MEMORÁNDUM

*** Liderazgo que contagia

Gerardo Ruano Cástulo
La maestra fue hacia donde estaba uno de sus alumnos, entretenido armando algo, con unos pedazos de papel.  Como eso, no tenía nada que ver con la clase, el pequeño, al ver enfrente a la maestra, guardó rápidamente lo que había hecho y agachó la cabeza esperando un regaño.

Sin embargo, la maestra le dijo: “Déjame ver lo que hiciste con el papel”. Con la cabeza baja, le mostró lo que había ocultado. Era el cubo Leonardo. Estaba muy bien armado. Al verle, Ella le dijo algo en corto al niño, que le hizo sonreír y levantar la mirada.
Entonces, mostró a sus compañeros el cubo y todos admiraron lo bien hecho que estaba. Y desde ese momento, aquél alumno distraído, se convirtió en el más atento de la clase.
Un día, que la directora pasó por el salón, se extrañó de ver muy atento al niño. Era raro, que en días no hubiese tenido quejas del pequeño, porque eran tantas las llamadas de atención, que a punto estuvo de expulsarlo.
Por esa razón, en la salida, la directora alcanzó al niño, a quien le dijo: “has cambiado mucho. ¿Por qué antes eras bien distraído y travieso?”. El niño le respondió: “Porque nunca antes, me habían dicho, que hice algo bien”. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
Llegamos a éste mundo, limpios. Con grandes talentos. Sin embargo, durante nuestro desarrollo, vamos adoptando un sistema de costumbres, que en más de las veces, se encuentra muy contaminado. En el camino vamos sumando pensamientos que nos atan. Vamos acumulando miedo e ira. Vamos, gradualmente, aceptando esclavizar nuestra mente. Una mente, que se llena de preocupación, ansiedad, stress, angustia, envidia, avaricia, soberbia, entre tantas otras toxinas. Pasar de un plano negativo a uno positivo cuesta. Más, ese es el camino. No pueden llegar a la vida cosas buenas, si siempre se vive de malas. Se requiere mejorar la actitud. Eso que se entrena todos los días.
En las últimas horas, se vivió en estado de alerta en Acapulco y Costa Grande. El Gobernador Héctor Astudillo Flores volvió a demostrar que es un magnifico capitán. Tomó rápidamente el timón en la contingencia. Estuvo al pendiente de todo y especialmente de las zonas afectadas, a efecto de que la ayuda llegara de manera oportuna.
La actitud y liderazgo del mandatario estatal contagió a su equipo de trabajo. Junto a él, al pendiente de la situación, y entrando en acción también, su esposa, Sra. Mercedes Calvo de Astudillo, Presidenta del DIF estatal, de quien sabemos, el tamaño enorme de corazón que le distingue.
Se vio la mano de la Secretaría de Protección Civil, con esa labor eficiente de César Mayares. Atento también, el director administrativo, Alfredo Rodríguez Córdoba. Por la ruta carretera de Costa Chica y Montaña, se vio la mano del siempre atento y servicial, Secretario de Asuntos Indígenas y Comunidades Afromexicanas, por sus siglas SAICA, Gilberto Solano Arreaga. En suma, se vio el trabajo del equipo Astudillista.
Y el día de ayer, durante el homenaje a la bandera, en la explanada del palacio de Gobierno, el Gobernador Héctor Astudillo, exaltó el apoyo y trabajo del Ejercito Mexicano, durante la contingencia, a quienes hizo un merecido reconocimiento.
Creo, que lo hecho ante la contingencia, envía un buen mensaje para los Guerrerenses, en el sentido, de que para el Gobernador, es importante la vida de cada uno de los habitantes del estado.
Y HABLANDO del mismo Gobierno Astudillista, hay liderazgos que se vienen fortaleciendo, en virtud de estar haciendo bien las cosas. 
Un ejemplo claro, es César Armenta Adame, Secretario Particular del Mandatario Estatal, quien día a día, demuestra su gran calidad humana. La calidad de su atención, es palpable. Esa es la cuestión.

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