OPINION

Lamentable Homicidio 

Por Manuel Tello Zapata
Duro golpe sufrió la Secretaría estatal de Seguridad Pública con el cobarde asesinato del Coordinador Operativo y Director General de la Policía Estatal, Tomás Hernández Martínez. Personas desconocidas sorprendieron al funcionario en su domicilio ubicado en Acapulco, y también dieron muerte a su pareja sentimental.

El General Brigadier DEM, Pedro Almazán Cervantes, Secretario de Seguridad Pública, lamentó profundamente los hechos, porque Tomás Hernández era un policía honesto, eficiente y muy capaz, que no merecía tal suerte. Seguramente los responsables del doble crimen son miembros de la delincuencia organizada, que buscaron responder de esa forma a los duros golpes que la policía estatal acreditable les ha proferido en Acapulco.
El Gobernador del Estado, Héctor Astudillo Flores, también lamentó los hechos y expresó sus más sinceras condolencias a los familiares de este funcionario caído en el  cumplimiento de su deber. Descanse en paz, el Comandante Tomás Hernández Martínez.
PREPARANDO LA FERIA. 
De manera acertada y ante los tiempos que se aproximan, el Presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, designará como nuevo Presidente del Patronato de la Feria de Navidad y Año Nuevo 2016, a José Vidal Nava, quien actualmente se desempeña como Administrador de las instalaciones donde año con año se realiza el principal evento festivo de nuestra capital.
Se trata de un hombre joven pero con amplia experiencia en la organización de la Feria, que tiene varios años colaborando con los patronatos y administrando las conocidas instalaciones. Es de esperarse que con este nuevo funcionario ya no se cometan los graves errores en que incurrió el Patronato saliente, y que la feria sea digna, alegre y apta para todo público; pero sobre todo: que reine la paz y el espíritu navideño.
CONFLICTO SUPERADO. 
Luego de los nutridos dimes y diretes que se crearon entre el Ayuntamiento de Acapulco y el Gobierno del Estado, las cosas parecen volver a su nivel, una vez que el Alcalde Evodio Velázquez Aguirre, le bajó muchas rayas a su intolerancia y carácter enjundioso. No quería reconocer, en una actitud de capricho inexplicable, que el préstamo que buscaba obtener de la banca privada carecía por completo de sustento legal.
Irónicamente, cuando Evodio rindió su primer informe, en una sala semivacía por su falta de popularidad entre sus gobernados, Astudillo Flores envió como su representante ni más ni menos que al Secretario de Administración y Finanzas Héctor Apreza Patrón, quien fue el primero en advertir la improcedencia del famoso préstamo que impulsaba Evodio. Sin embargo, como Apreza Patrón es uno de los mejores políticos priístas en Guerrero, supo acompañar al alcalde acapulqueño en el presídium con mucha cordialidad y atención, llevando los saludos y el reconocimiento de su jefe.
Es de esperarse que Evodio Velázquez haya aprendido la lección y que luego de su primer informe realice un reacomodo en su gabinete, dando de baja primero y antes que nadie, a quienes lo asesoraron para que solicitara el préstamo, por el camino más chueco de la vía administrativa y legal. Con esos asesores, para qué quiere enemigos el tal Evodio.
UN SERIO PROBLEMA.
Lo que en un principio parecía ser la solución de un gran problema, se está convirtiendo en un problema serio, de difícil solución. Nos  referimos desde luego a los grupos de policías comunitarios que han proliferado en nuestra entidad y que en su mayoría están desviando el origen que les dio vida, para cubrir intereses nada claros en la mayoría de los casos.
Las Policías Comunitarias surgieron inicialmente en municipios de la Costa Chica, y tenían como objetivo brindarle protección a la ciudadanía, ya que se dijo, las policías oficiales no hacían nada para dar seguridad y estaban infiltrados por grupos delincuenciales. Hartos de tanto delito y crímenes, los ciudadanos se armaron y en un principio se vieron buenos resultados, porque en municipios como Tecoanapa, Ayutla, etc., la delincuencia se redujo en forma sensible.
Sin embargo, han pasado varios años y los grupos de policía comunitaria, llámense CRAC, UPOEG, FUSDEG, “Por la paz y la justicia”, etc., han desviado los fines que les dieron vida y hoy están convertidos en grupos infiltrados por la delincuencia organizada. En el presente año, son muchos los abusos, crímenes y otros delitos que han cometido estos grupos. Nadie los regula; muchos de sus miembros portan armas de grueso calibre y venden la justicia al mejor postor. Todo lo que le criticaban a los cuerpos policiacos oficiales, hoy lo hacen ellos y ya son muchas las denuncias en su contra.
Existe el serio peligro en el corredor Petaquillas-El Ocotito, de que se enfrenten los dos grupos de comunitarios que operan en esa zona con un saldo que podría ser sangriento. Es necesario que el Gobierno del Estado y el Federal no esperen a que suceda lo de Michoacán, donde finalmente se tuvo que desarmar a los policías comunitarios, porque eran un serio peligro para la sociedad a la que decían defender. Atención.

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