaron mi dignidad.
Un borracho como yo
No me daba cuenta del cúmulo de defectos de carácter, soy un tipo inmaduro e inconsciente, no tengo la capacidad de hablar, me encierro en mí mismo, en mi isla, me aparto de la realidad, no se me puede decir nada, porque exploto como bomba atómica, soy mecha corta, tengo actitudes infantiloides, soy inmaduro hasta las cachas, reacciono violentamente, pero también como un niño de 7 años, tiendo a justificarme, a lavarme las manos, creo que el mundo, bueno, no solo el mundo, sino el universo entero, está en mi contra, no tengo palabra, ni la voluntad de cambio, carezco de responsabilidad, de compromiso y de poder de decisión, muchas veces le juré a mi esposa, que jamás me volvería a emborrachar.- Te juro que no vuelvo a beber alcohol.- No podía, o no quería, fui un par de veces a la Basílica de Guadalupe a jurar dejar de tomar, adquirí una estampita de la Virgen de Guadalupe y a los pocos días, me reventaba como sapo, tuve mis periodos de abstinencia y los borrachos de mis amigos, se burlaban de mí, yo no puedo probar una gota de alcohol porque me prendo, no puedo ni tocar un vaso con vodka o cualquier otra sustancia, soy alcohólico y lo seré hasta que me muera, solo por hoy no, mañana, tampoco, he aprendido a bajar mi ansiedad, a reducir mi compulsión, a trabajar en mí y luchar contra esta perra enfermedad, enfermedad maldita perversa del alma, que es de por vida, y sé que solo no puedo, que hay un mundo de herramientas para el que en verdad se quiere así mismo, para seres humanos que quieren recuperar su libertad y su dignidad, cualquier mediocre es un borracho, un don nadie y un pésimo ejemplo para sus hijos.
El pensamiento de un alcohólico
No necesariamente se requiere ser alcohólico activo o seco para tener todos los ingredientes de un pensamiento chueco, alcohólico, un punto importante es la soberbia, el drogadicto, que se intoxica con alcohol o drogas, se siente superior a cualquiera, mentalmente está lleno de egos, su manera de pensar es terca como una mula, no hay poder humano que lo saque de su pensamiento obsesivo, piensa y siente que el mundo está en su contra, que es el centro del universo, no reconoce el cumulo de defectos de carácter, es orgulloso, mentiroso, labioso, infantil, es engañifa, así como dice una cosa, hace otra, no tiene palabra, su mente siempre pretende obtener ventajas, de victimario, se hace pasar por víctima, es mecha corta, explota ante la más mínima provocación, es, un tipo con mente neurótica, es imprudente, intocable, irritable, insoportable, pedante, de ahí vengo yo, es raro con su comunicación, aislado, distante a medias tintas, por supuesto  que en su mente se refugia las habilidades de un actor, un actorazo, merecedor del Oscar de la Academia, es bueno para hacer panchos, para dramatizar, es número uno, campeón en voltear la tortilla, en esos rollos no hay quien le gane, se aferra a sus ideas, a sus celos, a sus pensamientos psicóticos y lo peor del caso, es que no te das cuenta de cómo eres y de lo que dices, por desgracia tienes que tocar fondos para que quede bien claro que tienes una mente sumamente dañada.
El alcohol es como el estómago
No he visto a nadie que le gane, los he visto morir a todos, se han quedo solos, sin familia, han dejado resentidas a sus esposas e hijos, viven en la quiebra total, las consecuencias físicas no se han dejado esperar, el destino de un borracho es la diabetes, daños en el corazón, dolor intenso y profundo de huesos, depresión, neurosis extrema, hipertensión, su destino es quedarse sin trabajo, sin negocios, sin nada; yo estoy enfermo, muy enfermo físicamente, los estragos de la droga están arraigados en mi cuerpo.- No la vi gratis.- Hoy me queda muy claro, que el alcohol es como el estómago en el cuerpo, todo lo que toca, lo convierte en excremento y es así como le gusta vivir al borracho, al drogadicto, soberbio, egocéntrico, aislado, déspota, mediocre, nacido para perder, un tipo mediocre, sin amor así mismo que se puede empinar una botella en media mañana, de ahí vengo, de ahí soy, pero hoy lucho contra mis defectos de carácter, mis patrones de conducta, mis carencias y le echo todas las ganas a la vida, porque no quiero regresar al mundo de la saliva del diablo, porque sé que no estoy salvo, conozco mi enfermedad y hoy me quiero, me amo, me respeto y tengo unas ganas enormes de vivir en sobriedad. No cambio la mejor borrachera que tuve, por un segundo de mi nueva vida, me siento útil, feliz y vivo mi vida con intensidad, como si este día, fuera el último, como si este día, fuera mi primer día.
De adicto a adicto
Querido Amigo, madura, deja ya los pantalones cortos, cualquier cobarde se refugia en el alcohol y las drogas, abandona tu postura de soberbio, de gran caballero, échale humildad, los golpes que te está dando tu enfermedad son consecuencias de tu neurosis, yo lo perdí todo, tú puedes salir adelante, acércate a un grupo de Alcohólicos Anónimos, Narcóticos o Guerreros, dime si es justo el dolor que les causas a tus seres cercanos, si ellos merecen ver cómo te desmoronas, cómo te consumes lentamente, lo que sufres en tus depresiones y borracheras, en tu negocio o trabajo, todos te dan la vuelta, te señalan como el mediocre de mediocres, el que se está hundiendo y no hace nada por salvarse, vives en el ojo del huracán, tu tendencia es quedarte solo, no hay mujer que aguante a un alcohólico, este plan de vida, de vivir libre de alcohol y de drogas, no es un plan para enanos, es un plan para hombres con valor, con poder de decisión, para mujeres que en verdad quieran dejar de ser parte de las estadísticas, de adicto a adicto te digo que tú puedes, que la decisión es tuya y que mereces ser libre, salir de ese hoyo, de esa cárcel emocional, ya tu daño es irreversible y tus consecuencias palpables.- Que más quieres?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario