Laura Sánchez Granados
El panteón de las Cruces fue el más visitado, se registró la llegada de más de 50 mil personas señaló el coordinador de protección Civil Sabás Arturo de la Rosa Camacho, por lo que se montó un operativo de seguridad en esa zona, se presentaron algunos casos de deshidratación, pero hubo saldo blanco.
La directora de panteones Rosa María Aguilar Miranda dijo que recibió el municipio una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que los cuerpos que quedan en el Servicio Médico Forense sin identificar no vayan a una fosa común y estos sean colocados en nichos especiales para su futura investigación, esto en coordinación con la Fiscalía de Guerrero.
El panteón con menor afluencia fue el de San Francisco que tiene una antigüedad de 156 años y fue el primero en esta ciudad.
El 14 de febrero del año 1909, fueron enterrados más de cuatrocientas personas que murieron calcinadas cuando se quemó el teatro de las Flores, este se quemó durante la inauguración.
El cine estaba construido de madera y las puertas abrían hacia adentro sin ningún dispositivo de seguridad, en la cabina de proyección se produjo una chispa y el fuego se extendió de inmediato por toda la sala, la gente que quería salir y no lo pudo hacer por que las puertas no se podían abrir y quedaron atrapadas.
A la inauguración llegaron familias de todos los municipios de Guerrero, este era el primer cine y era una gran novedad, ese día se presentaba la película La Pasión por el Billar.
El propietario de local fue el coronel Matías Flores, hermano del entonces gobernador el general Damián Flores, compañero de armas de Porfirio Díaz, quien no obedeció los señalamientos del ayuntamiento de no abrir hasta que se contara con las medidas de seguridad, él hermano del político reto al alcalde de Acapulco a clausurar el local cuando cortaba el listón. Años después se suicidó.
Cuando inició el fuego fueron los primeros en salir del lugar sin importarles la gente que quedó atrapada dentro del cine.
El panteón de San Francisco se vio rebasado, llevaron en carretas tiradas por caballos los cuerpos irreconocibles y fueron enterrados en grandes fosas sin ningún registro de quienes fueron, se comenta que fue una de las tragedias más grandes en la historia de Acapulco. Años después fue los muertos y desaparecidos por el Huracán Paulina que también fueron alrededor de 400 víctimas.
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